Hipótesis alternativa
El consenso científico dicta que el Homo Sapiens entró al continente americano hace unos 15.000 años. Lo hizo aprovechando la unión puntual de este continente con Asia en el estrecho de Bering, entre Siberia y Alaska. Desde aquí fue colonizando todo el continente con la que se conoce como cultura Clovis, la primera de América. Algunos han teorizado que el salto se realizó en barco, pero en todo caso la procedencia la sitúan al oeste. Las teorías más originales señalan que el Homo Sapiens llegó del este. La hipótesis Solutrean, por ejemplo, afirma que esta cultura europea fue la precursora de Clovis. La arqueóloga brasileña Niède Guidon ha ido más allá. Según ella, la conquista de América se podría retrasar hasta por lo menos hace 50.000 años. Se basa en unos descubrimientos realizados en la Sierra de Capivara, al noreste de Brasil. Las teorías de Guidon no han convencido a la comunidad científica, lo que no quita para que Sierra de Capivara sea un sitio arqueológico excepcional con pinturas rupestres de más de 10.000 años de antigüedad.
Pintura rupestre de la Serra de Capivara
El Parque Nacional está limitado por la cuenca sedimentaria de Maranhao-Piauli y la depresión periférica del río Sao Francisco. Cuenta con una llanura que se va elevando en torno al macizo de la Serra do Congo y la chapada de Capivara. La zona está llena de valles, gargantas, curiosas formaciones como arcos perforados y cuevas, todo ello producto de la erosión. Estas cuevas son las que dieron refugio primero a animales y luego al hombre en sus primeros pasos por Sudamérica. A nivel de flora es una zona de transición a medio camino de la árida región del noreste. Está caracterizada por matorrales espinosos llamados caatinga, con zonas más arbóreas en el fondo de los cañones. Hace 11.000 años, durante la Edad de Hielo, la zona era mucho más húmeda. También tenía más fauna de gran tamaño, lo que sumado a las cuevas favoreció el asentamiento de grupos cazadores-recolectores.
Los yacimientos arqueológicos fueron descubiertos en los años 60. En 1973, un grupo de arqueólogos franceses y brasileños llegaron a Capivara. Este lo lideró ya Guidon y fue el que descubrió Pedra Furada, el principal yacimiento. En 1978 se solicitaron más medios y la inscripción como Parque Nacional. Serra do Capivara saltó a la fama mundial en 1986 cuando un artículo en Nature publicó la hipótesis de Guidon. Según ella se habían descubierto restos de refugios primitivos y la principal prueba era carbón quemado. La explicación de los escépticos es que el carbón se pudo quemar en un fuego natural y luego caer a la cueva accidentalmente. En todo caso, lo indudable es que en Capivara se formó una cultura hace unos 12.000 años, lo que la situaría como una de las primeras de América, por mucho que su origen fuera norteamericano. Esta primera fase de ocupación, llamada Pedra Furada, dejó paso a la era Serra Talhada hace 7.000 años. De entonces se han recuperado cuchillos, raspadores, lascas, etc. de industria lítica. La última era, iniciada hace 5.000 años, se denomina Agreste y se expandió por buena parte del norte de Sudamérica.
Formación geológica en Pedra Furada
En total, en Capivara se han identificado la impresionante cantidad de 800 sitios arqueológicos, de los que 600 tienen pinturas rupestres, muchas en un intenso rojo. En un territorio de solo 1.300 kilómetros cuadrados supone la mayor densidad de arte rupestre de toda América. Pedra Furada es la estrella: se trata de una cueva de 17 metros de profundidad repleta de artefactos y cuyas paredes acumulan más de mil pinturas prehistóricas. Las primeras pinturas se han datado de hace 12.000 años, pero la mayoría tienen entre 4.000 y 10.000 años. La cultura responsable de las pinturas se ha denominado Nordeste. A través de sus artefactos, pero sobre todo de sus motivos antropomórficos, zoomórficos, vegetales y geométricos, sabemos mucho de ellos. Sus temas pictóricos favoritos eran los bailes, el sexo, los rituales en torno a árboles y la caza.
La localidad de referencia para el Parque es São Raimundo Nonato, una pequeña localidad donde se ha establecido el Museu do Homem Americano, centro cultural del Parque. Esta ciudad está muy lejos de cualquier aeropuerto. El de Teresina es el más cercano y está a ocho horas por carretera. Esto reduce lógicamente el potencial turístico del sitio, que sin embargo tiene buenas infraestructuras. Por la misma razón, los turistas, casi todos locales, suelen dedicar varios días al Parque. Para acceder se necesita permiso y es obligatorio ir con guía. Además de los sitios arqueológicos, Capivara ofrece muchos e interesantes trekkings como el de Baixão da Esperança. De junio a diciembre es la estación seca y el mejor momento para ir, porque además es cuando más fauna podemos ver.
Fotos: Tetraktys / Artur Warchavchik
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