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Kairuán

Kairuán

Kairuán (Túnez)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 28 02, 2017
  • Category:

El Islam llega al Magreb


Cuenta la leyenda que un soldado del ejército de Uqba ibn Nafi se encontró una copa dorada a medio enterrar. Fue identificada como una copa sagrada perdida en La Meca. Al desenterrarla, surgió un torrente de agua que compartía origen con un pozo sagrado de la capital de los musulmanes. Así arranca la legendaria historia en torno al nacimiento de Kairuán, historia que marcaría una ciudad que hace tiempo se convirtió en uno de los lugares de peregrinaje más importantes del Islam. Aún hoy se dice que valen siete peregrinaciones a Kairuán como sustitución a una visita a La Meca. Desde el siglo VII hasta el XI, Kairuán fue ante todo uno de los centros islámicos por excelencia, tanto a nivel religioso como educativo y científico. Cabeza del primer Magreb islámico, solo estaba por detrás de La Meca y Medina en el mundo musulmán. Políticamente fue la capital de la región de Ifriqiya, que englobó la actual Túnez, más regiones de Argelia, Libia y Sicilia. Para la eternidad quedó la mezquita de Sidi-Uqba, uno de los más importantes templos musulmanes que existen.

Patio y minarete de la gran mezquita de Kairuán o Sidi-Uqba

Uqba ibn Nafi fue el primer conquistador al oeste de Egipto. Arrancó su campaña por el norte del continente africano en el 670. En ese año fue cuando fundó la ciudad. Más allá de la leyenda, la localización en un bosque de Kamounia, con un fuerte bizantino, parecía idónea para instalar una base. Desde tierra adentro, además, se podía batallar mejor a los rebeldes bereberes, que se resistían a la islamización. Los bereberes mataron a Uqba, pero en el año 702 cayó también su líder y sucumbieron a la nueva religión. Algunos de ellos, de hecho, se pasaron a la secta jariyista y se hicieron con la ciudad en el 745, cuando Kairuán ya despuntaba. El califa de Bagdad recuperó el control del territorio y nombró a la dinastía de los aglabíes como los señores de la fundada región de Ifriqiya. Como capital de esta región comenzó su periodo de oro. Ellos levantaron su gran mezquita y su universidad. Colocaron a Kairuán como centro religioso y de conocimiento en torno a las ciencias, el derecho y la medicina.

Las cosas se complicaron en el oeste de Ifriqiya. Allí, Abdullah al-Mahdi movilizó a distintos grupos de bereberes para fundar la dinastía fatimí y cambiar el sunismo por el chiísmo. En el 909 conquistaron todo el territorio y fueron progresivamente mudando su capital hacia el este, hasta fundar El Cairo. Al frenar su avance nombraron a los ziríes como vasallos en la antigua Ifriqiya. Con ellos, Kairuán se recuperó. Despojada de parte de su poder político del pasado, la ciudad se centró en su rol religioso y educativo. Estos ziríes terminaron por aspirar a su propia independencia. Volvieron al sunismo marcado por Bagdad en el 1045. Los fatimíes respondieron con toda su fuerza y destrozaron casi toda la ciudad en el año 1057. Anegados los cultivos, la ciudad se despobló casi del todo durante dos siglos. Entonces, los háfsidas la repoblaron y Kairuán levantó un poco la cabeza.

Murallas y medina de Kairuán

El centro histórico de Kairuán está formado por una clásica medina amurallada con su laberinto de calles. Kairuán estaba servida a nivel hidrológico por un moderno sistema de cisternas. Caminando por las calles nos toparemos con la mezquita de Sidi-Uqba, que representa todo el esplendor religioso y educativo de la Kairuán histórica. Fue fundada a la vez que la ciudad, lo que la convierte en la primera mezquita en el occidente musulmán. El edificio actual data del siglo IX y desde entonces apenas ha tenido variaciones. Tiene un perímetro de 400 metros y su aspecto es casi el de una fortaleza por sus gruesas paredes. En el interior hay 414 columnas traídas de medio Túnez, incluyendo Cartago. La mezquita de las tres puertas es también del siglo IX. En su fachada, sobre los tres arcos que le dan nombre, hay una decoración a base de escritura cúfica y adornos florales. Fue la primera en tener estos motivos esculpidos tan musulmanes.

Hoy Kairuán no fue la que es, pero cuenta con 200.000 habitantes. Se encuentra a unos 200 kilómetros al sur de la capital y a cincuenta de Susa y Monastir, en la costa. Solo se puede llegar por carretera, con circuitos o taxis privados. No se puede acceder a la sala de rezo de ninguna de las dos mezquitas, pero sí verlas desde fuera. Al menos, algunas madrazas son visitables. Por lo demás, Kairuán es para ser paseada en toda su medina. En ella podremos comprar dulces típicos como zlebias y makrouds, entrar a alguna tienda de alfombras, muy afamadas aquí, o tomar un té viendo pasar a la gente. Existen varios festivales de música sufí en la ciudad.

Fotos: Ed KirbyGigi Sorrentino 

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