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Monumentos romanos y románicos de Arles

Monumentos romanos y románicos de Arles

Provenza-Alpes-Costa Azul (Francia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 7 09, 2017
  • Category:

Destellos de grandeza


El paso atrás que sufrió Europa tras la caída del Imperio Romano y la entrada en la Edad Media ha sido seguramente exagerado por la historia y está lleno de matices, pero en muchos casos fue palpable. Sirva como ejemplo el anfiteatro de Arlés, ciudad situada en el comienzo del mayor delta de Europa, el del Ródano, en la región de la Camarga. Este anfiteatro pasó de alojar espectáculos en los que el pueblo se entretenía a convertirse en una ciudad medieval que parasitó la estructura para su propia defensa. Es decir, Arlés pasó de ser una gran urbe de la Galia Narbonense con 100.000 habitantes a una ciudad temerosa de sus vecinos, a pesar de que su nombre encabezaba todo un Reino. Una vez pasados los malos tiempos, Arlés pasaría también a la historia por ser hogar temporal de Van Gogh, que encontró en esta zona su mayor inspiración. El pintor holandés tuvo en Arlés su etapa más prolífica y brillante.

Anfiteatro de Arlés con una torre medieval

De origen ligurio, Arlés fue un importante puerto fenicio antes de la llegada de los romanos en el 123 a.C. Conocida como Arelate, alojó a los veteranos de la Legio VI Ferrata y vivió a la sombra de Massalia, Marsella, hasta que decidió apoyar a Julio César. El emperador devolvió el favor anteponiendo Arelate a Massalia, lo que inició una época de esplendor culminada entre los siglos IV y V. Arelate fue entonces capital de las Galias, un territorio que incluía la península ibérica y Gran Bretaña. Ya por entonces, la ciudad se estaba transformando en uno de los primeros polos de cristiandad gracias a figuras como San Trófimo. Con la llegada de los bárbaros, la ciudad inició un declive y cambió de manos asiduamente. Lotario I dividió sus territorios entre sus hijos en el 855 y nació el Reino de Arles. Este reino cambió de fronteras varias veces, pero la ciudad no vio grandes progresos hasta el siglo XI-XII. Finalmente fue incorporada a Francia y, ya a la sombra de Marsella, jugó su papel como puerto fluvial hasta la llegada del ferrocarril.

A pesar de haber pasado épocas ruinosas, los restos romanos de Arlés se encuentran entre los principales de Francia. Destaca por encima del resto su anfiteatro, construido en el año 90. Capaz de albergar a 20.000 personas, cuenta con sesenta arcadas que rodean una elipse de 136 metros de largo por 109 de ancho. Las torres defensivas que están a los lados son testigo de su etapa como fortaleza, cuando llegó a alojar a más de 200 casas y dos capillas en su interior. En 1825 se expropiaron estas casas y se devolvió el aspecto original, salvo en las torres. Lo mismo ocurrió pocos años después con el teatro, que también fue parasitado. Corrió peor suerte y su aspecto no es el mejor: apenas conserva alguna columna. Merecen mención también el criptopórtico, una galería subterránea que sostiene el foro, y las termas, última obra romana de envergadura.

Portada de San Trófimo en Arlés

También de origen romano son los Alyscamps. Se trata de una de las necrópolis romanas más famosas que existen. Situada fuera de las murallas, los primeros cristianos de la ciudad recibieron sepultura aquí, lo que atrajo la atención y el peregrinaje de muchos: los Alyscamps eran fijos en las rutas hacia el Camino de Santiago. Lamentablemente, parte de la necrópolis fue saqueada en el Renacimiento para adornar casas particulares. La joya románica por excelencia de Arlés es la iglesia de San Trófimo, una de las mejores muestras existentes de esta época en toda Europa. Está situada en la plaza de la República, frente a un obelisco romano. La nave principal fue construida a comienzos del siglo XII. De ahí se pasó al claustro para los canónigos, cuyas obras se detuvieron por las tensiones territoriales. De esta primera etapa destacan la portada oeste con el trabajo escultórico del Juicio Final y los capiteles del claustro.

Arlés es hoy una modesta ciudad de 50.000 habitantes que atrae turistas tanto por sus monumentos como por servir de base para visitar la Camarga. El Musée de l’Arles antique es idóneo para completar un paseo por la ciudad, pues contiene obras arqueológicas, como tumbas de Alyscamps. El anfiteatro aloja espectáculos de teatro, música e incluso corridas de toros. No obstante, el principal evento de la ciudad es el Rencontres d’Arles, uno de los principales eventos en torno a la fotografía de Europa. Se celebra anualmente a finales del verano con galerías que sirven para descubrir nuevos valores. Tiene su evento central en el teatro romano. En cualquier época del año el mercado es muy famoso. Se celebra miércoles y domingo por la mañana y es un buen momento para comprar salchichón, muy famoso aquí. La gastronomía de Arlés está marcada por los ingredientes que produce la Camarga, como el arroz o la carne de toro.

Fotos: Salva BarberaFinoskov

    1 Comment

  1. muito bom e muita infomação:)

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