Relaciones lago-mar
Hay un puñado de islas en el mundo cuyo nacimiento es ciertamente original: una formación coralina submarina es empujada hacia arriba por un movimiento tectónico haciendo emerger un atolón coralino. Seguramente, la más famosa de estas islas es Aldabra, en el Índico. En contra de la creencia popular, no es la más grande que existe. La isla de Lifou en Nueva Caledonia tiene este honor. Cerca de esta queda Rennell, la segunda. Esta es especialmente original: alargada, con ochenta kilómetros de largo y solo catorce de ancho. Lo que podemos entender por atolón se localiza en la parte este. Aquí se localiza el lago Tegano, que recuerda a las lagunas interiores de los atolones y que, de hecho, lo era antes de que Rennell emergiera. Sin embargo, Tegano no tiene aparente salida al mar. Solo aparente, porque entre rendijas en su fondo se comunica con el océano. De ahí que sea parcialmente salobre y que por sus características contenga un alto endemismo. Tegano es el lugar más especial de este auténtico laboratorio natural que es el tercio este de Rennell.
Lago Tegano en Rennell Este
Esta isla se encuentra desplazada unos 200 kilómetros del archipiélago principal de las islas Salomón. La razón está en su creación: fenómenos volcánicos hace unos cincuenta millones de años produjeron formaciones que sirvieron de base para el coral, que fue cristalizando en dolomita y acogiendo nuevo coral. En algún momento de su historia, Rennell emergió y expuso su coral dolomitizado. De ahí que su costa esté casi enteramente cubierta por acantilados de caliza de unos 200 metros de altura fácilmente erosionables. Hay amplias bahías que con el tiempo irán partiendo la isla en distintas partes. También en el proceso, el lago Tegano se convertirá en laguna al romper la barrera de dos kilómetros que lo separa del mar. Mientras esto sucede, seguirá siendo el lago insular más extenso del Pacífico: 155 kilómetros cuadrados o un quinto de la isla. Este proceso erosivo se intensifica con los fuertes vientos y los más que habituales ciclones.
Rennell es una isla inversa al resto en cuanto a orografía: el litoral es muy accidentado, cubierto de matorral, y el centro es una amplia planicie. Está cubierta de un denso bosque tropical que alcanza los veinte metros de altura. El lago Tegano es diferente, con vegetación típica de costa en la orilla y muchas algas en su interior. La flora de Rennell es una mezcla de la parca flora de las islas del este y la más rica melanesia del oeste. En cuanto a fauna, como otras islas aisladas se compone de animales marinos o capaces de volar. Hay once especies de murciélago y 43 de aves. Entre ambos reinos suman cinco especies endémicas. También lo es la serpiente marina venenosa del Tegano. Es una de las dos únicas serpientes marinas capaces de vivir en agua dulce. La riqueza de la fauna no se detiene ahí: hay multitud de reptiles típicos de las islas Salomón, siete especies endémicas de caracol terrestre, cangrejos de gran tamaño y más de 700 especies de insectos, incluidas más de 200 especies de polillas.
Vegetación en Rennell Este
Aunque otros atolones emergidos como Aldabra o Henderson están en un estado casi virginal, tampoco es que Rennell haya sido muy explotada durante su larga historia de ocupación, por lo que su ecosistema goza de buena salud. Rennell ha estado habitada a intervalos desde hace 4.000 años por pueblos de la cultura Lapita y posteriores. Los indígenas llegaron sobre el 1400 desde la isla Wallis. La vida aquí no es sencilla: con un sustrato poco adecuado para agricultura y menos para ganadería, la dieta hay que completarla con el mar, para lo cual hay que sortear los acantilados. Butler fue el primer occidental en llegar en 1801. La vida en la isla cambió, especialmente durante la II Guerra Mundial, cuando el Tegano fue utilizado como base por japoneses y estadounidenses. Hoy viven unas 2.000 personas muy al margen de las islas Salomón, con la religión cristiana como principal guía. A orillas del Tegano viven 800 de ellas.
Rennell se ha convertido en una especie de edén para el ecoturismo, aunque sigue siendo complicado llegar hasta aquí. Tingoa es la capital y sede del pequeño aeropuerto. Hay vuelos regulares desde Honiara, capital de Salomón. Es más difícil moverse por la isla que llegar a ella: la falta de infraestructura y combustible hace necesario reservar el transporte con tiempo y que sea caro. Hasta el lago Tegano tendremos 45 kilómetros o tres largas horas. En el lago podremos descansar en una de las villas en sus orillas. Las actividades son canoa por el lago, snorkel en la costa y senderismo. Podremos ver aves y restos de aviones de la II Guerra Mundial. De mayo a agosto es la temporada seca.
Fotos: …your local connection / S. A. Tabbasum
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