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Paisaje cultural agropastoral mediterráneo de Causses y Cévennes

Paisaje cultural agropastoral mediterráneo de Causses y Cévennes

Mediodía-Pirineos y Languedoc-Rosellón (Francia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 16 11, 2017
  • Category:

Macizo explotado


En 1878, el autor de La Isla del Tesoro, Robert Louis Stevenson, realizó un viaje muy particular. Se tomó un tiempo libre y atravesó la región francesa de las Cévennes. Lo hizo acompañado por tan solo un burro con el que estableció una curiosa relación. Luego plasmó en uno de sus primeros libros sus impresiones del viaje. No ha pasado a la historia de la literatura, pero sin embargo sí influyó en su momento en la forma de ver el campo. En cierto modo se le puede considerar una obra fundacional para el senderismo. Seguramente Stevenson caminó por la red de 300 kilómetros de vías pecuarias que funcionan como aglutinante de una región marcadamente agropastoral. Causses y Cévennes, cada una especializada en un aspecto distinto del mundo rural, se complementan. Han generado actividad humana en un contexto complicado, que antes que viajeros atrajo a los geólogos por su orografía atravesada por gargantas y cuevas.

Paisaje agrícola de Cévennes

Cévennes es una cadena montañosa de pizarra y granito que en realidad supone el extremo sur del macizo central de Francia, justo antes de descender hacia las llanuras del Languedoc y el Mediterráneo. Es una zona rugosa intercalada por profundos valles arbolados. Aunque quedan bosques de coníferas y algunas partes han sido reforestadas, la mano del hombre ha actuado aquí desde hace tiempo. Lo hizo pese al terreno y la complicada gestión del agua, abundante en invierno y muy escasa en verano. Conductos y canales subterráneos permitieron la apertura de granjas agrícolas que progresaron gracias al terraceo de piedra. La parte inferior de estos cultivos en terraza se destina al grano y heno, mientras que en la parte superior destacan los castaños. También es habitual ver moreras, testigo del pasado boom de la seda. Por encima de la línea de árboles están los pastos para el ganado. Al norte de Cévennes está la zona del monte Lozère. Aquí los espacios son más amplios y la ganadería protagonista. Varias rutas de trashumancia traen aquí ganado desde las granjas del Languedoc cada verano.

Al oeste de Cévennes están las Causses, muy distintas orográficamente. Son una sucesión de mesetas de caliza que conforman una de las zonas kársticas más extensas de Europa. Las mesetas están atravesadas por estrechísimas gargantas que dividen las Causses, que adquieren distintos nombres: Méjan, Noir, Larzac, etc. En estas gargantas están los pocos árboles de las Causses, cuyo terreno es más apto para los pastos. Precisamente por eso las Causses son en esencia ganaderas. Aquí, los complejos ganaderos son mayores que en Cévennes, como por ejemplo en Les Monziols, pero la arquitectura vernácula es similar y está basada en la piedra. Hay elementos muy propios como los jasses, rediles muy anchos para el abrigo del ganado con depósitos de agua y heno. También hay estructuras medievales más grandes, como la torre para guardar el grano de Viala-du-Pas-de-Jaux.

Paisaje ganadero de Causses

Parece que las labores para despejar el terreno de bosque empezaron en la Edad de Bronce y la época romana. Sin embargo, es entre los siglos XI y XIV cuando la zona arranca su verdadero desarrollo. Lo hace de la mano de monasterios y templarios. Los primeros se sitúan principalmente en la zona de Cévennes y los segundos en las Causses. Ambos tuvieron en común la gestión de sistemas de irrigación para aprovechar la zona. En Causses, la ganadería fue complementada poco a poco con las rutas comerciales que en el siglo XVI empezaron a cruzar la región de norte a sur. No obstante, pueblos como La Cavaler, La Couvertoirade o Sainte-Eulalie de Cernon todavía conservan cierto carácter militar de la Orden. En Cévennes, los monasterios dejaron progresivamente paso al cultivo familiar de los castaños y luego la seda. La mayor prosperidad se alcanzó a comienzos del XIX, pero poco después el declive en toda el área fue inevitable. Causses y Cévennes perdieron dos tercios de su población hasta finales del siglo XX, cuando los esfuerzos por repoblar la zona empezaron a dar sus frutos.

Toda la zona hoy tiene distintos grados de protección. La mejor manera de llegar es en coche, entrando por alguna de las ciudades de mayor tamaño, como puede ser Millau. Cerca de esta localidad está la garganta del Tarn, una de las pocas zonas que disfrutan de mayor turismo gracias a una espectacular carretera. Causses y Cévennes, entre Pirineos y Alpes, tienen menos visitantes en general. Sin embargo, la tradición del senderismo tiene más antigüedad aquí gracias a Stevenson. Se puede seguir la ruta del escritor, la GR70, que atraviesa 156 kilómetros de la región. Si vamos a Florac, la localidad que más vive esta ruta, hasta podremos hacer un tramo en burro. El queso de Rochefort se hace con leche criada en las Causses, por lo que es muy típico en esta zona.

Fotos: Henri MOREAUGavach

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