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Paisaje agrícola del sur de Öland

Paisaje agrícola del sur de Öland

Kalmar (Suecia)

Administrando en la escasez


La agricultura ha garantizado durante milenios el asentamiento permanente del ser humano en nuevas localizaciones. Algunos de estos territorios son especialmente complejos de cultivar por el clima, vegetación y otra serie de condicionantes. En el caso de la isla sueca de Öland, el principal inconveniente es su suelo de caliza. Sus habitantes llegaron a esta gran isla, la segunda en tamaño de Suecia, hace 10.000 años. Poco más de tiempo tiene la isla, emergida por entonces. Aprovecharon que el estrecho de Kalmar que le separa del continente estaba helado. Los habitantes de Öland se las ingeniaron para sacar adelante granjas que durante la Edad Media se desarrollaron en un terreno muy particular. Combina los distintos hábitats geográficos y topográficos de la isla. El sistema de Öland conserva las divisiones territoriales establecidas cuidadosamente hace más de mil años, a pesar de que los repartos de la tierra han ido cambiando con las distintas legislaciones.

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Barco de piedra de Gettlinge

Los 137 kilómetros de largo, por solo 16 de ancho, contienen distintos suelos. El más propicio para la agricultura es una franja de unos tres kilómetros de ancho en el oeste. Se trata del Västra Landborgen, lugar donde se asientan la mayor parte de los pueblos. Aproximadamente un cuarto de la isla, 260 kilómetros cuadrados, está cubierto por alvar. Se trata de un suelo de roca caliza de apenas dos centímetros de sustrato muy relevante a nivel ecológico. Aquí se denomina Stora Alvaret y es la superficie más grande de este tipo en Europa. El escaso sustrato alberga poca vida: apenas líquenes, musgos y praderas con muchas calvas. En algún caso, algún pequeño bosque de árboles enanos. Las grietas en la roca caliza son la zona con más vegetación del alvar y resguarda especies poco extendidas. Este alvar guarda también muchos fósiles de criaturas marinas que recuerdan el reciente pasado submarino de la isla, que al acabar dio paso a las poblaciones humanas.

Los asentamientos más tempranos los encontramos en la ciudad de Alby y en las necrópolis de Gettlinge y Hulterstad. Estas cubren un periodo que va del 1000 a.C. al año 1000, incluyendo épocas vikingas. El primero es especialmente interesante por su barco de piedra. Se trata de una serie de monolitos dispuestos en el suelo imitando la forma de un barco. En la alta Edad Media empezaron a abundar los ringforts, fortificaciones con forma redonda. Hay 19 de ellos en la isla, aunque destaca el de Eketorp. Su primera construcción es del siglo IV y tras renovarse llegó a los 80 metros de diámetro. La principal función era defensiva, pero también ritual. La defensa era importante en un territorio situado en la ruta comercial de la región de Kalmar. Los saqueos eran frecuentes e incluso las iglesias de la isla, como las de Hulterstad y Resmö del siglo XII, están fortificadas.

Fuerte de Eketorp

Fuerte de Eketorp

Ya en el siglo XV, la división principal para los agricultores eran los geatish. Se trataba de fincas de pequeños propietarios con su propia muralla divisoria, su casa de madera, su establo para la ganadería y su molino. Además de estos pequeños propietarios había fincas de nobles, clérigos y de la realeza. La mansión real de Ottenby, en el extremo sur, influenció muchos diseños locales desde su construcción en el siglo XVI. También en ese siglo, el rey Johan III decidió hacer de Öland coto de caza real. Esto aumentó los depredadores y dañó el ganado isleño. Las guerras del XVII y el XVIII tampoco ayudaron a la isla. A finales del XVIII, con la población diezmada, se cambió la gestión de los terrenos hacia el latifundio con la reforma Storskifte. La Enskifte, del XIX, proporcionó a los pocos granjeros que había un terreno proporcional con su trozo cultivable, de alvar y de costa. Funcionó hasta 1880, cuando las crisis agricultoras llevaron a la población a emigrar. Hoy en día la mecanización y concentración de terrenos dominan.

Kalmar es la puerta de entrada a la isla, que está conectada desde 1972 por un imponente puente de seis kilómetros de largo, uno de los más largos de Europa. La ruta 136 rodea la isla. El coche y la bici son los medios de transporte idóneos para moverse desde Borgholm, el pueblo más grande. De junio a agosto, el turismo aumenta por las temperaturas. No obstante, la época ideal para entender el espíritu agricultor es octubre, cuando se celebra el Skördefest o festival de la cosecha. Si uno ve una paca de heno coronada por una calabaza sabrá que en esa granja se venden productos agrícolas. Si tiene suerte, el dueño le explicará muchas cosas de Öland. Un espantapájaros de calabaza, el pumpagubbe, preside la ciudad de Borgholm esos días. Es el momento ideal para degusta la kroppkaka, una patata rellena de cebolla y cerdo que en Öland tiene la particularidad de estar a medio hervir.

Foto: allielovestea / Henrik Ismarker

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