Neogótico indio
El siglo XIX tuvo arquitectónicamente dos rasgos: el eclecticismo y la recuperación de estilos. En el caso de India, un país de raíces hindúes e influencias centroasiáticas y persas, esta confluencia estilística venía de atrás, así que la administración británica solo añadió un ingrediente más en la conocida como arquitectura indo-sarracena. A la base de la arquitectura mogol, imperio que dominaba India antes de ellos, se añadieron elementos de estilos europeos como el gótico o neoclásico en edificios de plano fundamentalmente occidental. Aunque el estilo nació en las principales bases del Raj Británico como India, Pakistán y Bangladés, se exportó a lugares como Malasia, Sri Lanka e incluso la misma Gran Bretaña. La arquitectura indo-sarracena, popularizada especialmente en la segunda mitad del siglo XIX, tuvo en la terminal ferroviaria de Mumbai un referente. Llamada hoy Chhatrapati Shivaji, entonces se bautizó con el nombre de la reina que marcó esta era británica: Victoria.
Esta influyente gobernante tomó el mando efectivo de India en 1858 tras una fuerte rebelión contra la Compañía Británica de las Indias Orientales, empresa colonial que hasta entonces tenía el control de facto del país. Al convertirse en parte integral del Reino Unido, India se benefició de grandes inversiones en infraestructuras para las instituciones británicas y una extensa red ferroviaria que a finales del siglo XIX sobrepasaba los 25.000 kilómetros. La arquitectura dominante de los edificios fue la indo-sarracena, omnipresente en el trío de ciudades de referencia del Raj: Bombay, Calcuta y Madrás. La primera, renombrada como Mumbai, había estado bajo control británico desde el siglo XVII, pero fue entonces cuando se forjó la macrourbe que es hoy. Aunque la capital del Raj fuera Calcuta, Bombay estaba orientada a Occidente, destino de las mercancías, y funcionó como capital económica. Para llevar estas mercancías hasta los barcos se nutrió de vías y estaciones. En este contexto nace Chhatrapati Shivaji.
En la zona este de Mumbai existía por entonces una terminal ideada originalmente para mercancías, Bori Bunder, adaptada al tráfico de pasajeros en 1853. La actual se construyó en honor de los cincuenta años de gobierno de Victoria, cumplidos en 1887. Para ello se iniciaron las obras una década antes bajo el diseño de Frederick William Stevens con la idea de que el edificio fuera no solo una estación, sino la sede principal de la compañía ferroviaria india. El gran reto constructivo fue sin duda la enorme cúpula de piedra que corona el edificio. Tras inaugurarse a tiempo, la terminal tuvo que lidiar con la creciente congestión añadiendo nuevos edificios que afortunadamente guardaron unidad estilística con la terminal original. En 1929, de hecho, la terminal victoriana dejó de dar servicio al tráfico interurbano para dedicarse al tráfico suburbano. No es poco en Mumbai: unos tres millones de personas la utilizan al día. A finales del siglo XX se decidió renombrar la antigua estación Victoria como Chhatrapati Shivaji en honor de un guerrero del clan maratha del siglo XVII.
Chhatrapati Shivaji representa la arquitectura de la Revolución Industrial y del Raj Británico. Aparte de su función, que implicó el trabajo de muchos ingenieros, lo primero se ejemplifica con su estructura de acero y el hierro decorativo del vestíbulo. En cuanto al estilo arquitectónico, Chhatrapati Shivaji combina elementos indios con un claro toque neogótico, estilo de referencia entonces en Reino Unido. La estructura principal es la plataforma de cien metros de fondo conectada a una larga cubierta. El edificio principal con plano en forma de C está diseñado a partir de varias amplias estancias entre las que destaca el hall central coronado con su excepcional cúpula octogonal de nervios góticos. Las alas laterales cierran el patio central. Están coronadas por torretas y presentan sucesiones de arcos y ventanas. Exteriormente se mezclan la rojiza piedra local con elementos decorativos escultóricos en mármol blanco. Estos incluyen referencias tanto a la fauna local como al progreso industrial, con el tigre representando a India y el león a Reino Unido.
Llegando al aeropuerto de Mumbai, también llamado Chhatrapati Shivaji, podemos hacer la entrada al sur a través de la terminal Chhatrapati Shivaji. Para ello tenemos que ir en bus hasta la estación de Andheri y recorrer los casi treinta kilómetros que hay hasta Chhatrapati Shivaji. Lo principal a tener en cuenta en la terminal es que habrá mareas de viajeros con las que tendremos que lidiar. No obstante, la mejor manera de visitar la estación es con un tour guiado que incluye su museo. Hay que revisar los horarios porque suelen ser muy restringidos y solo entre semana. La terminal está en el núcleo de la ciudad colonial, donde la arquitectura neogótica y art-decó está muy presente alrededor de Oval Maidan. Es buena idea visitar algún cine art decó y ver una película de Bollywood, cuya meca es Mumbai. De junio a septiembre llueve intensamente y está desaconsejado venir.
Fotos: Kirk Kittell / peter pelisek
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