El gótico más afrancesado
Chartres, Amiens, Bourges o Reims son algunos de los nombres clave para entender el nacimiento y progreso del gótico en Francia, que es lo mismo que decir en toda Europa. Este nuevo estilo arquitectónico nació en este país, desde donde se propagó por vías comerciales o de peregrinaje, como el Camino de Santiago. En España, el ejemplo más puro y perfecto que se puede encontrar de este estilo es seguramente el de la ciudad de Burgos. La Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Burgos se encuentra en una ciudad castellana que ha perdido en gran medida su centro medieval, pero conserva la mayor joya gótica de España. Burgos fue fundada en el 884 como fortificación para detener el avance musulmán por la península. Entre los siglos XI y XV ganó mucha relevancia política y fue capital del reino y Corona de Castilla. Llegado el siglo XIII, una serie de circunstancias hicieron que entre Fernando III el Santo y el obispo Mauricio se erigiera la catedral.
Para ello, la primera decisión a tomar fue tirar abajo la catedral románica que había en su lugar. Este templo, del que no quedan trazas, había sido levantado por Alfonso VI en el año 1075. Poco tiempo después de su construcción se vio que su tamaño era insuficiente. En el año 1217 ascendió al poder de Castilla Fernando III el Santo. Este rey ha pasado a la historia por multiplicar el territorio de Castilla, tanto por la unión con el reino leonés como por la cristianización de casi todos los territorios de la península. Solo le faltaron el reino de Granada y un par más. Su amistad con el obispo Mauricio fue definitiva. Este obispo, figura de gran importancia religiosa y política, fue enviado al norte de Europa para concertar el matrimonio de Fernando con Beatriz de Suavia. Con él se trajo el gusto por el gótico francés y, se supone, algún arquitecto. Así comenzó la construcción en 1221 de una catedral con reminiscencias del norte de Francia.
En 1240 se incorpora al proyecto el maestro Enrique, responsable de la hermana de la catedral de Burgos, la de León, y el trabajo principal del templo se acaba diez años después. Acto seguido arranca la construcción del claustro. El gótico temprano de la catedral acaba aquí y dos siglos después arrancan los elementos góticos tardíos. El cimborrio plateresco instalado en el siglo XV colapsó una madrugada y se levantó uno nuevo a comienzos del XVI. Este momento se aprovechó para añadir nuevos elementos bajo la dirección de los Colonia, una familia de arquitectos alemanes. Las agujas piramidales de las dos torres y la fantástica capilla del Condestable son de esta época. Lo principal quedó listo, aunque con los siglos se añadieron algunas capillas y elementos barrocos y renacentistas.
El aire francés que se respira en Burgos es pleno, empezando por la cúpula y los ventanales. La portada principal tiene elementos neoclásicos en su primer piso por el desgaste de la construcción gótica. En el segundo vemos un rosetón de aire cisterciense y esculturas de los ocho primeros reyes de Castilla. En el exterior, no obstante, lo más destacable es la Puerta del Sarmental, un fino trabajo realizado por el también franco Maestro del Beau Dieu. El interior presenta cruz latina de 84×59 metros. El modelo de alzado, de pilares, triforio y vitrales parece inspirado en el de la Catedral de Bourges. Dentro es famoso el Papamoscas, un autómata del siglo XVIII que cada hora da una campanada. También el bulto yacente del obispo Mauricio en el coro, obra del siglo XIII, y las tumbas del héroe castellano Cid y doña Jimena, traídas en el siglo XX. De las numerosas capillas, la más adorada es la del Santísimo Cristo de Burgos, figura muy venerada en la ciudad por sus atribuciones milagrosas.
La catedral ha disfrutado de restauraciones desde el siglo XIX. En 1994 se cayó una estatua de San Lorenzo que dio paso a un intenso proceso restaurador de más de 30 millones de euros. Ha permitido que la catedral vuelva a lucir piedra nueva, por supuesto de la misma cantera original, en Hontorio de la Cantera. La piedra obtenida aquí tiene tendencia a convertirse en arenilla, así que las rehabilitaciones no se detendrán nunca. Para llegar a Burgos, hoy una ciudad media de 180.000 habitantes, se puede ir en cualquier transporte público, incluyendo el avión. Lo mejor es evitar el frío invierno burgalés, que se puede sobrellevar mejor con una de las morcillas más famosas de España, hecha con arroz. La catedral fue de las primeras en cobrar, pero a cambio proporciona una audioguía bastante completa.
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