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La Bauhaus y sus sitios en Weimar, Dessau y Bernau

La Bauhaus y sus sitios en Weimar, Dessau y Bernau

Sajonia-Anhalt y Turingia (Alemania)

Marca moderna


Además de bello, el arte tiene que ser útil. Esta idea del influyente y multifacético William Morris fue una de las raíces más fuertes del movimiento de la Staatliches Bauhaus. Con solo 14 años de actividad y no muchos trabajos materializados, la Bauhaus se las ha arreglado para pasar a la historia como uno de los movimientos de diseño y arquitectura más influyentes que han existido. Además del arte funcional, la Bauhaus apoyó la fusión total de las artes. De ahí que sus influencias se dejaran notar no solo en la arquitectura, sino en el diseño, arte, interiorismo, diseño industrial e incluso tipografía. La Bauhaus, que cambió de sede y director dos veces, se convirtió en una marca en sí misma. Es una marca identificada con el modernismo, movimiento que les influenció y al que a su vez influenciaron. El nazismo provocó una anticipada ruptura aparente del movimiento, pues la Bauhaus fue acusada de degenerado arte cosmopolita. Fue solo aparente, porque sus miembros se expandieron por el mundo, consiguiendo así una repercusión que posiblemente no hubieran alcanzado quedándose en Weimar, Dessau y Bernau.

Edificio principal de la Bauhaus en Dessau

El fin del régimen alemán tras la I Guerra Mundial trajo el liberalismo de la República de Weimar y con ello las puertas abiertas a la experimentación. El movimiento en boga por entonces era el modernismo. Su capacidad de abstracción, sus líneas sencillas y la reconciliación del diseño industrial con el arte, que ya se estaba viendo en algunas partes del país como Berlín, fueron los cimientos de la Bauhaus. Con estos precedentes, Walter Gropius funda la escuela en 1919 a partir de las escuelas de artes finas y artes aplicadas. Los principios de la Bauhaus se reúnen en el conocido como Vorkurs, el programa preliminar de estudios diseñado por Johannes Itten. En solo tres años, la Bauhaus ya es conocida y establece lazos con la corriente holandesa De Stijl, el constructivismo ruso y artistas como Kandinsky. Desde el comienzo se identifican con ideas de izquierdas reformistas y el estado de Turingia, socialista, apoya económicamente a la escuela. Cuando el gobierno cambia en 1924, los fondos se reducen y la Bauhaus se ve obligada a cerrar y mudarse a Dessau.

Gropius estuvo tres años más al frente y empezó por diseñar varias casas, las conocidas como Meisterhäuser: residencias individuales donde se mudaron Kandinsky, Klee, Muche y él mismo. Nombró también a Hannes Meyer como director del área de arquitectura y este se convirtió en 1928 en el segundo director. Meyer fue más pragmático y menos filosófico. Su orientación a la reducción de costes procuró a la Bauhaus sus principales proyectos: cinco bloques de apartamentos y la central de una unión sindical en Bernau, el ADGB. Sin embargo, este pragmatismo no fue buen visto por otros. Además, la cada vez más pronunciada identificación con el socialismo y el clima político terminaron por forzar el despido de Meyer. Mies van der Rohe tomó el testigo en un clima muy complicado. En 1931 los nazis ocuparon la escuela para sus propios intereses y se decidió una segunda mudanza a Berlín. Allí, la Bauhaus sobrevivió unos meses bajo las presiones de la Gestapo, hasta que en 1933 el cierre fue definitivo.

Meisterhäuser en Dessau

El legado palpable de la Bauhaus es, con todo, muy escaso. No hubo escuela de arquitectura como tal hasta 1927, por lo que la primera etapa se encargó más del diseño. De esta época destaca la Haus am Horn, construida para una muestra en 1923. Se trata de una vivienda familiar que hoy podría resultar anodina, pero que en la época se consideró casi una afrenta por su diseño cúbico, su funcionalismo y su techo plano. Las Meisterhäuser recuerdan a esta casa. Fueron bastante dañadas en la II Guerra Mundial y posteriormente restauradas. Mejor suerte corrió el edificio principal de la Bauhaus en Dessau. Es de 1926 y reabrió tras la guerra utilizando la marca de la escuela. En 1976 fue restaurada. El acoso nazista permitió expandir el trabajo de la escuela, que se puede encontrar en sitios tan lejanos como EEUU, Australia y sobre todo en la ciudad blanca de Tel Aviv.

Leipzig es una ciudad a medio camino de Weimar y Dessau y desde aquí se puede viajar en tren para visitas de un día. Weimar recibe mucho turismo, aunque no especialmente por la Bauhaus y sí por su castillo. La Haus am Horn es visitable, pero es bueno repasar bien sus horarios. Las escuelas de artes, que han recuperado el nombre de Bauhaus, incluyen un museo sobre el movimiento y el despacho de trabajo de Gropius. Dessau, por su parte, sí que concentra visitas de los apasionados por el modernismo y la ciudad está entregada a la Bauhaus. Aquí, lo principal es visitar el edificio principal y las Meisterhäuser, que distan cinco minutos entre sí. En el edificio principal hay exposiciones temporales. En ambos hay visitas guiadas, pero de momento solo en alemán. En cuanto a Bernau, que se encuentra a pocos kilómetros al norte de Berlín, el edificio ADGB no es visitable salvo en algunas fechas sueltas y también en alemán, así que lo mejor es informarse en su web.

Fotos: MCAD Libraryqwesy qwesy

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