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Zona arqueológica y basílica patriarcal de Aquilea

Zona arqueológica y basílica patriarcal de Aquilea

Friuli-Venecia Julia (Italia)

Basílica sobre base romana


A quien visite el apacible y tranquilo pueblo de Aquilea le puede sonar a broma, pero esta ciudad fue considerada en su día una de las diez más poderosas del mundo. Así lo dejó escrito Ausonius. Claro, que eran otros tiempos: tiempos romanos. Aquilea llegó a contar en el siglo II con más de 100.000 habitantes. Una intensa vida comercial y militar fluía por sus calles. Al norte del mar Adriático, a orillas del río Natiso, esta ciudad controlaba las rutas comerciales y servía de bastión defensivo. Tras la destrucción total por parte de Atila, Aquilea no volvió a ser la misma gran urbe. Aun así, mantuvo cierta hegemonía cultural, política y religiosa gracias al patriarcado de Aquilea. De esta época es su preciosa basílica. Bajo tierra permanecen los restos de uno de los mayores yacimientos arqueológicos del norte de Italia. Tan solo se ha desenterrado una parte de la grandeza de esta ciudad.

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Interior de la basílica de Aquilea, con el suelo en mosaico

Aquilea fue fundada en el año 180 a.C. por los romanos. Los venecianos eran entonces unos aliados de los romanos que había que defender. Las guerras ilíricas contra los pueblos de los Balcanes habían permitido desarrollar el comercio marítimo libre de piratería, pero se decidió proteger la situación con la construcción de Aquilea. 3.000 soldados y sus familias fueron reclutados de otras partes de Italia. A ellos se sumaron algunos venecianos y, unos años después, otro contingente de 1.500 soldados. Este rol defensivo mutó rápidamente a ciudad comercial. Su situación era también ideal para ello. Se comerciaba con productos agrícolas, vino Pucinum, ladrillos, artesanía judía de cristal, metal de la región de Noricum, ámbar del norte, etc. Este nuevo rol se apuntaló convirtiendo a Aquilea en nexo de vías romanas. No perdió tampoco su papel defensivo, que se intensificó con Marco Aurelio para contener los pueblos bárbaros y con el asedio que sufrió por parte de Maximino el Tracio por mantenerse fiel al Senado. Desde el siglo IV se convierte además en un centro de catolicismo y se llegan a celebrar siete sínodos.

En el 401 comienzan los problemas. Alarico I, visigodo, intenta conquistar la ciudad. Atila, rey de los hunos, lo consigue en el 452. La ciudad es reducida a escombros. Sus habitantes buscan refugio en una isla de la cercana laguna. Allí fundan la ciudad de Grado, que con el tiempo se convertiría en rival de la renacida Aquilea. Mientras se recuperaba es de nuevo destruida por los lombardos. No es hasta tiempos de Carlomagno que llega la paz duradera. Grandes proyectos de reconstrucción se quedan en el tintero, pero Aquilea solo levanta parcialmente la cabeza. Se comienza la construcción de la Basílica, que se prolonga durante décadas en las cuales se sufren varios ataques de los magiares. Con el patriarcado gana un poder que en épocas comparte con la cercana Udine. En el siglo XV, ambas caen bajo influencia veneciana. Aquilea mantiene aún el poder religioso hasta 1751.

Detalle de los mosaicos de Aquilea

Detalle de los mosaicos de Aquilea

Las ruinas romanas sirvieron de cantera durante siglos. Apenas queda algo aparte de las bases de muchos edificios. Se han encontrado vestigios del foro, calles, una basílica, baños, anfiteatro, etc. Junto con ello, unos 2.000 artefactos sin contar monedas y adornos de cristal. Todo esto se multiplicará si se sigue excavando. De momento, lo más visitable es la magnífica Basílica. Es una amalgama de estilos y restos. La primera basílica de 345 fue derruida por Atila, pero lo más destacable es de este siglo. Se trata de un magnífico y enorme suelo mosaico que fue tapado en el siglo XI. Sobre los restos de la Basílica se empezó a construir otra en el siglo IX, época del pórtico. No fue acabada hasta el 1031 con el patriarca Poppo. En este siglo se levanta también el campanario. El estilo románico de la basílica se complementó con elementos góticos cuando parte del templo tuvo que ser reconstruido tras un terremoto en el siglo XIV. Es recomendable bajar a la cripta de los frescos, donde hay ejemplos de los siglos VI y VII. También se pueden ver mosaicos del siglo I que pertenecieron a la villa romana sobre la que se construyó el primer templo.

Aquilea es hoy un pequeño pueblo de 3.500 habitantes. Se encuentra a hora y media de Venecia y 50 minutos de Trieste, los aeropuertos más cercanos. La visita a la Basílica es gratuita, salvo la cripta. También se puede subir al campanario para disfrutar de las vistas. Existen audioguías para no perderse en la interpretación del gran mosaico. Para ver muchos de los artefactos de la ciudad romana hay que ir al museo arqueológico de la ciudad. En esta zona son típicos el vino, el queso Montasio y el jamón de San Daniele.

Foto: David Bramhall / KLMircea

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