Cercados a orillas del Victoria
Entre los dos brazos del Gran Valle del Rift, fenómeno geológico que terminará desgajando la placa somalí del resto de África, se localiza el lago Victoria. De edad, formación y evolución muy diferente al resto de grandes lagos africanos, estamos ante el más extenso. Ocupa un amplio tazón de no mucha profundidad, lo que ha provocado su secado completo varias veces, la última hace unos 15.000 años. Estos ciclos hidrológicos han marcado los movimientos de los grupos humanos que se acercaban a sus orillas para explotarlo. Durante milenios, estos grupos fueron cazadores-recolectores de distintas etnias centroafricanas. Solo algunos árabes llegaron a conocer el lago y cartografiarlo en la Edad Media, pues Occidente no lo descubrió hasta el siglo XIX, cuando John Hanning Speker le puso nombre e inició el debate sobre si era la fuente del Nilo. Cuando llegó Speker abundaban las tribus pastoras. Desde el siglo XVI aproximadamente, algunas popularizaron un tipo de construcción en piedra seca. El principal sitio arqueológico que lo representa es Thimlich Ohinga.
El lago Victoria es compartido por Uganda, Tanzania y Kenia, que solo posee un escaso 6% de sus aguas. Su orilla, no obstante, acoge muchas aldeas y ciudades desde hace tiempo. Actualmente, la etnia dominante en la región histórica de Nyanza es la luo, pero la llegada de estos es posterior al registro arqueológico de Thimlich Ohinga. Por tanto, pese a que se lo atribuyen, no fueron sus creadores originales. Utilizando la historia oral, hallazgos arqueológicos y linajes genéticos, parece que los responsables de sitios como Thimlich Ohinga fueron grupos de origen bantú como los wagire y kamageta. A estos se unieron grupos de origen nilótico que por préstamo cultural se sumaron a la tradición de levantar estructuras en piedra seca. Uniendo todas las evidencias, parece que Thimlich Ohinga se empezó a levantar a finales del siglo XVI. Su ocupación se prolongó durante las eras precolonial y colonial cambiando de manos entre distintos grupos étnicos. Así hasta el siglo XX, aunque continuó con otro usos hasta la llegada de los arqueólogos.
Otra cuestión a debate son las funciones de Thimlich Ohinga. El término incluye el vocablo ohinga, que en la lengua de los luo hace referencia a asentamientos o cercados de piedra seca, muy habituales en las orillas del lago Victoria. Si asumimos la conexión con otros ohingni estamos ante un cercado levantado por razones de seguridad, tanto para proteger a rebaños y cultivos de un grupo, como para señalar las posesiones de un grupo frente a otro. No obstante, es poco probable que estemos ante fortalezas defensivas equiparables a un castillo. Las murallas miden entre metro y medio y cuatro metros y tienen varias puertas de reducido tamaño. El registro arqueológico está compuesto principalmente de restos animales, cerámica y herramientas líticas y de hierro. Estos materiales reflejan el peso de los grupos que han ocupado el lugar. La cerámica tiene decoración de origen nilótico, mientras que la forja de hierro, que se localiza al norte del lugar, es bantú.
Thimlich Ohinga es el más extenso y mejor conservado de los ohingni. Sus cuatro ohingni, Kochieng, Kakuku, Koketch y Kolouch, ocupan en total 21 hectáreas. Todos tienen planos más o menos circulares y en el interior albergan otros cercados, tanto independientes de la muralla exterior como adosados a esta. Cada uno tenía una función: ganado, cultivo o, en los casos en los que forman una depresión, parte de una vivienda, tanto estancias para dormir como cocinas y almacenes. Entre los cercados también hay pasillos que se señalaban con filas de piedras menos altas. El mayor ohinga, Kochieng, tiene 140 metros de diámetro y tiene tres puertas. En cuanto a la técnica constructiva, en los muros de un metro de ancho podemos apreciar tres capas: la exterior e interior formadas por piedras de distinto tamaño dispuestas cuidadosamente para favorecer la estabilidad y entre ambas una capa intermedia de guijarros. Esta tiene la misión de compactar la estructura para así no necesitar argamasa.
Migori es la ciudad de referencia para Thimlich Ohinga, que se encuentra unos 45 kilómetros al noroeste de ésta. Estamos en la región más occidental de Kenia, una zona poco visitada pese al lago Victoria y el Parque Nacional Ruma, uno de los menos famosos, aunque alberga una nutrida fauna. Entre Migori y Ruma se encuentra Thimlich Ohinga, donde solo podremos llegar con un conductor contratado. También se suele realizar el viaje desde Kimusu, más poblada, donde podemos contratar una excursión que una ambos puntos haciendo noche entre medias. En todo caso es buena idea ir con guía para que nos explique bien el lugar. Llueve todo el año, pero es mejor venir a partir de julio para encontrar los caminos menos embarrados.
Fotos: Ephraim Mwangi / Ephraim Mwangi
Comentarios recientes