La colina de la confluencia
La confluencia de los ríos Shashe y Limpopo es hoy solo la frontera entre Zimbabue, Botsuana y Sudáfrica, pero gracias a las condiciones climáticas del territorio ha sido un área habitada desde hace milenios. En algunos momentos, estas condiciones fueron tan favorables que permitieron, junto al desarrollo del comercio del oro y el marfil, el ascenso de grandes ciudades para el contexto subsahariano. La más grande civilización precolonial fue el Reino de Zimbabue, del que el Reino de Mapungubwe parece que fue su predecesor. Situado unos kilómetros más al sur de Gran Zimbabue, esta civilización floreció entre los IX y XIII en un entorno de sabana con grandes baobabs y una fauna muy apreciable. Lo hicieron sobre todo en una colina, la que les dio el nombre y cuyo significado es “lugar de chacales”.
No solo dominaron la colina de Mapungubwe. Parece que fue la fase final de una cultura que estuvo presente en los asentamientos conocidos como Schroda y el Kopje del leopardo. A esta cultura se la bautizó como K2. Progresó en un territorio habitado ya anteriormente por otras tribus, como indican muestras de arte primitivo anterior a ellos. Por su tamaño terminó mudándose a la colina, desde donde dominaban un pequeño sistema con aldeas satélite. En torno a la confluencia de los ríos cobijó a unas 9.000 personas. En la colina levantaron una empalizada de madera para proteger el territorio donde vivían las élites y donde se han encontrado restos de hasta tres palacios con muros de piedra. El crecimiento de la ciudad en torno al comercio, que se estableció con las ciudades de la costa suajili y de ahí a China y la India, permitió el desarrollo de artes cerámicas y el oro. En el siglo XIV hay registrado un cambio climático en la zona que generó una menor cantidad de lluvias. Los cultivos del Reino de Mapungubwe no pudieran alimentar a tanta población. Esta parece la causa más plausible de su dispersión y emigración al norte, donde formarían el Reino de Zimbabue.
Los habitantes de Mapungubwe centraban su vida en su familia y el ganado, que vivía con ellos en los kraals. Junto a las viviendas privadas se pueden distinguir edificios públicos. Varios de ellos son para ceremonias, donde se han encontrado figuras de animales de ganado. Se entiende de Mapungubwe que formaron la primera sociedad subsahariana con tres clases: el pueblo llano, la élite y un líder sacralizado. Estos líderes eran enterrados en las colinas. Se han encontrado hasta 24 tumbas en Mapungubwe, de las cuales once han podido ser analizadas. La mayor parte no tiene artefactos, pero dos en concreto tenían distintos tipos abalorios, sobre todo de oro. Por encima del resto destaca una figurilla de un rinoceronte dorado que se ha convertido en el símbolo del sitio arqueológico. En 2007, una vez analizados todos los cuerpos, fueron de nuevo enterrados en su lugar original.
No hay registro escrito alguno en Mapungubwe, lo que sin duda ha significado un reto para los arqueólogos. Estos han fundamentado sus pesquisas en la arquitectura y artefactos encontrados. La existencia del sitio pasó al olvido al migrar la gente a Gran Zimbabue, pero quedó un residuo oral que fue transmitido durante generaciones. Los rumores de este sitio llegaron a oídos de ESJ van Graan, quien se aventuró a localizar el sitio con la compañía de Mowena, un guía local. Su equipo localizó restos de las murallas y diversos artefactos en lo que entonces era la granja Greefswald. Su territorio, una vez confirmado el hallazgo, fue comprado por la universidad de Pretoria. Se dejó el mando del equipo arqueológico a su departamento de Historia. Ellos hicieron la primera investigación a fondo hasta el año 1947. En ocasiones fue con pocos medios y pocos arqueólogos especializados, sobre todo porque la Edad de Hierro no era algo manejado por los sudafricanos. Se perdieron algunos depósitos, pero todo el material acumulado ha sido objeto de investigación desde los años 70.
En la misma Universidad de Pretoria se pueden ya ver algunos de los artefactos hallados. No obstante, la mayor parte, incluido el rinoceronte dorado, se encuentran en el centro de interpretación, a los pies de la colina. Hoy, todo el área de Mapungubwe forma un Parque Nacional que se junta con áreas de conservación similares en Zimbabue y Botsuana. Este Parque, a unas 5-6 horas de Pretoria, es mucho menos visitado que otros por su reducido tamaño. Podremos hacer un tour arqueológico guiado que dura unas tres horas. Después de ello, lo habitual es hacer algún safari, pues todo el territorio de sabana está habitado por elefantes, jirafas, rinocerontes, etc. En el Parque el alojamiento habitual son lodges o campamentos; no hay hoteles como tal.
Foto: Monkey Boy / JJ van Zyl
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