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Catedral de Roskilde

Catedral de Roskilde

Selandia (Dinamarca)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 24 06, 2021
  • Category:

Ladrillos del Báltico


Aunque presente en algunas otras regiones, el gótico báltico no esconde su principal zona de influencia, pues se popularizó en los países a orillas de este septentrional mar. Se le denomina también gótico de ladrillo, pues este elemento constructivo es su seña de identidad. Aunque luego su uso tuvo sentido artístico, su razón de ser fue pragmática. En muchas de estas regiones, las canteras de roca escasean y el ladrillo de arcilla fue una solución constructiva desde el siglo XI. Estilísticamente, el gótico báltico estuvo muy influido por la arquitectura italiana lombarda, pero desarrollando su personalidad. Destaca la ausencia de relieves, sustituidos por diseños ornamentados en los que el contraste es fundamental. Este subestilo se propagó rápidamente por el Báltico gracias a la liga hanseática, con ciudades como Lübeck a la cabeza. La primera catedral, no obstante, se construyó en la danesa Roskilde. Esta inmensa obra de 75 metros de altura domina una modesta ciudad que durante la Edad Media fue capital de Dinamarca.

Exterior de la catedral de Roskilde

Una figura clave en Dinamarca, el obispo Absalón, fundó en el siglo XII Copenhague, que luego relevaría a Roskilde como capital danesa. El origen de esta es más incierto y se relaciona con el rey Roar del siglo VI, aunque en todo caso precede a la llegada del cristianismo en el X. Por entonces sustituyó como capital a Jelling, lo que unió su destino a la pujanza de la realeza danesa. Roskilde fue cabeza política, religiosa y económica de Dinamarca. Lo último fue posible gracias a las numerosas tierras que poseía y una autonomía civil que permitió el desarrollo del mercado. Rivalizaron con la liga hanseática, que tuvo en el reino danés uno de sus principales enemigos hasta un tratado de 1370, competencia que no evitó la marcada influencia de Lübeck en la catedral de Roskilde. En 1443, Erico de Pomerania decidió mudar la capital a Copenhague unos años después de usurpar su castillo al obispo de Roskilde, que pese a los vaivenes de la Reforma permaneció siempre como mausoleo real.

Parece que la catedral actual se sitúa sobre los restos de una primigenia stavkirke, tradición constructiva en madera del norte europeo, y una catedral de piedra travertina, muy presente en el fiordo de Roskilde. Esta segunda recibió una reliquia de San Lucio para asentar la posición del obispado, que Absalón impulsó durante el siglo XII. Él decidió ampliar la catedral utilizando el nuevo material, los ladrillos. Su sucesor, Peder Sunesen, fue el responsable de acelerar y radicalizar la transformación gótica tirando abajo partes de la vieja catedral. En 1225 acabó el coro, donde temporalmente se celebraron los oficios mientras se terminaba de derribar la catedral románica. El trabajo se demoró todo el siglo salvo la torre norte, que se erigió a finales del XIV. Posteriormente se fueron abriendo las numerosas capillas que completan la catedral. Alojan las tumbas de los reyes, una tradición iniciada con el traslado del cuerpo de Margarita en el siglo XV, primera de una inacabada lista de monarcas. La relación de Roskilde con la realeza, no obstante, tuvo su lado agrio durante la Reforma, cuando las luchas de poder despojaron el templo de sus tesoros, que fue reponiendo paulatinamente.

Capilla de Cristián IV en la catedral de Roskilde

La estructura de Roskilde utiliza ladrillos, pero con reservas. Al ser entonces su uso novedoso, los arquitectos se apoyaron también en zócalos de piedra y vigas de madera, siendo el ladrillo tan estructural como decorativo. Esto último se acentúa con el uso de ladrillos de distintos tamaños y formas para decorar externamente la catedral. Por dentro, las antiguamente desnudas paredes fueron cubiertas por estucos. Hubo frescos, pero no han sobrevivido el paso del tiempo. Una excepción a ello es la capilla de los Reyes Magos, que decorativamente es la más destacada de las mucha que hay. Estas, dedicadas a las tumbas reales, dibujan un recorrido estilístico que va del Renacimiento al neoclásico. Destacan las de Cristián IV, una adición posmedieval con un bello exterior, y Federico V, cumbre del neoclásico danés. Fuera de ellas es muy notable el retablo del XVI que domina la única nave de Roskilde.

A solo 35 kilómetros de Copenhague, Roskilde es una visita obligada para todo el que viaje a la capital danesa. Por su tamaño es ideal como excursión de día, pues en tren apenas son 25 minutos. La catedral tiene coste, pero a cambio podremos visitar sus capillas y museo catedralicio. No hay visitas guiadas salvo que se vaya en grupo. Es bueno revisar tanto los horarios de apertura como la agenda de eventos musicales, disciplina muy unida a la catedral gracias en parte a su excelente coro. Roskilde es tan visitada por su catedral como por su excepcional museo vikingo, con varias embarcaciones originales. A finales de junio se unen también los visitantes del festival de rock de Roskilde, que atrae a más de 100.000 personas anualmente.

Fotos: Baron Reznik / Slaunger

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