Antiguo almacén de Senegal
En 1659, un grupo de comerciantes franceses ocuparon una pequeña isla de forma alargada y estrecha llamada Ndar. Estaba justo en la desembocadura del río Senegal, protegida del océano por la franja de tierra arenosa conocida como langue de Barbarie. Al asentamiento lo llamaron San Luis en honor a santificado rey Luis IX, pero también al vigente Luis XIV. Tan solo tres décadas después, Francia controlaba buena parte de la costa de las actuales Senegal y Mauritania, no sin oposición de otras potencias europeas, cuando el comercio de esclavos empezó a intensificarse. En el siglo XIX, la gestión de las colonias se centralizó. En este lado del mundo, cuatro eran los principales asentamientos franceses y San Luis funcionaba como la capital de facto por su caché. Se convirtió en la capital regional hasta que Dakar empezó a ganar empuje. San Luis conservó para sí el recuerdo de esta época en la que funcionó como el puente entre Europa y África. Ha conservado también una gran personalidad e identidad propias reflejadas en su arquitectura colonial.
Vista aérea de la isla de San Luis, en segundo plano
San Luis tuvo clara su función desde el comienzo por su localización. Se trataba en primer lugar de un almacén comercial, un nexo que conectaba las mercancías que llegaban del río y se iban por el océano con destino a Europa o América. Además de los esclavos, eran aquí habituales productos como pieles, cera, ámbar gris y goma arábiga. Como otras ciudades coloniales, no escapó a algún cambio de manos y fue británica un par de décadas antes de ser recuperada por Francia en 1779. Por entonces, la ciudad contaba con unos 5.000 habitantes, sin contar con la gran cantidad de esclavos que empezaban a suponer la principal mercancía. La gestión de San Luis había correspondido hasta entonces a grandes corporaciones empresariales que se pasaban el testigo. Sin embargo, más o menos a finales de ese siglo se introdujo la figura del alcalde elegido entre los métis, los comerciantes criollos franco-africanos. Esta figura creció en el siglo XIX al crearse una comuna dependiente de Francia, con voto en parlamento francés.
Uno de los alcaldes, Louis Faidherbe, fue clave en la ciudad que vemos hoy. A mediados del siglo XIX modernizó San Luis tendiendo puentes y una red de agua corriente. San Luis lo tenía todo para ser capital de las colonias francesas de África Occidental, como así sucedió durante unos años. Sin embargo, Dakar le arrebató el cetro de poder y se tuvo que conformar con ser capital de la región de Senegal. Esto inició cierto declive político al que se sumó el comercial. El fin del esclavismo y el tren a Dakar llevaron a la irrelevancia a la ciudad y a los métis locales. Sin embargo, San Luis supo adaptarse y se adjudicó un rol relevante a nivel cultural e intelectual. La independencia del país le arrebató también la capitalidad regional y hoy San Luis trata de recuperarse. Funciona sobre todo como centro de turismo para la zona norte del país. La ciudad cuenta con 150.000 habitantes tras sobrepasar los límites de la isla y expandirse por el langue de Barbarie y el continente.
Piraguas en San Luis
El diseño de la ciudad convierte a San Luis en una de las urbes coloniales más puras fuera de América. Esto influyó poderosamente en el diseño de otras ciudades en esta parte del continente. La ciudad está marcada por su contexto natural, aunque actualmente está unida a tierra firme con tres puentes: dos la unen al langue y el más largo, antiguo e importante al continente. El puente de hierro de Faidherbe data de 1897 y sustituyó a uno flotante. En la isla, un complejo sistema de muelles deja paso a un diseño rectilíneo con manzanas de tamaño fijo, grandes calles de norte a sur y callejones enlazando. Está dividida en zona norte y sur, con la plaza Faidherbe actuando como nexo. Aquí están el palacio del Gobernador y la Catedral, los edificios más relevantes. La arquitectura local está marcada por el color blanco, los balcones, puertas y ventanas de madera y los detalles en hierro forjado.
San Luis es una de las ciudades más visitadas de Senegal. Desde aquí se puede ir al Parque Nacional Djudj a avistar aves o disfrutar del langue con sus playas y sus pueblos típicos como Guet N’Dar. La fiesta más tradicional son los fanals en diciembre, procesiones con linternas gigantes. La vida cultural es vibrante y San Luis abrazó el jazz ya en los años 30, siendo hoy su festival el más importante de esta música en África. Se celebra en mayo, buen momento para venir justo antes de la temporada de lluvias, que dura de junio a octubre. Aunque tiene aeropuerto, lo más habitual es llegar aquí por tierra con algún circuito para la zona norte. Hay tours guiados por la ciudad y no debemos irnos sin probar la gastronomía, con mucha influencia francesa.
Fotos: UNESCO Africa / jbdodane
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Fue la primera ciudad fundada por los europeos en Africa occidental y se convirtio en la capital politica de la colonia francesa y del Africa Occidental Francesa hasta 1902, cuando se volvio la capital de Senegal y de Mauritania. Siguio siendo un importante puesto de comercio frances hasta 1957.