Sian Ka’an

Riviera natural

Cuando nos desplazamos desde el norte al sur, la turística Riviera Maya va de más a menos en cuanto a desarrollo. Arranca en Cancún, antiguo paraíso que hoy cuenta con más de medio millón de habitantes; continúa con una sucesión de resorts y localidades venidas a más como Playa del Carmen; desde Tulum se transforma con pequeños ecohoteles en los que las playas ya están mucho más vacías; y finalmente deja paso a lo más salvaje y modesto en Punta Allen. Esta última localidad se encuentra ya dentro de la Reserva de Sian Ka’an. Nombrada a finales de los años 80, en medio del exacerbado desarrollismo de la Riviera Maya, Sian Ka’an es un contrapunto absolutamente imprescindible para poder garantizar que la Riviera Maya sobreviva tal y como se ha entendido históricamente. Con Sian Ka’an se garantiza un espacio bien conservado en el que se citan los principales ecosistemas de la península de Yucatán: selva sobre suelo de caliza, manglares en la costa y coral en el mar.

Vista aérea de la Reserva de Sian Ka’an

Como el resto de Yucatán, lo primero que marca el entorno de Sian Ka’an es su suelo de caliza. La Reserva es una absoluta planicie cuya superficie no permite la formación de ríos. Al menos a la vista, porque el subsuelo está llena de cursos subterráneos comunicados entre sí. Son visibles a través de afloramientos verticales, los famosos cenotes. La explicación es que la caliza filtra toda el agua hacia el subsuelo. En época de lluvias, este filtrado no es capaz de mantener el ritmo de las precipitaciones, por lo que el 70% de Sian Ka’an se inunda formando un humedal. En la costa abundan playas paradisíacas de arena blanca, como las de los resorts, alternadas con zonas de manglar. En el agua, Sian Ka’an alberga 110 kilómetros de la segunda barrera de coral más grande del mundo, que se extiende hacia el Sistema de Reservas de Belice. Sian Ka’an está formado principalmente por dos grandes bahías, Ascensión y Espíritu Santo, que tienen cada una isla, Cayo Culebra y Techal. En la parte norte está Punta Allen, única zona habitada.

La Reserva cuenta con distintos ecosistemas tropicales que suman 1.200 especies diferentes. El más especial de estos es el petén, que solo se encuentra en Yucatán y en la península de Florida, por ejemplo en los Everglades. Cuando el nivel freático de los enormes acuíferos subterráneos se eleva por la presión hidrostática, el agua inunda zonas en forma de círculo. Estos afloramientos generan isletas de vegetación conocidas como petenes. Al ser agua dulce, el ecosistema es distinto del manglar y abundan árboles como zapotes, cedros, palmas o guanos. En cuanto a la fauna, Sian Ka’an vuelve a ser una especie de muestrario de lo que hay en Yucatán: aquí están los cinco felinos de la península (jaguar, puma, ocelote, margay y jaguarundi), tapires, pecaríes y primates como el mono araña de Geoffrey. Dentro del agua hay caimanes cerca de la costa, delfines, tortugas marinas y los amenazados manatíes.

Manglar en la Reserva Sian Ka’an

Tulum es sin duda la ruina maya más conocida de esta zona marítima, pero Sian Ka’an puede presumir de tener 23 asentamientos de origen maya. Para estos, Sian Ka’an era el lugar donde empieza el cielo, que es justo lo que significa su nombre. Entre todas las zonas arqueológicas destaca Muyil, situado en la zona norte. Habitado por itzaes provenientes del Petén guatemalteco, llegaron a esta zona en el siglo IV y estuvieron aquí hasta poco antes de la llegada de los colonos. Fue un asentamiento comercial entre lagunas con mucha relación con Cobá y su arquitectura recuerda a Tikal. La zona fue explorada por los españoles a comienzos del XVI. Juan de Grijalva navegó por la bahía de la Ascensión, donde luego se abriría un pequeño puerto comercial para servir a la cercana Felipe Carrillo Puerto. Se llamó Vigía Chico y en 1955 fue arrasado por un huracán. La bahía Espíritu Santo, sin embargo, nunca estuvo habitada.

Sian Ka’an queda un poco al sur para la mayor parte de los turistas que acuden a la Riviera Maya, pero en realidad es muy fácil de visitar desde los resorts contratando una excursión. Tendremos unas dos horas de trayecto hasta Punta Allen, donde se pasa del 4×4 a las lanchas para visitar Sian Ka’an navegando entre manglares. Una opción alternativa es viajar por nuestra cuenta hasta Punta Allen y contratar ahí el barco. Otras opciones son snorkel en el arrecife de coral y algunos itinerarios por tierra. Si queremos explorar en profundidad podemos hacer noche en Punta Allen, con alojamientos sencillos. Las ruinas de Muyil son fácilmente accesibles desde la carretera que lleva a Felipe Carrillo Puerto. Desde esta localidad también podemos acceder a Sian Ka’an a través de las ruinas de Vigía Chico. Las lluvias en Sian Ka’an van de mayo a octubre, huracanes incluidos.

Fotos: Martha xucunostli / David Cabrera