Navigation Menu
Sitios Gusuku y bienes culturales asociados del Reino de Ryukyu

Sitios Gusuku y bienes culturales asociados del Reino de Ryukyu

Okinawa (Japón)

La otra identidad de Japón


Aunque las islas puedan a veces conformar espacios culturales cerrados al exterior por las barreras naturales, en el caso de Japón la cercanía al continente implicó siempre contactos con China y Corea. En el sur, esta mezcla cultural es más intensa incluso por la existencia de las pequeñas islas Ryukyu, que forman un arco que comienza en Kyushu, la isla más al sur de las principales, y acaba en Taiwán. A lo largo de varios siglos se fue formando una cultura diferencial en torno a las islas Amami, Okinawa, Miyako y Yaeyama. Étnicamente no se consideran ni chinos, ni japoneses, sino una mezcla de ambos. Este territorio insular tuvo su centro de poder en la isla de Okinawa, donde el Reino de Ryukyu floreció durante varios siglos y dejó su legado en forma de gusukus, utakis y el mausoleo de Tamadaun.

sitios-gusuku-y-bienes-culturales-asociados-del-reino-de-ryukyu

Gusuku de Katsuren

Habitadas desde la edad de piedra, las islas empiezan a aparecer en distintas crónicas en el siglo VIII. Sirven como puente para establecer relaciones comerciales y culturales ya desde el comienzo. Inicialmente, la isla principal, Okinawa, se divide en multitud de pequeñas entidades políticas llamadas Aji que controlan su propio territorio. Paulatinamente se fueron asociando y conquistando hasta formar tres grandes regiones: Nanzan en el sur, Chuzan en el centro y Hokuzan en el norte. Esta es una época en la que las relaciones con China son más estrechas. También se mantiene cuando los Chuzan se imponen a los otros dos reinos y se conforma la dinastía Sho. Se abre el puerto de Naha y el reino empieza a ganar tracción expandiéndose a las islas del sur y a las del norte, las Amami. Sin embargo, la limpieza de piratas del mar entre Corea y Japón y la llegada de los portugueses empieza a debilitar la relevancia comercial del reino. La situación se agrava cuando Japón pide ayuda para invadir Corea y China a Ryukyu y estos se niegan. Como represalia, en 1609 los japoneses toman por la fuerza el reino usando para ello su influencia en el gobierno de Amami.

La autonomía de Ryukyu, no obstante, fue bastante respetada por los japoneses, principalmente para mantener una relación pacífica con China. Al fin y al cabo, Ryukyu no dejaba de ser un reino asociado a China. Esto no quita para que desde este momento la influencia japonesa iguale a la china en una especie de subordinación dual. Esta duró hasta que la autonomía de Ryukyu fue completamente eliminada en 1879 con la deposición del último rey Sho en Okinawa. Los sitios históricos de Ryukyu perdieron relevancia desde entonces y en la II Guerra Mundial muchos fueron derruidos. Especialmente fuerte fue la destrucción en el gusuku de Shuri, residencia de los reyes Sho durante siglos, aunque ahora está restaurado. Los gusuku no son más que ciudades fortificadas que arrancaron ya antes de la unificación de Ryukyu, cuando el aumento de la agricultura movió a la gente hacia el interior. En Shuri se encuentra además Shikina-en, un jardín que mezcla influencias japoneses y chinas haciéndolo único en su género.

Utaki de Sefa

Utaki de Sefa

Al lado del gusuku de Shuri está el utaki más importante de los dos conservados. Los utakis son los templos guardianes de la religión Ryukyu, ya en desuso, que se situaban a las afueras de los gusukus y que reservaban a las mujeres la figura principal de sacerdotisa. La puerta de piedra de Sonohyan, construida en 1519, es aún venerada por los locales. El mausoleo de Tamadaun data de la misma época, pues fue construido por el mismo rey, Sho Shin. Toda la familia real, desde su padre hasta el depuesto último rey, se encuentra aquí enterrada. El estilo es similar al de los palacios y también está protegido por una muralla de piedra. Destacan varias esculturas de leones en un estilo particular de la isla de Okinawa.

La relación de Okinawa con el resto de Japón ya está bastante normalizada, aunque los habitantes de las Ryukyu tienen su propia identidad y cultura. Entre estos rasgos se encuentran el famoso arte marcial kárate y una de las dos ramas diferenciadas del idioma japonés. Son muy visitadas por los propios japoneses para hacer turismo de playa, pues su clima subtropical garantiza buenas temperaturas todo el año. De noviembre a enero las lluvias son menos intensas y es temporada alta. Para ver todos los sitios hay que volar a Naha y alquilar un coche para moverse por la isla u optar por el servicio de autobuses. No hay que irse de Okinawa sin probar el goya champuru, un plato típico basado en el arroz, que se acompaña de cerdo, tofu y un producto típico de aquí, el melón amargo.

Foto: amaknow / Hideyuki KAMON

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.