Corrección educativa
Ha pasado más de un siglo desde que la dinastía Joseon cedió el poder en Corea, pero su influjo cultural sigue luchando frente a ideologías modernas y globales. Una pieza fundamental de la filosofía coreana continúa siendo el neoconfucionismo, que sigue impregnando las relaciones familiares y empresariales con su veneración a las tradiciones y ancestros. El neoconfucionismo entró en Corea desde China en el siglo XIV como una forma de rebajar las tensiones sociales del anterior periodo y equilibrar la influencia del clero budista, que llevaba siglos ocupando estamentos de la vida social. Los Joseon introdujeron elementos neoconfucionistas en todos los niveles de la administración, incluido el educativo. Los exámenes para acceder a posiciones burocráticas, conocidos como gwageo, se mantuvieron cambiando los temarios. Las nuevas enseñanzas se empezaron a administrar en unas nuevas academias denominadas seowon que se multiplicaron durante los siglos XVI y XVII.
La cultura coreana ha ensalzado abiertamente la competición mediante exámenes hasta nuestros días. Aunque hoy se ha modernizado, todo proviene del gwageo, que a su vez se introdujo de similares exámenes en China. En teoría, casi todo coreano podía acceder a estos exámenes que garantizaban un puesto en la administración, pero en realidad la competición se establecía entre los hijos de la clase superior yangban. Para ellos era clave, pues una familia yangban tenía que producir miembros egresados a riesgo de perder su estatus. Entre los tres tipos de gwageo coreanos, los yangban se dedicaban a la administración superior regida por los exámenes literarios. Los textos fundamentales eran los Cuatro Libros y Cinco Clásicos reinterpretados bajo la óptica neoconfuciana. Los seowon eran el lugar donde se impartían sus enseñanzas. Para ello era fundamental partir de dos principios neoconfucianos que comparten estas academias: el culto a los maestros y una localización que tuviera en cuenta la armonía natural.
Los seowon iniciaron su historia con los Joseon como centros educativos destinados a la formación para el gwageo. Su inspiración inicial fueron las academias chinas shuyuan, pero desde el comienzo tuvieron matices. Para empezar, la parte del seowon dedicada a la veneración no ponía su foco en Confucio, sino en el erudito que había inspirado la creación del seowon. Esta clase social en alza, la facción sarim, evolucionó los seowon para convertirlos en algo más que academias. Eran centros intelectuales destinados a marcar la ideología del reino, sobre todo alrededor del concepto de la corrección. Entre otras cosas, se opusieron frontalmente a la presencia japonesa en Corea. La influencia de los sarim llegó a tal punto que, en el siglo XIX, el regente Daewongun intentó limitarla suprimiendo la exención de impuestos, prohibiendo la apertura de nuevos seowon y finalmente cerrando la mayoría. Aunque hubo una reacción, a finales de siglo los seowon se habían reducido drásticamente. Hoy algunos siguen en activo, aunque más por su aspecto tradicional.
Fundado en 1542, el seowon de Sosu se considera el primero de la época con mayores aperturas, prolongada hasta el siglo siguiente. Como tal, no tiene la disposición que adquirieron las academias desde la construcción de Namgye, dispuestas siempre en un eje central y divididas en tres zonas: académica, veneración e interacción social, otra de las novedades de las academias coreanas respecto a las chinas. Construidos generalmente en zonas rugosas, las colinas permitían otra dimensión, la altura. Se utilizaba tanto para elevar un pabellón e integrarlo en la naturaleza, como para enfatizar las capillas en la parte de veneración, que era la más relevante. Otros elementos comunes son estelas y puertas rojas hongsalmun para marcar la entrada y estelas conmemorativas. En cuanto al estilo, los seowon son una de las máximas expresiones de arquitectura de madera coreana. Utilizaban técnicas tradicionales como suelos calefactados ondol y suelos ventilados maru. Los seowon fueron evolucionando hasta el siglo XVII. Byeongsan, por ejemplo, abrió un gran pabellón para introducir la naturaleza en las clases, mientras que Donam abrió un enorme aula en cuya arquitectura se quiso plasmar el ideal de corrección neoconfuciano.
Los nueve seowon más ilustrativos se encuentran en la mitad sur del país, la mayoría en la región de Gyeongsang del Norte. Andong, autodenominada capital espiritual cultural coreana, es una base ideal. El seowon de Byeongsan, por ejemplo, se encuentra a pocos kilómetros de la turística aldea folclórica de Hahoe. No reciben grandes cantidades de turismo más allá de los autobuses escolares que siguen llegando para mantener viva la tradición. Cada academia está preparada con aparcamiento, centro de información y guías especializados, aunque más orientado a los locales que al turismo extranjero. Dos de los más visitados, Sosu y Dosan, cuentan con guías de habla inglesa. El segundo es escenario también de rituales tradicionales como el hyangsarye, una exhibición de arquería celebrada en febrero y agosto que tenía como fin instruir valores neoconfucianos entre los aldeanos.
Fotos: Steve46814 / Oh Jong-eun
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