Tumbas y torres de la cultura del cobre
Se cree que el cobre fue trabajado por primera vez hace unos 5.000 años en las regiones mesopotámicas de Sumeria y Caldea, donde se han encontrado todo tipo de utensilios. En el tercer milenio a.C. habían logrado una considerable maestría que exportaron a lugares como Egipto. Los sumerios dejaron escrito de dónde provenía buena parte del cobre que utilizaban. En sus contratos comerciales se habla de la región de Magan, hoy Omán. En estos puertos se cargaba el cobre que atravesaba el golfo Pérsico, pero las minas se encontraban al otro lado de las montañas Al Hayar. Aquí, en la misma época, coincidieron algunos de los principales sitios arqueológicos de Omán. El principal de todos se localizó cerca de la actual ciudad de Bat. Se han identificado torres circulares de desconocida función y una vasta necrópolis. Los cercanos sitios de Al Khutm y Al Ayn están precisamente caracterizados por estas construcciones respectivas: la torre de la primera y la necrópolis de la segunda.
Bat está en Wadi Sharsah, en un palmeral muy cerca de Ibri. La historia local del tercer milenio a.C., que tiene aquí su principal sitio arqueológico, se divide en dos etapas que coinciden con las del cercano sitio de Al Ain, en Emiratos Árabes Unidos. La primera se denomina periodo Hafit y se inicia a comienzos del milenio prolongándose hasta el año 2600 a.C. Salvo en sus necrópolis, en Bat esta etapa tiene menos presencia, probablemente porque como sucedió en la torre de Matariya una estructura posterior se superpuso. Esta época está caracterizada por tumbas en forma cónica de avispero. La segunda etapa, Umm an-Nar, se inicia a continuación, con un periodo tardío a finales del milenio. Las estructuras en forma de cilindro son de entonces. Aunque el estilo dicte la etapa, las zonas arqueológicas de Bat se ubican siempre en este tercer milenio a.C. Esta datación en Bat se la debemos a la arqueóloga danesa Karen Frifelt, que trabajó la zona durante los años 70.
Bat es el principal yacimiento arqueológico por la gran cantidad de restos hallados gracias a su prosperidad. Han sobrevivido los antiguos sistemas de irrigación locales, una versión de los sistemas aflaj que hicieron de Omán un lugar viable para vivir. También se han identificado siete torres circulares similares. Miden de 20 a 25 metros de diámetro y a los lados de un pozo central hay dos series de compartimentos paralelos. El material cambia según la época. Empieza con ladrillos de adobe y evoluciona a torres de piedra caliza, de canteras cercanas, con mortero de barro. La última de todas, aunque solo quede la base, es la de Kasr al-Rojoom. El tamaño de los compartimentos es reducido, lo que ha llevado a teorizar sobre una función de soporte a estructuras superiores, casas o templos, que el tiempo ha borrado. La torre de al-Khutm, a dos kilómetros de Bat, no se eleva mucho más que otras, pero conserva entradas y el trabajo de la piedra exterior es muy avanzado.
De vuelta a Bat veremos la necrópolis más extensa. Las tumbas avispero del periodo Hafit tienen una falsa bóveda en la parte superior y se localizan al borde de los precipicios que rodean Bat. Las posteriores se extienden en una terraza de un antiguo río y se asemejan más a un montón de piedras apiladas sin mortero, aunque por dentro suelen tener varias cámaras. Unos veinte kilómetros al sureste de Bat se encuentra la necrópolis de Al Ayn, que pese a ser de menor tamaño destaca por la excelente conservación de sus tumbas del primer periodo alineadas en una zona elevada. Forman una excepcional vista con las montañas Al Hayar al fondo. La mayoría están levantadas también en piedra seca y tienen una sola estancia, como las primeras de Bat, aunque las hay con varias cámaras posteriores en el tiempo. En muchas tumbas se han encontrado artefactos de la época que atestiguan el elevado nivel de vida en la Bat del tercer milenio a.C.
Bat y Al Ayn se pueden visitar desde la cercana Ibri, pero muchos viajeros llegan directamente desde la más turística Nizwa, a 120 kilómetros, desde la que se pueden ver en un intenso día incluso combinándolo con el fuerte de Bahla. La carretera principal está en buen estado, pero para llegar a los sitios arqueológicos necesitaremos coger desvíos hábiles solo para 4×4. Si no vamos con conductor contratado necesitaremos un buen GPS, porque las indicaciones brillan por su ausencia. Por el lado bueno, esto significará que seguramente disfrutaremos de ambos sitios en completa soledad. Si tenemos que elegir, Al Ayn ofrece mejores vistas y nos permite acercarnos más a las tumbas, aunque para ello tendremos que subir un camino bastante empinado. Es especialmente recomendable venir con la luz del atardecer, en todo caso evitando las horas centrales del día por el calor.
Fotos: F igy / Michael Homan
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