El mayor desafío al Papado
Martín Lutero exclamó una vez: “Ruego por que dejen mi nombre en paz. No se llamen así mismos luteranos, sino cristianos. ¿Quién es Lutero? Mi doctrina no es mía”. El creador del vuelco más importante que ha sufrido el cristianismo había llegado a la conclusión de que su influencia en vida iba más allá de lo que él había esperado y deseado. Su influencia posterior, sin embargo, es incalculable. Junto con otros actores y acontecimientos de la historia, Lutero es uno de los fundadores del pensamiento humanista que poco a poco llevaría a la Ilustración y al pensamiento racional. Varios edificios clave en su vida y la de su discípulo Melanchthon simbolizan todo un movimiento religioso e intelectual.
Lutero nació y murió en Eisleben, pero el grueso de su vida tuvo lugar en Wittenberg. Allí dio clase, se hizo monje y arrancó su Reforma. Teólogo, su vida dio un giro radical al reflexionar sobre el papel de la venta de indulgencias, un ingreso recurrente para la Iglesia Católica de entonces. En 1517 publicó sus 95 tesis contra este fenómeno, dando el primer paso hacia la Reforma. Aunque no está claro si se limitó a enviarlas a Roma o además, como dice la tradición, las colgó a la puerta de la iglesia del Castillo, lo cierto es que arrancó un proceso que le llevó a su excomunión. Con ello, Lutero empezó a mirar con otros ojos sus posibilidades. No tenía aún la intención de cambiar de arriba a abajo a la Iglesia y mucho menos de fundar una nueva, pero, gracias a su carisma y a la protección de Federico III de Sajonia, es lo que logró.
De la venta de indulgencias pasó a decir que la Biblia era la única fuente de verdad y no el Papado, que la salvación no se fundamentaba en nuestras buenas obras sino en tener la gracia de Dios y dio una vuelta de tuerca a su ataque con la traducción de la Biblia al alemán. Esto acercaba las escrituras al pueblo llano, gracias también a la reciente invención de la imprenta, y eliminaba el aura de inaccesibilidad que tenía el latín. Esta traducción la inició mientras estaba perseguido y oculto en el castillo de Wartburgo, tiempo que aprovechó su discípulo Melanchthon para relevarle al frente del incipiente movimiento reformista. Su colega en la universidad de Wittenberg fue el escritor de las Confesiones de Augsburgo, el texto definitivo de la Reforma. Llegó un punto en que la figura de Lutero superó al propio Lutero y las consecuencias de su Reforma se hicieron inevitables. Forzó la reacción de la Iglesia con la Contrarreforma, iniciada en 1545, y partió en dos al cristianismo. Esto alentó nuevas escisiones y provocó guerras religiosas en las décadas posteriores.
Eisleben fue el lugar donde nació y murió Lutero, aunque en realidad apenas paso tiempo allí. Su padre, uno de los muchos mineros de la ciudad, movió a la familia al poco tiempo de nacer Martín. Muchos años después, Lutero dio su última charla allí, poco antes de morir en una casa que los expertos señalan ahora que no es la que se ha creído siempre. Esta tiene en su interior un museo de Lutero. La casa donde nació, aunque muy reformada en el siglo XIX, también se puede visitar. No obstante, si uno quiere empaparse del luteranismo a donde tiene que acudir es a Wittenberg. Esta pequeña ciudad de 50.000 habitantes está cargada de historia. Allí está la casa de Melanchthon, perfectamente conservada desde tiempos renacentistas. Una parte de la universidad fue el hogar de Lutero durante sus años de apogeo. En su interior está la sala donde debatía con sus discípulos, debates que fueron publicados posteriormente. Actualmente es el museo más importante de la vida de Lutero. En el centro de Wittenberg hay una iglesia gótica muy influenciada por la iconografía luterana, con imágenes de Lucas Cranach el Viejo y el Joven. También ha pasado a la historia por ser la primera iglesia donde se dio una misa en alemán. Más simbólica aún es la iglesia del Castillo, bastante reformada en el siglo XIX por su estado, pero de estilo tardogótico. Esta es la iglesia en la que se supone que Lutero colgó sus 95 tesis. Ahora están grabadas en las puertas de bronce y dentro descansan Lutero y Melanchthon.
Wittenberg está relativamente cerca de Berlín y Leipzig, los principales aeropuertos a su alrededor. Aconsejan mucho los tours por la ciudad, que dan un paseo por los principales puntos y terminan en la casa de Lutero. Las visitas lucen hoy su proceso de rehabilitación finalizado tras el quinto centenario de las 95 tesis.
Foto: Holly Hayes / paula soler-moya
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