El nudo de Centroasia
A la cordillera del Pamir se la conoce como el nudo. Desde el cielo se ve la razón: de forma cuadrangular, el Pamir une distintas cordilleras alargadas. Al norte quedan los montes Alai y Tianshan y al sur Hindú Kush, Karakorum y Kunlun. La mayor parte del Pamir se localiza en Tayikistán, aunque sus estribaciones más al este, si lo seguimos llamando Pamir, penetran en China. Si nos circunscribimos al territorio tayiko, el pico más alto es el Ismoil Somoni o pico del Comunismo, como lo llamaban los soviéticos. Para estos era el pico más alto de sus extensísimos territorios con 7.495 metros. Pocos kilómetros al sur está el Garmo. Tiene mil metros menos, pero de él parte el glaciar Fedchenko. Este obstenta un récord: con unos 75 kilómetros es el glaciar más largo fuera de los polos. Queda claro que el Pamir, que ocupa un quinto del país y casi completamente la región de Gorno-Badakhshan, es una región de alta montaña. Desperdigados en ellas viven poco más de 200.000 personas: los pamiris.
Vista aérea del Pamir tayiko
Es tan duro vivir aquí que podemos considerar que sus casi tres millones de hectáreas son territorio virgen. El Pamir se divide en muchas cordilleras que se pueden agrupar en dos. La zona oeste, con los Montes de la Academia de Ciencias, es la parte más alta. En su arco de 110 kilómetros se acumulan 24 picos por encima de 6.000 metros. Fedchenko es solo uno de los más de mil glaciares del Pamir que solo en estos montes suman 1.500 kilómetros cuadrados. Cuando no hay glaciares hay vertiginosos ríos que forman profundos cañones como el del Bartang. La zona este tiene valles más anchos y montañas con mucha menor prominencia, pero, como estas se siguen apoyando en una meseta muy alta, la zona tampoco es sencilla de habitar. Por sus condiciones climáticas se la considera un desierto frío de alta montaña. En todo el Pamir hay más de 400 lagos. El más extenso es el Sarez, que ocupa un cráter volcánico. Toda esta zona es tectónicamente muy activa y los terremotos son muy habituales. Por si vivir aquí no era ya complicado.
Cubierto de nieve buena parte del año, pero sin apenas precipitaciones porque las cordilleras del sur actúan de escudo, en el Pamir hay más praderas que bosques. Eso cuando hay vida, que no es sencillo. A partir de 4.200 metros abundan los matorrales y por encima de 4.800 no hay nada. Las ecorregiones son estepa, pradera, zona alpina y desierto. A pesar de su escasez, de aquí se estima que salieron varias especies claves para los inicios de la agricultura, como el trigo salvaje. En este territorio vive una restringida fauna de alto valor ecológico por su endemismo centroasiático. Destacan 33 mamíferos que viven libres de amenazas directas: osos pardos, más de cien leopardos de las nieves, lobos y ungulados de alta montaña asiática como los amenazados marjores y los argalís o carneros de Marco Polo. Estos están muy extendidos con más de 5.000 individuos. También se han contado más de 160 especies de aves, la mayoría de paso.
Vista del pico Ismoil Somoni o del Comunismo
Al norte del muy relevante corredor de Wakhan, paso de culturas y objeto de luchas, las montañas Pamir quedaron reservadas para exploradores más audaces. Fueron los rusos los que a comienzos del siglo XX, gracias a Nikolai Korzhenevskiy, cartografiaron la zona. Hubo que esperar a 1928 para rellenar espacios en blanco que quedaban en la parte más alta. Fue cuando una expedición ruso-germana liderada por Willi Rickmer Rickmers se adentró en el corazón del Pamir. No por ser un territorio tan duro ha dejado de estar disputado entre Afganistán, China y Rusia. Todo ello sin contar mucho con los pamiri. Esta etnia ha reclamado desde hace poco su identidad, algo contestado desde la capital tayika con una guerra civil. Hoy la zona está más calmada y tiene el reconocimiento de región autónoma.
El turismo está creciendo, pero la falta de infraestructuras se nota. La carretera del Pamir va de la capital Dushanbé a Murghab pasando por Khorugh, rodeando el Pamir por la cara sur. Khorugh es una buena base para aproximarse. Aunque no pasa de 30.000 habitantes, tiene un pequeño aeropuerto cuyos billetes se compran en el momento. Si vamos en coche desde Dushanbé tendremos hasta veinte horas. Es difícil encontrar transporte en esta parte del país en el que solo hay aldeas pamiri desperdigadas. Por ello es más sencillo, aunque no barato, entrar en alguna de las expediciones preparadas que hay en el Pamir. Suelen durar unas dos o tres semanas e incluyen desplazamientos en 4×4 y trekkings. Estos tienen distintos niveles según se corone algún pico o no, pero en ningún caso son suaves.
Fotos: Nihongarden / Jaan Künnap
Comentarios recientes