Jaula ecológica
La más famosa es Alcatraz, pero en el mundo ha habido unas cuantas islas-cárcel más. Una de las más duras fue la de la isla de Coiba. Durante su gestión en las dictaduras panameñas se ganó fama de inhumana por sus instalaciones, torturas, muertes e incluso fantasmas. Como en otras islas, la idea era no poder escapar: Coiba está a unos 25 kilómetros de la costa continental y en la isla no había nada más. La cárcel cerró en 2004, dando paso a una nueva etapa que ha puesto en valor otra consecuencia del aislamiento de Coiba. La jaula que supuso para los presos es una jaula de oro en biodiversidad. Estos no podían escapar, como le pasó a varias especies que quedaron aisladas cuando la isla se separó del continente en la última subida de nivel de mar importante, hace unos 15.000 años. Entonces se formó la isla más grande de Centroamérica, Caribe al margen, con sus 500 kilómetros cuadrados. Con todo, la importancia de Coiba se multiplica en sus aguas. Hace poco, investigadores del Smithsonian Tropical Research Institute vinieron aquí y declararon que la isla es un lugar como pocos para descubrir nuevas especies marinas.
El lugar en el que se asienta Coiba es especial. La topografía subacuática está enlazada con la cadena montañosa submarina de Coco, que llega hasta las Galápagos, e incluye montañas como Banco Hannibal. La isla está rodeada de otras 37 de menor tamaño como Jicarón, Uva o Bricanco. Este archipiélago tiene un clima privilegiado: está alejada del fenómeno El Niño y se beneficia de las corrientes cálidas que llegan del golfo de Chiriquí, al norte. Este es el secreto de la presencia del coral. Coiba, que tiene origen volcánico, está rodeada de barreras coralinas, especialmente en la bahía Damas. Todos estos ingredientes han permitido la evolución de las especies y que Coiba forme parte del corredor tropical del Pacífico este junto a Isla Coco en Costa Rica, las Galápagos y las islas colombianas Malpelo y Gorgona. En cuanto al interior, Coiba es mayormente plana y solo alcanza 416 metros. Tiene multitud de arroyos y ríos, siendo el principal el río Negro.
Las islas suman unos 240 kilómetros de costa, muchos con manglar. En el interior, un 75% es bosque tropical, buena parte totalmente primario. Algunas especies que se talaron hasta su deforestación en el continente han sobrevivido en Coiba. Forman parte de las 1.500 especies de flora. Hay mucho endemismo, como entre la fauna. Varias especies son muy similares a otras en el continente, pero la evolución los separó cuando se formó la isla. Ejemplos son el mono aullador, el ñeque o el pequeño ave curutié: todos tienen su versión isleña. La isla es una reserva para otros muchos animales no endémicos, especialmente para las alrededor de 150 especies de aves registradas. A algunas como el guacamayo macao y la arpía menor les pasa como a los árboles, que ya no existen en el continente. De vuelta al mar, la biodiversidad desborda, con multitud de peces endémicos a los que siguen grandes depredadores como ballenas jorobadas, tiburones ballena, orcas, tiburones, etc. Hay registradas más de 700 especies.
Coiba fue dominada por los indígenas caciques de Coiba hasta 1560, cuando fueron esclavizados por los españoles. La isla fue deshabitada y frecuentada solo como refugio por piratas. El presidio fue abierto en 1919 y, desde entonces, Coiba fue evitada por los panameños: el millar de presos, muchos políticos como el izquierdista Floyd Britton, y los guardias eran los únicos habitantes. El presidio hizo que Coiba no se desarrollara, salvo un pequeño terreno para el autoabastecimiento y algunos animales domésticos. Antes del cierre del presidio se nombró el Parque Nacional, que se reforzó legalmente en 2004. La mayor actividad es la de la estación biológica que se ha dedicado a censar especies.
Snorkel y buceo son las principales actividades en Coiba, siendo uno de los mejores puntos para ello en el Pacífico. La mejor manera de llegar es ir hasta Santa Catalina y tomar un barco que tarda una hora, pero también es habitual llegar desde Boca Chica. Si hay posibilidad, lo ideal es utilizar un barco para ir rodeando la isla tranquilamente. Así nos ahorraremos contratar nuevas barcas en la isla y solventaremos la falta de alojamiento que hay en Coiba, que solo cuenta con algunas habitaciones en el centro del Parque o ANAM. Por la misma razón, muchas visitas a Coiba son de ida y vuelta en el día. Además del mar, lo típico en Coiba es el senderismo. Hay varias rutas asequibles, la más famosa la que se acerca al antiguo presidio. La temporada seca va de enero a mayo, aunque la probabilidad de que caiga una tormenta por la tarde es alta todo el año.
Fotos: Roman Königshofer / Ryan McMinds
Comentarios recientes