Cicatrices siberianas
Siberia es una región geográfica amplísima que va desde los montes Urales al Pacífico, esto es, tres cuartas partes de Rusia. Tiene además una densidad mínima, aunque esta ha aumentado por la explotación de sus recursos. Siberia es tan amplia que tiene zonas muy diferentes, pero climáticamente el frío domina y el bosque boreal es casi omnipresente. El centro de la región es una inmensa llanura de tres millones y medio de kilómetros cuadrados, tanto como la India. Esta planicie está atravesada por ríos como el Yenisei, que bordea la meseta de Putorana. Estamos en el principal accidente geográfico de la planicie y los traps siberianos. Estos traps o escaleras son capas formadas por el vulcanismo. El de aquí fue uno de los más intensos que ha conocido el planeta desde que alberga vida. De hecho, el millón de años de erupciones, ocurrido hace unos 250, es una de las principales hipótesis para explicar el paso del Pérmico al Triásico. En otras palabras, hablamos de una de las macroextinciones del planeta: un 90% de las especies desaparecieron. Paradójicamente, hoy Putorana es una Reserva Natural que alberga en poco espacio los principales ecosistemas de Siberia.
Paisaje de Putorana con río, lagos y traps volcánicos
La actividad volcánica ocurrió hace mucho, por lo que la erosión ha ido desgastando selectivamente el territorio formando lo que a vista satélite parecen cicatrices. El techo está en el monte Kamen a 1.700 metros. No es altura suficiente para que haya mucho glaciar, así que los ríos son los principales agentes erosivos. La alternancia de capas duras basálticas con capas blandas de toba ha ido diseñando el curso de los ríos, que forman profundos cañones de 500 metros. La Reserva de Putorana ocupa casi dos millones de hectáreas y está situada unos cien kilómetros al norte del Círculo Polar, por lo que el clima es durísimo. Un ejemplo es en la inaccesible catarata Talnikovy, cuya altura es un misterio: apenas se deshiela unos días al año, si es que lo hace. Se estima que mide unos 500 metros, lo que la convertiría en la más alta de Asia. La hidrología de Putorana, debido a la alta pluviosidad, es una de sus señas. Su propio nombre significa lagos de orillas profundas. Hay más de 18.000 lagos y muchos tienen más de 200 metros de profundidad. Suelen tener forma alargada, como el lago Ayan. Conjuntamente suponen la segunda reserva de agua dulce de Rusia tras el lago Baikal.
La flora de Putorana incluye zonas de desierto ártico, donde apenas sobreviven líquenes, tundra y coníferas de taiga como abedules, alerces, álamos, píceas, etc. En total son 400 especies diferentes; algunas son endémicas y otras tienen aquí su santuario. La fauna se divide entre las 25 especies de peces de ríos y lagos, 140 especies de aves, muchas en migración, y los más de treinta mamíferos. Putorana es una gran reserva de osos pardos o lobos, pero hay dos especies de herbívoros que atraen más miradas. La primera es la oveja de las nieves, que tiene aquí una de sus cuatro subespecies, muy aisladas entre sí. La población se ha recuperado y son más de mil ejemplares. Mucho más numerosos, pero estacionales, son los renos salvajes. Unos 20.000 cruzan Putorana dos veces al año: desde la península Taymir al norte a las estepas del sur y en dirección inversa. Es una de las pocas migraciones siberianas que este mamífero conserva.
Paisaje helado de la meseta de Putorana
Putorana es una zona baldía sin una sola población en su interior, ni ahora, ni en el pasado. Los únicos restos visibles son los que dejaron en el pasado los túrquicos dolgan y los tungúsicos evenki. Estas dos etnias siberianas, nómadas sedentarizados a la fuerza en los años 50, han sido tradicionalmente cazadores y pastores de los renos que atraviesan Putorana. Hoy continúan estas actividades fuera de la Reserva, nombrada en 1987. Son mayoría en Khantaisky, una pequeña villa cercana a las montañas. Peor que la caza de renos fue la de ovejas, que casi las llevó a la extinción. La Reserva las protege, así como las tentaciones de la minería. No muy lejos de aquí están los mayores yacimientos de níquel del mundo.
La minería aquí ha hecho estragos y ha convertido a la ciudad de Norilsk en una de las más contaminadas del mundo. Rusia no permite que extranjeros la visiten así como así y los permisos suelen caer en saco roto. Estando a 200 kilómetros de Putorana sería la entrada lógica, pero la mayor parte de las expediciones parten de Krasnoyarsk y se acercan en avioneta. El turismo en Putorana exige también complicados permisos y las expediciones son muy escasas. Todas parten en verano, suelen durar una semana y utilizan el río Kureika para aproximarse. Trekking para visitar cataratas y rafting son las dos actividades más habituales. Los cercanos lagos Lama y Keta sí se están convirtiendo en sitios más turísticos, pero están fuera de Putorana.
Fotos: jxandreani / OlgaChuma
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