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Greenwich marítimo

Greenwich marítimo

Londres (Reino Unido)

Realeza en el meridiano 0


El sistema basado en satélites GPS ha mejorado y democratizado extraordinariamente la forma en la que nos desplazamos. Sin embargo, no siempre fue tan sencillo. Antiguamente, los marineros que salían a la aventura del mar abierto tenían que confiar en sus dotes de observación del cielo, tanto de día como de noche, además de la brújula. Así pues, no es de extrañar que astronomía y navegación hayan sido dos caras de la misma moneda: ciencia y utilidad práctica. Reino Unido fue uno de los países más avanzados en ambos campos y decidió nombrar un astrónomo real en el siglo XVII. John Flamsteed fue el primero de ellos y encontró su lugar de trabajo en el barrio de Greenwich, donde se construyó para él el Observatorio Astronómico. Este barrio está en la mente de todos por el papel que jugó al establecerse los husos horarios. Menos saben, sin embargo, que antes de dedicarse a la ciencia y la navegación, Greenwich fue residencia real.

Vista del parque de Greenwich con Queen's House en primer plano

Vista del parque de Greenwich con Queen’s House en primer plano

Lo fue desde que el rey Enrique VI construyó en los terrenos del duque Humphrey el palacio de Placentia, cambiando el rol de la zona. En este palacio nacieron varios de los Tudor, como el rebelde Enrique VIII. En 1616, Jaime I construyó la Queen’s House un poco al sur. El prestigioso Iñigo Jones fue su artífice y se acabó justo antes de la guerra civil. Este nuevo palacio hizo que Placentia perdiera relevancia. Así fue hasta que Carlos II encargó la construcción de un parque y a John Webb un nuevo palacio en el lugar de Placentia. Con las obras a medio hacer, el ascenso al poder de Guillermo II en 1688 cambió otra vez el rol de Greenwich. Se llevó la residencia real fuera de Greenwich. El proyecto del palacio se transformó en hospital para marineros, esta vez bajo la dirección de Christopher Wren. Este arquitecto, junto a Robert Hooke, estaba ya trabajando en la zona por entonces. En concreto, estaban acabando el Observatorio Astronómico Real. Este nuevo rol científico de Greenwich también cayó un poco en desgracia cuando en los siglos XVIII y XIX la zona mutó en zona industrial.

Esto no quita para que el Observatorio mantuviera su relevancia a la hora de establecer los husos horarios. A partir de su construcción se estableció en Greenwich la duración del día solar medio, esto es: la duración de un día. Previamente se utilizaba el día solar aparente, cuya medición proviene de la observación directa del ciclo del sol. Esta medición difiere unos quince minutos al día respecto al tiempo solar medio, que con sus 86.400 segundos exactos estandarizó la forma de medir el tiempo. Esto permitió a los marineros navegar con relación a la longitud establecida en Greenwich. En el siglo XIX, las mejoras en el transporte con la llegada del tren y el telégrafo destaparon un problema sin demasiada importancia cuando las distancias se medían en días: la hora local es distinta en cada lugar. Ni que decir tiene cuando uno se desplazaba a las colonias. Los tiempos de referencia necesitaban un estándar mundial. Finalmente, en 1884 se celebró en Washington la Conferencia Internacional del Meridiano. Allí se estableció Greenwich como longitud 0 grados; dicho de otra forma: la hora base.

Observatorio Astronómico Real de Greenwich

Observatorio Astronómico Real de Greenwich

Actualmente, Greenwich es una amalgama de su historia, con edificios reales, públicos y científicos en torno al parque. Queen’s House es seguramente el edificio más importante por la mano de Íñigo Jones, formado en Italia. Se considera el primer edificio renacentista italiano de Reino Unido e inspiró villas y mansiones durante dos siglos. El Royal Naval College es el antiguo hospital de marineros en el terreno del todavía más antiguo palacio de Placentia. La firma barroca de Christopher Wren hace de este grupo de edificios otro punto relevante. El parque parte del Queen’s House y su simetría culmina en la loma sobre la que se asienta el Observatorio Astronómico Real. Aquí es donde se puede ver la famosa bola del tiempo y colocar un pie a cada lado del meridiano 0. Completan la foto varias mansiones de los siglos XVII a XIX y el mítico barco Cutty Sark, que ha reabierto tras sufrir un incendio fatal en 2007.

La mejor forma de llegar a Greenwich es además la más romántica y coherente con el pasado del lugar: tomando un barco en la zona de Westminster se disfrutará de paso de las vistas que ofrece el Támesis en su recorrido. De vuelta se puede tomar el tren o el DLR y hacer una parada en Canary Wharf, la nueva zona financiera de Londres. Greenwich puede llevar toda una mañana, dependiendo de los museos que visitemos: el marítimo en Queen’s House, el Cutty Sark y el Observatorio Astronómico con sus distintos shows. El Royal Naval College es hoy parte de la universidad de Greenwich y tiene entrada libre. Merece la pena entrar a ver el Painted Hall. Un día especial en el parque es el 5 de noviembre. Se recuerda al revolucionario Guy Fawkes, que intentó volar el parlamento inglés, con un espectáculo de pirotecnia: el Blackheath Heath Fireworks Display.

Foto: Pedro AntunesGraham and Sheila

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