El pesebre más señalado
En 1223, San Francisco de Asís creó el primer belén tradicional, una escena habitual en multitud de salones de hogares católicos en Navidad. Representa el nacimiento de su profeta, Jesucristo. La escena, inspirada por San Lucas y San Mateo, suele incluir elementos como pastores, animales domésticos, ángeles y los Tres Reyes Magos. San Francisco inició esta tradición tras visitar Belén, el supuesto lugar de nacimiento de Jesucristo. Aunque haya vivido los últimos siglos bajo dominio musulmán, para los cuales Jesucristo también es un profeta relevante, la trimilenaria ciudad de Belén sigue siendo simbólica para los más de 2.000 millones de cristianos del mundo. Las miradas se centran en la iglesia de la Natividad, localizada justo sobre la cueva en la que tuvo lugar este acontecimiento más legendario que histórico. Miles de cristianos vienen a esta iglesia en peregrinación. Lo llevan haciendo unos 1.700 años, aunque este viaje haya sido extraordinariamente complicado en algunos momentos de la tumultuosa historia de Belén.
La primera mención a esta ciudad es del 1400 a.C., cuando es cananita. Es posible, no obstante, que la llamada colina de la Natividad contara ya con algún templo previo. Antes del nacimiento de Jesucristo fue relevante entre los judíos como el lugar donde la matriarca Raquel, tercera figura santa de los judíos, murió y donde el rey David nació y fue coronado. Belén fue derruida por el emperador Adriano en el siglo II durante la revuelta judía de Bar Kokhba. Hubo que esperar al siglo IV para que fuera reconstruida. La ciudad se lo debe a la emperatriz y santa Elena, que hizo el primer peregrinaje al entonces montón de ruinas que era Belén. A ella también se le atribuye la construcción de la primera iglesia. Cayó junto al resto de la ciudad en el 529 durante una revuelta samaritana frente al imperio bizantino. Justiniano levantó la actual. Es el templo que vemos hoy, aunque ha tenido multitud de reformas. La invasión de la zona por árabes musulmanes no supuso gran cosa: los invasores respetaron el templo y tan solo levantaron una mezquita al lado, donde supuestamente Mahoma rezó.
Reservada para los cristianos ortodoxos de Belén, la iglesia vivió sin muchos sobresaltos los distintos cambios dinásticos musulmanes, aunque sufrió sus amenazas. Con la llegada de los Cruzados en 1099 sí cambiaron las cosas. Construyeron un nuevo monasterio y claustro en el ala norte, pero sobre todo cambiaron la titularidad para dársela a los católicos. Hasta 1187, Belén se benefició de la explosión del peregrinaje. Ese año, Saladino conquistó la ciudad y devolvió la titularidad a los ortodoxos. Tras un periodo menos tolerante con los mamelucos, en el siglo XIV la iglesia empezó a ser compartida por ortodoxos, católicos y armenios. La era otomana fue beneficiosa para ciudad e iglesia. Sin embargo, los últimos tiempos han sido más convulsos: tras estar en manos jordanas e israelíes, hoy Belén es palestina, aunque está francamente aislada. La propia iglesia tuvo su momento de tensión en 2002, cuando un grupo de musulmanes se protegió en ella y fueron asediados por el ejército israelí durante 39 días.
Belén está formada por ocho barrios. La mayoría son históricamente cristianos, aunque hoy representan menos de la mitad de la población. Los barrios parten de la plaza Manger, centro neurálgico donde se sitúa la iglesia de la Natividad. Lleva más de 1.450 años en el mismo lugar, aunque ha tenido muchos añadidos, siendo el más visible su campanario. Tras años de luchas, su gestión está compartida por cuatro ramas del cristianismo diferentes. La basílica principal tiene cinco naves a las que se accede por la puerta de la Humildad. Se pueden ver restos de mosaicos en paredes y suelo, siendo los segundos originales. Santa Catalina está en la parte norte y es neogótica. Bajo el complejo está la cueva, donde se marca el lugar exacto del nacimiento con una estrella de catorce puntas rodeada por varias lámparas.
Belén tiene hoy unos 25.000 habitantes. Está a diez kilómetros de Jerusalén, de donde vienen casi todos los turistas y peregrinos. Lo normal es llegar en taxi atravesando el checkpoint de Raquel. El turismo es la principal actividad de la ciudad y los periodos de tensión la afectan mucho. En los buenos años llegan dos millones de personas. Es tradicional hacer el peregrinaje final del pozo del Rey David hasta la iglesia, siguiendo los pasos de María y José. La época más especial es Navidad. Según la rama del cristianismo, el nacimiento se celebra el 25 de diciembre, el 6 ó el 19 de enero. El zoco de Belén es muy interesante y está cargado de recuerdos religiosos, los mejores hechos en madera o nácar. Es muy típico el vino del monasterio de Cremiso. Se pueden visitar su monasterio y bodega. De hecho, Belén es la puerta de entrada a Cisjordania para sitios como el Herodión, la fortaleza de Herodes situada a cinco kilómetros.
Fotos: Larry Koester / Neil Ward
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