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Monte Wuyi

Monte Wuyi

Fujian (China)

Filosofía china entre farallones


El neoconfucionismo es probablemente la filosofía vital que más ha configurado la actual cultura china. Su metafísica y moral, de corte racional y secular, se basa en un lavado de cara moderno al confucionismo antiguo, que en el siglo X se había visto sobrepasado por otras corrientes filosóficas como el budismo o el taoísmo. Los primeros textos influyentes fueron los de Han Yu y Li Ao en el siglo IX, pero su verdadera expansión arrancó en los siglos XI y XII. La figura de Zhu Xi y las academias del monte Wuyi fueron fundamentales en este sentido. El propio Zhu Xi abrió la de Jingshe en esta zona de gran belleza natural, un punto de biodiversidad fundamental en el sureste de China gracias en buena parte a su protección desde el año 748. El entorno de Wuyi, parecido al de zonas kársticas como Guilin, está basado en un río serpenteante que va dejando a sus lados farallones verticales de 200 a 400 metros de altura. En este fondo natural se enmarcan los numerosos templos y academias neoconfucionistas.

Río Jiuqu Xi con el farallón Yunu al fondo

La cordillera Wuyi es una amplia zona que hace frontera con la provincia de Jiangxi al norte, cuando alcanzan su tope de 2.158 metros en el monte Huanggang. La parte oeste tiene origen volcánico y los farallones abundan tras haber sido esculpidos por la erosión de ríos y viento. La parte este es de arenisca. Es una formación Danxia, típica del sureste chino. La zona protegida es un segmento de diez kilómetros del río Jiuqu Xi o río de las nueve curvas, en el que cada meandro se ve flanqueado por farallones como el de Yunu, símbolo de la zona. Wuyi es un territorio muy relevante a nivel natural: presenta un bosque subtropical húmedo gracias a que las montañas retienen los vientos del norte y crean un clima cálido. La fauna cuenta con mucho endemismo chino y tres especies que solo están en estos montes: una pequeña ave, una rana y una culebra. Más grandes, pero amenazados, están el tigre, leopardo, pantera nebulosa o la impresionante salamandra gigante china. Además, Wuyi es un paraíso para los entomólogos por sus casi 5.000 especies de invertebrados entre los que destacan las mariposas.

La presencia humana en Wuyi cuenta con 4.000 años. Fue parte del reino Minyue antes de que este fuera absorbido por los Han. Estos construyeron la ciudad administrativa de Chengcun, cuyas ruinas fueron descubiertas en 1958. Es en este periodo cuando el monte pasa a ser considerado sagrado, lo que empieza a atraer a taoístas y budistas. Primero se construyó un palacio ritual en el siglo VII, pero se han encontrado hasta sesenta templos de estas religiones. Su popularidad fue sustituida por el neconfucionismo, cuyos seguidores construyeron 35 academias entre los siglos XI y XIX. Además del aspecto religioso, la actividad principal de Wuyi ha sido y es el té: entre los siglos XI y XVI hubo una gran plantación imperial. Hay cuatro variedades muy apreciadas en la zona. Hasta 1873, los occidentales no conocieron esta zona. Fue un misionero francés, que quedó maravillado con la naturaleza del sitio y atrajo a otros investigadores.

Templo de Tian Cheng en Wuyi

Además de los templos, de Wuyi destacan 18 sarcófagos en forma de barco que fueron encontrados en cuevas. Datan del segundo milenio a.C., durante la dinastía Shang, cuando esta práctica funeraria era común en el este de Asia. La mayor parte de las academias neoconfucianas no han resistido bien el paso del tiempo por la intrincada vegetación, pero quedan algunas destacabales como la de Tian Cheng del siglo XVIII, que tiene una enorme deidad esculpida en la roca. El complejo palaciego de Wuyi ha conservado también algunas partes originales como el palacio Wannian y el hall Sanqing. La ciudad de Chengcun, unos kilómetros al sur, conserva principalmente las murallas y el diseño urbano de los Han. También algunos edificios, probablemente administrativos.

A la sombra de otros sitios como Guilin y Huangshan, el turismo ha crecido en esta zona desde que se abrió un aeropuerto en la localidad de Wuyishan. No se puede entrar con transporte propio a las montañas, por las que es ideal moverse en autobús entre las entradas. Merece la pena reservar dos días para esta zona por los numerosos trekking disponibles. La Roca del Tigre Rugiente es uno de los más conocidos y en su trayecto se visita el templo de Tian Cheng. Se suele enlazar después con el del Hilo del Sol, que incluye un poco de espeleología y un tramo en el que se pasa por un pasillo de altas paredes verticales y solo cuarenta centímetros de ancho. El ascenso más famoso es al pico Tianyou, lleno de escaleras, desde el cual tendremos unas vistas privilegiadas. También es aconsejable hacer rafting en embarcaciones de bambú por el río. Por último, es habitual visitar alguna plantación de té del valle Da Hong Pao, donde por supuesto podremos comprar alguna bolsa.

Fotos: 老过Lyle Vincent

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