África tropical desubicada
Si queremos ver flora y fauna de clima tropical en África, lo más sensato es irse al área central y oriental, donde este tipo de clima alterna con la sabana en amplios territorios que abarcan países enteros. La parte más occidental no alcanza este tipo de clima salvo cerca de la costa, donde los asentamientos humanos son excesivos. Una excepción a la regla la supone el Parque Nacional de Comoé, el más grande de África occidental. Situado en el noreste del país, hacia la frontera con Burkina Faso y Ghana, el río Comoé y sus afluentes han generado una zona de transición entre la sabana y el bosque tropical impropia de su latitud. La biodiversidad que se genera aquí es así de alto valor y como tal está reconocido desde que en 1968 se creó el Parque. Sin embargo, su protección ha sido insuficiente y las guerras civiles han hecho proliferar la caza furtiva y el exceso de ganadería por la casi total ausencia de administración. La situación en los últimos tiempos, al menos, está mejorando ostensiblemente.
El río Comoé es el eje principal del Parque Nacional: 230 de los 759 kilómetros del río transcurren en él. Este río nace en la llanura de Sikasso, en Burkina Faso, y tras las bellas cascadas de Karfiguéla entra en Costa de Marfil para conformar la más importante cuenca del este del país. Tras dejar el Parque deja sus aguas en la laguna laguna Ébrié, la zona más habitada del país, y el golfo de Guinea. En este tramo final, el Comoé es sustento fundamental por sus inundaciones estacionales que permiten el cultivo del arroz. La mayor parte del Parque la ocupa la enorme llanura que se extiende entre el río Comoé y el río Volta Negro, que forma la frontera con Ghana. Esta llanura está punteada en algunos lugares con riscos y pequeñas cordilleras de no más de 600 metros de altitud, además de contener los principales afluentes del Comoé. La tierra de esta región es muy rica y húmeda, aunque no es apta para la agricultura. Esto ha permitido que la fauna campe a sus anchas sin apenas presencia humana y con alimento suficiente, más cuando el terreno se inunda.
La flora de esta región es producto de su atípico clima según su latitud: río y humedal provocan un ambiente más tropical que semi-árido. Especialmente importante es la zona riparia en el entorno de los ríos: sostiene el sistema fluvial y da cobijo a buena parte de la fauna de Comoé. Las zonas de riscos también tienen su propia flora adaptada. La fauna encuentra en este Parque un santuario: 135 mamíferos se encuentran aquí, incluyendo once primates como el amenazado chimpancé occidental. La llanura tiene buenas poblaciones de hipopótamos, elefantes, leones, leopardos, etc. así como tres especies distintas de cocodrilos. Mucha de esta fauna es compartida con otros lugares de África, pero es rara de ver en África occidental. Comoé es también un paraíso para la avifauna: se han registrado más de 500 especies. Muchas son migratorias y llegan aquí en la época húmeda, pero también hay otras propias del sitio de gran valía como las avutardas y los cálaos.
El ecólogo Karl Eduard Linsenmair montó una estación de investigación a finales de los años 80 con ayuda de varias instituciones alemanas. Se convirtió rápidamente en una gran fuente de investigación. Por eso se mejoraron sus instalaciones poco a poco hasta inaugurar un nuevo edificio en 2002. La mala suerte es que fue el año del comienzo de la guerra civil y se perdieron doce años de actividad, doce años de conservación e investigación que le han venido muy mal a Comoé. Afortunadamente, la estación ha vuelto a reabrir y ha aprovechado para mejorar las instalaciones, que fueron esquilmadas. Es de esperar que la estación ayude a la conservación de Comoé y que la estabilidad del país ayude también a su popularidad. Un punto fundamental será trabajar con las comunidades locales para implicarlas en la conservación.
Comoé, al menos de momento, no es un Parque muy visitado por la historia reciente del país y la inaccesibilidad del territorio. Esto tiene el encanto, por otro lado, de poder hacer un safari más auténtico, sin apenas turismo. Hay agencias especializadas que organizan safaris por el territorio, tanto en 4×4 como en canoa por el Comoé. Para llegar a esta zona se necesitan un par de días por carretera desde la capital. Las ciudades de entrada más habituales son Kafolo en el norte y Kapkin en el sur. Cerca de esta segunda está la estación de investigación, que tiene alojamiento y servicios para turistas. El Parque abre de noviembre a abril, cuando no hay lluvias y las carreteras son accesibles.
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