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Parque Nacional de Gros-Morne

Parque Nacional de Gros-Morne

Terranova y Labrador (Canadá)

Múltiples orogenias


Aunque todo el crédito de la teoría de la deriva continental se le asigna justamente a Alfred Wegener, lo cierto es que su intuitiva idea circulaba desde el siglo XVII, tras el descubrimiento de América. No hay más que ver un mapa para ver el encaje de Sudamérica con África. Wegener ofreció una teoría más completa incluyendo una descripción detallada de lo que luego se conocería como Pangea, un macrocontinente. El problema de Wegener fue que sus explicaciones del funcionamiento de la deriva continental no tenían sentido, por lo que la teoría pasó al cajón varias décadas. Finalmente, desde los años 50 la tectónica de placas dio la solución explicando la división de la litosfera en placas que se desplazan sobre el manto terrestre. Muchos científicos colaboraron en depurar la nueva teoría. Robert Stevens y Harold Williams fueron dos de ellos. Trabajaron en Gros-Morne, en la isla de Terranova. Demostraron que las montañas de su cara oeste tuvieron nacieron en la orogenia apalache, cuando África chocó con Norteamérica mientras se formaba Pangea.

Paisaje de Gros-Morne

Esto quiere decir que, aunque reciba el nombre de Long Range, se considera que el oeste de Terranova forma parte de los Apalaches, unidos a su vez en su momento con el Atlas marroquí. Geológicamente estamos ante una inusual zona de obducción, en la que la corteza oceánica cabalga por encima de la corteza terrestre formando zonas montañosas caracterizadas por sus rocas de origen marino. Este cabalgamiento permite ver en la superficie algo inusual, la discontinuidad de Moho que separa el manto de la corteza. La formación de los Apalaches tuvo lugar hace unos 300 millones de años, tiempo suficiente para que Pangea se rompiera y las montañas se erosionaran. En el caso de Gros-Morne, esta orogenia no es la única participante de su geología. Antes y después, otros procesos han ido dando forma a montañas, islas y, mucho más recientemente, a los fiordos creados en la última Edad de Hielo. Las combinaciones de rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias forman uno de los collage geológicos más ricos del planeta. Se le suma la paleontología, pues Gros-Morne conforma un estratotipo o exposición de referencia de la extinción masiva del Ordovícico-Silúrico, acontecida hace 450 millones de años.

El paisaje resultante de esta larguísima historia es ante todo variado, generalmente de rocas sedimentarias superponiéndose a las más antiguas. Tenemos montañas como la que da nombre al Parque, una formación muy erosionada que alcanza los 807 metros, la más alta de Terranova. Más bajos, pero más verticales, son los picos que flanquean el fiordo Western Brook Pond, al que llegan multitud de cascadas como Pissing Mare, de 350 metros. En realidad es un lago, pues tras la formación del fiordo el terreno rebotó al liberarse del glaciar y se cerró al mar. No sucedió lo mismo en Bonne Bay, donde la naturaleza se intercala con pequeños pueblos pesqueros. Una de las zonas más especiales en Gros-Morne es Tablelands. Está marcada por la piedra peridotita, baja en nutrientes y bastante tóxica. Desnuda la zona de vegetación asemejándose a un desierto. Todas estas zonas son abruptas, mientras que la costa norte está marcada por una llanura costera.

Tablelands en Gros-Morne

En general, toda Terranova tiene una biodiversidad limitada. La Edad de Hielo cubrió la isla entera y restringió la vida durante mucho tiempo. Casi todas las especies que vemos ahora llegaron al acabar la glaciación. En el caso de Gros-Morne, la situación se agrava según el sustrato. Esta variedad, no obstante, hace que en su escasa extensión estén representadas el 60% de las especies de flora de la isla. Son unas 750 especies de plantas vasculares, principalmente herbáceas. En fauna, las limitaciones se dejan sentir en reptiles, anfibios y mamíferos, aunque podemos ver renos, linces y algunos mustélidos. Más rica es la fauna marina, con varias especies de ballenas y focas frecuentando la costa, y la avifauna, con 230 especies, incluyendo algunas migratorias que anidan aquí.

La cara oeste de Terranova es de las más turísticas y accesibles por su combinación de paisajes y nutrida historia. Se puede llegar a través de aeropuertos regionales como Deer Lake o en coche si tomamos un ferri que nos deje en Port-aux-Basques, al sur. Desde el coche iremos viendo los variados paisajes de Gros-Morne, que entenderemos en su centro de visitantes de Rocky Point. Nos podemos alojar en uno de los muchos pueblecitos o algún camping en el interior y dedicar varios días al senderismo, con rutas para todos los niveles y longitudes. Las de varios días cubren el interior del Parque. Algunos ejemplos son Green Garden Trail, el ascenso a Gros-Morne y Tablelands Trail. Es imprescindible acercarse a Western Brook Pond, donde además de pasear podremos navegar en verano. Es, en todo caso, la época ideal para venir.

Fotos: mrbanjo1138 / Chris

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