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Sitio del bautismo “Betania en la otra orilla del Jordán” (Al-Maghtas)

Sitio del bautismo “Betania en la otra orilla del Jordán” (Al-Maghtas)

Balqa (Jordania)

Inicios del cristianismo


El bautismo es el primero de los sacramentos cristianos. Simboliza la entrada oficial del practicante a la religión y supone una mínima marca para poder acceder al Paraíso. Por eso, aunque algunas corrientes se opongan, es más que habitual bautizar a los niños al poco de nacer. Los rituales del bautismo varían enormemente entre los distintos credos, aunque la mayoría incluyen invariablemente el agua como elemento purificador. Está presente en el bautismo de Jesucristo según los evangelios e incluso buena parte de los historiadores, que ven en el bautismo de Jesucristo por San Juan uno de los hechos fundacionales de la fe cristiana. Según se dice, Jesucristo fue un seguidor de San Juan y, al ser condenado este por los romanos, heredó sus seguidores y fue más allá. Según todas las fuentes, este bautizo tuvo lugar en el río Jordán. Una zona denominada Betania o Al-Maghtas en su orilla este fue identificada hace siglos como el lugar exacto, lo que hizo que se levantaran aquí iglesias y monasterios hoy redescubiertos.

Restos arqueológicos de Betania más allá de la orilla

El río Jordán apenas recorre 250 kilómetros atravesando el mar de Galilea antes de desembocar en el mar Muerto. Pese a tan corto recorrido, hacerlo por territorios tan relevantes desde la Antigüedad ha hecho que esté muy presente en las escrituras del judaísmo, cristianismo y en menor medida Islam, además de dar nombre a un país. La zona de Al-Maghtas es la consensuada para localizar Betania, lugar sagrado no solo por el bautismo, sino por otros dos hechos bíblicos: el cruce de los judíos comandados por Josué y el ascenso de Elías a los cielos. Las escrituras dejan claro que hablamos de una Betania más allá del Jordán, siempre tomando como referencia Jerusalén, que tiene en el monte de los Olivos otra Betania. Teniendo claro el perímetro había que estrechar el margen y el evangelio de San Juan fue el que más pistas dio. Los caminos desde Jerusalén vía Jericó hacia otros sitios bíblicos como el monte Nebo o Madaba cruzaban obligatoriamente el Jordán. Ahí se localizó Betania.

Es muy probable que San Juan no realizara sus bautismos en el Jordán, sino en algún arroyo afluente de este. Así viene recogido en los evangelios y así Al-Maghtas, traducido como inmersión, hace referencia a la zona del arroyo al-Kharrar. No obstante, está claro que cuando los primeros cristianos localizaron aquí el lugar se guiaron por intuiciones y no evidencias. Sobre el siglo IV se consensuó y aparece confirmado en el mapa de Madaba del siglo VI identificado como Betania, también llamada Betabara. En los años 90 se encontraron restos arqueológicos que unieron la fe con la ciencia: se identificó una antigua ciudad de tiempos romanos y bizantinos con varias piscinas de bautismo. Betania no tuvo una historia sencilla, pues los terremotos y riadas del Jordán, en cuya orilla estaba entonces, fueron habituales. Sobre el siglo VI-VII, el sitio más concurrido de peregrinaje cruza de orilla. Se asienta en el más accesible oeste, en la zona conocida como Qasr el-Yahud. Invasiones persas y, sobre todo, la llegada del Islam fueron degradando las estructuras de Betania, que se abandonó completamente en el siglo XV.

Dos personas bautizándose en el río Jordán cerca de Betania

La mayor parte de estructuras de la antigua Betania son posteriores al siglo IV, tras ser legalizado el cristianismo. Hay dos zonas, siendo más extensa la de la colina de Elías o Al-Kharrar. La leyenda la identifica con el ascenso de Elías a los cielos. En este tell arqueológico se han encontrado iglesias, capillas, un monasterio, varias cuevas de complicado acceso habitadas por monjes en las colinas Qattara y por supuesto varias piscinas de bautismo. Aún se conservan canalizaciones de cerámica para llenar las piscinas. Las tumbas de la zona han servido para datar el asentamiento. La otra zona se denomina iglesias de Zor. Se trata de un complejo de piscinas, basílicas e iglesias entre las que se encuentra la de San Juan Bautista.

Tras las tensiones vividas aquí en la Guerra de los Seis Días, las relaciones entre Jordania e Israel se atemperaron y se pudo trabajar la zona de Betania. Está aumentando así la principal fuente de visitas: los peregrinos. El lugar es fácilmente accesible desde el turístico mar Muerto. Las visitas en el sitio son obligatoriamente guiadas, en parte por la cercanía a la frontera. Hay que andar un rato y hará calor seguramente, así que es mejor traer agua. Es típico llevarse precisamente agua del Jordán, porque tras visitar las distintas ruinas se camina hasta el río, donde muchos realizan algún ritual de bautismo o rebautismo. Al otro lado del río, de apenas unos metros de ancho, veremos a gente haciéndolo del lado israelí. A ese lado se llega desde las ruinas de Qasr el-Yahud.

Fotos: Jan Smith / Frode Bjorshol

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