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Iglesias pintadas de la región de Troödos

Iglesias pintadas de la región de Troödos

Nicosia y Limasol (Chipre)

Escondidas entre montañas y paredes


La compleja isla de Chipre sigue hoy resolviendo los conflictos de una historia a caballo entre el cristianismo y el Islam. La parte griega de la isla incluye en su territorio las montañas de Troödos. Con cumbre en el monte Olimpo, a 1.952 metros, esta región es de marcado carácter rural y ha procurado vivir los numerosos conflictos de la isla al margen de todo. En sus montañas se refugiaron los bizantinos durante siglos. En unos 500 años dejaron su impronta en una colección de nueve iglesias y un monasterio. La arquitectura de estos templos no es lo más destacable. Son generalmente edificios toscos, rematados en ocasiones con techos de madera. Sin embargo, cuando entramos en ellos, todo cambia gracias a la calidad de sus pinturas murales. Aunque la región siempre fue más impermeable a influencias externas que la agitada costa, lo cierto es que en ese medio milenio podemos recorrer la historia del arte bizantino y posbizantino, apreciando las distintas escuelas que afectaron a la región de Troödos.

Frescos en el interior de la iglesia de Nikitari

Frescos en el interior de la iglesia de Nikitari

Troödos es una región que despuntó en la Edad de Bronce, precisamente por la abundancia de yacimientos de este metal. Sin embargo, su accidentada orografía ha hecho que nunca pase de ser una zona rural bastante deshabitada. Abundan en esta zona, hoy Parque Nacional, pequeños pueblos, poco poblados y difíciles de encontrar. En ellos caminaremos por calles empedradas entre modestas casas de piedra y balcones de madera. La historia de las iglesias arrancó en el año 965, cuando Niketas Chalkoutzes consiguió expulsar a los árabes y devolver el control a los bizantinos. A partir del siglo XI, los Comnenos, una dinastía procedente de Tracia, se hizo con el control de la iglesia del este. Lo hizo a través de Isaac I, cuyo reducido reinado no fue óbice para que los Comnenos empezaran a regir amplios territorios. En esta época empiezan a aparecer las primeras iglesias: las de Kakopetria y Nikitari. La segunda contiene algunos de los frescos mejor conservados.

La dinastía prosperó hasta que en el año 1204 los Cruzados entraron en Constantinopla y depusieron a los Comnenos. Años antes, una rama de la familia liderada por otro Isaac se había escindido en 1184 y gobernaba Chipre de forma independiente. En 1191, Ricardo I de Inglaterra conquistó la isla. De esta etapa son los frescos de la iglesia de Lagoudera, con influencia de la escuela de Constantinopla. Los ingleses vendieron la isla a la casa francesa de Lusignan. Estos favorecieron una corriente de influencia este-oeste. La religión oficial en Chipre pasó a ser la católica. En Troödos, la ortodoxa siguió siendo mayoritaria, pero en el arte se dejó notar la presencia francesa. En estos siglos XIII y XIV encontramos los ejemplos de Moutoullas y una de las iglesias del monasterio del pueblo de Kalopanayotis. Este monasterio, dedicado al venerado santo chipriota Juan de Lampadistis, alberga tres iglesias que sirven para entender la evolución del arte en Troödos.

Sencillo exterior de la iglesia de Asinou

Sencillo exterior de la iglesia de Asinou

En 1426, el gobierno Lusignan llegó a su fin cuando los mamelucos pusieron la isla bajo su influencia. Chipre siguió disfrutando de cierta autonomía mientras rendía tributos a los musulmanes. La situación se mantuvo hasta que en 1571 los otomanos tomaron el control total de la isla. En estos siglos XV y XVI el estilo ya es posbizantino. Lo podemos apreciar en la segunda iglesia de Kalopanayotis y en las de Pedhoulas, Platanistasa y otras. En estas iglesias, la influencia de Constantinopla es ya inapreciable, pero sobrevive el influjo francés. Más especial aún son las de Galata y la tercera de Kalopanayotis. En ellas se nota la presencia de los venecianos en Chipre, que gobernaron la isla desde 1489. El último ejemplo en Troödos es la iglesia de la Transfiguración del Salvador en Palaichori, con uno de los techos de madera más característicos de la región.

Un viaje por Troödos reúne todo el encanto del entorno rural chipriota, incluyendo sus limitaciones. En la zona apenas hay transporte público, así que lo ideal es alquilar un coche en Nicosia para tener libertad de movimientos. Kakopetria, a una hora de la capital, es una buena base de operaciones. Visitar las distintas iglesias exige planificación tanto por la distancia a los pueblos como por los distintos horarios. En algunas iglesias tendremos que conseguir la llave en algún lugar del pueblo. Merece la pena también acercarse al museo bizantino de Pedoulas. Más allá de las iglesias, Troödos es una región ideal para montañeros. En invierno hay pistas de esquí. En primavera y otoño, no aconsejable en verano por las altas temperaturas, hay distintos senderos. El más habitual es el de Artemisa, a los pies del monte Olimpo.

Fotos: orientalizingAnsgar Bovet

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