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Arte rupestre de Chongoni

Arte rupestre de Chongoni

Central (Malawi)

Arte acumulado durante siglos


No hay duda de que el pueblo chenwa, establecido en la parte suroeste del lago Malawi, es tenaz y fiel a sus tradiciones. Desde que llegaron aquí en el primer milenio de nuestra era han visto pasar a distintos pueblos con los que se han visto obligados a compartir territorio. Primero fueron otras tribus chenwa, los maravíes, que en el siglo XVI no solo se instalaron aquí, sino que localizaron aquí la ciudad de Manthimba, capital de un imperio que llegó hasta la costa del Índico y sobrevivió hasta el siglo XIX. Más agresivos fueron los ngoni y los británicos, que intentaron expulsar y/o asimilar a los chenwa. No pudieron con ellos. Protegieron celosamente el acceso a las cuevas donde desde hace siglos ha ido creciendo el lugar de mayor densidad de arte rupestre del centro de África. Aquí, los agripastoralistas chenwa compartieron espacio con los recolectores-cazadores batwa, una subtribu pigmea. Entre ambas etnias produjeron 127 cuevas en Chongoni que nos han llegado desde sus Edades de Piedra y Hierro, pero que además son tradiciones culturales vivas.

Arte rupestre de Chongoni

Estamos en la Dedza, una región rural y agrícola que se inicia en el lago Malawi. Tras una alta cordillera nos deja en la meseta de Malawi, a unos 1.200-1.600 metros de altitud. La variación depende de las colinas de esta zona, bastante numerosas. Son colinas de formaciones graníticas sobre las que crece un tupido bosque. Varios de estos bosques están protegidos, entre ellos el de Chongoni, donde se encuentran la práctica totalidad de las cuevas con pinturas. Los primeros en pintar las cuevas fueron los pigmeos batwa, que llegaron aquí al menos hace unos 2.500 años, de acuerdo a los artefactos encontrados. Los batwa no fueron desplazados por los chewa, sino que convivieron juntos. Eso sí, los chewa dominaron la zona y de ellos son la mayor parte de las pinturas. Se trata de una sociedad matrilineal, esto es, la descendencia y riqueza permanece con la mujer, muy protagonista en esta sociedad. También, por tanto, en las pinturas.

Los chewa que formaron el imperio maraví llegaron de Lulaband. Aunque al comienzo la separación entre ambos grupos fue total, poco a poco fueron fusionándose. Los ngoni vinieron de más lejos, de Sudáfrica, con otros aires. Este es el momento en el que nacen las sociedades nyau, muy importantes para los chewa. Estas sociedades secretas, famosas en Occidente por sus máscaras y sus rituales, fueron las responsables de sostener las tradiciones tribales. De rebote preservaron las pinturas que representaban estas tradiciones. Sin ellos, no nos habrían llegado hasta hoy. La ocupación británica se prolongó hasta mediados del siglo XX. Colonos y misioneros intentaron acabar con tradiciones consideradas salvajes, pero la sociedad nyau volvió a mostrar su resistencia. Chongoni como bosque fue declarado Reserva Natural en 1924 bajo mandato británico. En los años 30 se empezaron a conocer y catalogar las cuevas. En 1969, ya bajo mandato nacional, empezaron a ser protegidas.

Vista del monte Chongoni, lleno de arte rupestre

En Chongoni hay dos tipos de pintura. Diferenciarlas es muy sencillo: rojo para las pinturas batwa y blanco del barro para las chewa. La historia de los nyau no se acabó con la independencia del país: hoy siguen siendo los protectores de las cuevas y los que dirigen en ellas los rituales. Las pinturas, al fin y al cabo, no dejan de ser vehículos simbólicos propiciatorios para estos rituales. Estos incluyen rituales de iniciación femenina, de petición de lluvias y funerarios. Hay pinturas de estilo más esquemático, naturalista o zoomorfo, además de las que cuentan la historia sufrida por los chewa en las épocas ngoni y colonial. Las primeras cuevas protegidas fueron las de Chentcherere, que junto a las de Namzeze y Mphunzi son las más importantes. Sumándolas todas tendremos un panorama completo del arte de Chongoni.

Dedza es la puerta de entrada al bosque de Chongoni. Está a unos ochenta kilómetros de la capital del país, Lilongwe, que tiene su propio aeropuerto. Desde Dedza hay que buscarse transporte privado y a poder ser guía, pues de otro modo tendremos que confiar en encontrar alguno al llegar a la zona del bosque. Habrá que destinar un día entero, pues a pesar de la corta distancia las carreteras son complicadas y llegar hasta cada cueva supondrá una pequeña caminata. Precisamente por esto es también recomendable ir en temporada seca, de mayo a octubre. Namzeze implica un trekking más complicado, por lo que es más conveniente visitar las otras dos. Durante la visita podremos conocer alguna comunidad local: este país es conocido como el corazón acogedor de África por la hospitalidad de su gente. Podemos complementar la visita yendo a la ciudad de Mua, donde está el museo Kungoni con patrimonio de las tribus de esta zona del país.

Fotos: 「Malawi」/ da_ja_re

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