Colonia desde cero
Unos 1.500 kilómetros al sur de las islas Canarias se encuentra otro archipiélago de islas de origen volcánico frente a la costa africana: Cabo Verde. Se encuentra justo a la altura del cabo senegalés homónimo que le dio nombre. Independizado desde 1975, sus diez islas fueron colonizadas por Portugal en el siglo XV. Estos se las encontraron deshabitadas y les dieron un rol similar al de las Canarias: acortar viajes en barco, especialmente en la época esclavista. Cabo Verde está dividida en dos núcleos: batovento y sotavento. Entre las segundas se encuentra la más grande de todas, Santiago. Es también con diferencia la más poblada: casi la mitad del medio millón de caboverdianos. Fue la primera en ser colonizada a través de la ciudad de Ribeira Grande, conocida hoy como Cidade Velha. A todos los efectos, esta ciudad fue la primera colonia europea en zona tropical. Hace mucho tiempo que no es la capital política, pero sí la histórica. Aquí se desarrolló la cultura e identidad criolla caboverdiana, una de las más específicas que existen.
Vista de Cidade Velha desde el fuerte de San Felipe
António da Noli fue el primero en navegar en torno a Santiago y el que levantó el primer asentamiento en el suroeste de la isla. Aquí, en la desembocadura de un río en la zona más llana de la isla, es donde se localiza Cidade Velha. Sin nativos con los que batallar ni otras potencias coloniales, los primeros años de la ciudad fueron muy sencillos. Cidade Velha se convirtió en puerto de paso para navegantes como Cristóbal Colón o Vasco da Gama y también en centro de experimentación agrícola: los portugueses descubrieron las bondades del clima semitropical para productos como el maíz y el azúcar. A finales del siglo XVI, las cosas en el Atlántico estaban más revueltas. Portugal dependía entonces de España y estos estaban en guerra con Inglaterra. En 1585, sir Francis Drake tomó la ciudad por orden de la reina Isabel. Fue su primera escala en una cadena de saqueos a los puertos coloniales españoles. El objetivo no era la conquista sino el caos. Una vez que los ingleses se fueron, Cidade Velha se replanteó sus defensas.
Es así como nace el Fuerte Real de San Felipe, concebido en 1587 y terminado en torno a 1593. A 120 metros de altura para vigilar el puerto, fue la primera fortificación de las islas, complementada con otros fuertes en la parte inferior. A comienzos del siglo XVIII, sin embargo, la Guerra de Sucesión Española trajo un nuevo ataque. Esta vez fue a manos de los franceses, por medio de la expedición Cassard de 1712. El modus operandi fue similar al de Drake: Cassard se dedicó a saquear varias colonias del Atlántico y Cidade Velha fue su primera parada. Esta vez, la ciudad no se repuso tan rápidamente del ataque. El fuerte de San Felipe fue restaurado poco a poco, pero en paralelo creció en relevancia Praia, al este. Primero de forma oficiosa y en 1770 de forma oficial, esta ciudad relevó a Cidade Velha como capital de la colonia. La vieja capital vio como muchos de sus edificios se iban perdiendo por la falta de mantenimiento, aunque también logró generar una nueva identidad.
Plaza Pelourinho en Cidade Velha
El nombre antiguo de la ciudad hace referencia al río que llega desde la zona montañosa, vital teniendo en cuenta la aridez de esta zona. Cidade Velha está justo en la desembocadura, entre dos promontorios, uno de los cuales está coronado por el fuerte de San Felipe. Abajo, la ciudad se inició en el margen izquierdo del río, pero en el siglo XVI ya ocupaba casi todo el espacio disponible. De esta época se conserva bastante bien el trazado urbano, pero poca arquitectura. El centro histórico está encapsulado entre la orilla y la plaza Pelourinho. En esta se encuentra la picota más antigua, en mármol y estilo manuelino. Servía para colgar los cuerpos de los rebeldes. Entre las iglesias destacan Nuestra Señora del Rosario, de finales del XV en estilo gótico y manuelino, y el convento de San Francisco del XVII. La catedral solo conserva algún muro.
Cabo Verde es un país relativamente próspero y tranquilo que está apostando fuerte por el turismo gracias a sus playas y clima, extremadamente estable. Las islas son bastante secas y su naturaleza está algo degradada, salvándose los bosques del interior de cada una. Santiago es la más accesible de todas gracias al aeropuerto de la capital Praia. Alojados en esta, Cidade Velha es una sencilla excursión de medio día desplazándonos en taxi o minivan. Lo ideal es viajar hasta el fuerte y luego bajar al centro de la ciudad. La cocina caboverdiana está basada en el pescado, maíz y arroz. El plato nacional es la cachupa, un guiso de maíz, judías, yuca y boniato con carne o pescado. Al acabar es típico el grog, una especie de ron local.
Fotos: David Kirsch / Cayambe
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