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Parque nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi

Parque nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi

Región oeste (Uganda)

A salvo entre enredaderas


Dian Fossey estudió sus gorilas en la niebla en los volcanes de Virunga, en Ruanda. Una de las consecuencias de sus estudios sobre este apasionante animal fue la necesidad de mejorar sus precarias condiciones de conservación. La principal amenaza del gorila de montaña es que su reducido hábitat reduce sus posibilidades de supervivencia. La presión humana ha limitado su espacio vital a solo dos regiones protegidas. Al norte del lago Mutanda y el pico Sabyinyo, que forma la frontera entre el Congo, Ruanda y Uganda, se encuentra la selva impenetrable de Bwindi. Aquí se encuentran aproximadamente la mitad de los gorilas de montaña que existen, con la esperanza de un crecimiento sostenido en los últimos años. La estabilidad de un país como Uganda, superior al avispero de Ruanda, está siendo una de las claves para que el gorila de montaña haya encontrado aquí su santuario.

Un gorila de montaña en Bwindi

Bwindi significa impenetrable en idioma runyakitara, por lo que el nombre del Parque es redundante a la hora de explicar la principal característica de esta tupida selva. En Bwindi hay varias capas de vegetación que se superponen: en lo alto están los árboles, luego una densa red de bambú y finalmente un suelo plagado de enredaderas y helechos. Todo gracias a un clima abiertamente tropical cuya vegetación produce tanta humedad que las neblinas son habituales y se producen muchas de las nubes que alimentan otros lugares. La selva tiene también la función de controlar las riadas y la erosión del sudoeste de Uganda. Bwindi combina dos hábitats distintos. Cuanto más al sur vayamos, más altura alcanzaremos, hasta el tope de los 2.600 metros. Según vayamos al norte bajaremos hasta una planicie a unos todavía respetables 1.200 metros. En todo caso, el terreno está marcado por una continua rugosidad muy pronunciada que alterna valles y montañas. Todo el Parque está atravesado por multitud de pequeños arroyos que se juntan en ríos. Descargan en su mayoría en el lago Edward.

Bwindi contiene una de las mayores biodiversidades del planeta. En flora cuenta con más de mil plantas vasculares distintas. Destaca la variedad de su colección arbórea: con unas doscientas especies le hace liderar el ranking en África. También podremos ver unas cien especies de helechos. En fauna hay que destacar las más de 350 aves y 120 mamíferos, sin olvidar las decenas de especies de mariposas o ranas. Los mamíferos más representativos son los distintos primates: colobos, chimpancés y sobre todo los gorilas de montaña. Bwindi cuenta con más de 300 ejemplares del rey de los gorilas. Algunos biólogos consideran que las familias de Bwindi forman una especie aparte, aunque no existe consenso sobre ello. Lo cierto es que los gorilas de Bwindi se han tenido que adaptar ligeramente a las condiciones del Parque, más frías que en Virunga. Los gorilas viven en grupos de 5 a 30 individuos liderados por un espalda plateada. Cuatro de estos grupos están acostumbrados a la presencia humana y son también los que mejor están evolucionando, aunque sean más sensibles a las enfermedades humanas. En todo caso, el nivel de amenaza es alto, entre otras cosas porque los gorilas de montaña son incapaces de vivir en cautividad.

Paisaje de la selva impenetrable de Bwindi

El Parque Nacional de Bwindi se extiende por la frontera con el Congo. Su germen procede de 1932, cuando se designaron dos zonas no conectadas que se unieron diez años después. En 1964 se amplió el Parque y se designó una protección especial para los gorilas. En el 91 se produjo otra gran ampliación que afectó especialmente a los pigmeos batwa, que actualmente son parte de las poblaciones que rodean a Bwindi, una situación que complica su protección. La investigación de los gorilas arrancó más tarde que en Virunga, donde estuvo Fossey. Craig Stanford es la mayor autoridad aquí. Él determinó las distintas costumbres de los gorilas de Bwindi en cuanto a alimentación y su mayor propensión a escalar árboles.

A pesar de la distancia a Ruanda, algunas guerrillas hutus recorren ocasionalmente Bwindi. Una de ellas asesinó a varios turistas en 1999. Solo en los últimos tiempos se ha podido recuperar el turismo. Este es fundamental para las comunidades locales y la recepción de fondos para los gorilas procedentes de los muy caros permisos para acercarse a ellos. Kabale es la ciudad de entrada al Parque. Desde ahí restan unos complicados treinta kilómetros hasta las entradas de Buhoma o Nkuringo, donde se puede pernoctar antes de arrancar la marcha. Bwindi solo es accesible a pie y no se asegura el poder ver gorilas, con lo que no es mala idea reservar dos días. En todo caso, el segundo se puede utilizar para otras rutas. Con los gorilas es importante mantener la calma, dejar que ellos se acerquen y no mirarles directamente a los ojos. Caminar por la selva se hace casi imposible con lluvia, así que es mejor asegurar e ir en junio o julio.

Fotos: Rod Waddingtonjoxeankoret

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