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Torre de Hércules

Torre de Hércules

Galicia (España)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 16 04, 2022
  • Category:

Uso restaurado


Una de las antiguas Siete Maravillas del Mundo, de las últimas en desaparecer, fue el faro de Alejandría. Planificado en el siglo III a.C., su construcción sobre la isla de Pharos otorgó la raíz etimológica de un edificio relativamente habitual entonces. No tenían las funciones de los faros modernos de alertar sobre peligros, sino al contrario, anunciar un puerto seguro. Las ciudades solían utilizar colinas donde mantenían vivo un fuego, pero las habilidades constructivas llevaron a hitos como el faro alejandrino, de más de cien metros. Se vino abajo casi del todo en 1303 y fue expoliado en el siglo XV. Es lo habitual con los faros de la Edad Antigua, lo que sumado a la escasez de descripciones ha complicado entender cómo operaban. Un testimonio excepcionalmente valioso lo supone la gran excepción del Farum Brigantium, conocido como Torre de Hércules y situado en el noroeste de la península ibérica, donde sigue en uso.

Vista de la Torre de Hércules

Brigantium, hoy La Coruña, fue fundada por los romanos en el siglo I a.C. La península donde se levantó el faro había sido ocupada previamente en la Edad de Hierro, como prueban varios petroglifos de complicada interpretación en el Monte dos Bicos. Los romanos tenían varios puertos comerciales en la costa oriental ibérica, pero Brigantium era una buena entrada al golfo de Vizcaya. Primero fue base para las guerras cántabras que finiquitaron la conquista de la península antes del cambio de era. Durante el siglo I, Brigantium creció gracias al comercio y se ordenó levantar el faro como referencia en la complicada costa gallega. Sin embargo, tras las incursiones de los normandos en el siglo IV, la población se retiró al interior. Recuperada en la Edad Media y refundada como Crunia por Alfonso IX, se extendió entonces por el istmo de la península liberando el espacio alrededor de la Torre de Hércules, cuyo nombre recuerda uno de los numerosos mitos sobre su construcción.

Presume de ser el faro más antiguo en uso, pero el matiz es que durante buena parte de la Edad Media su fuego permaneció apagado. La Torre de Hércules tuvo entonces funciones de torre vigía ante distintas incursiones vikingas. Con el nacimiento de Crunia, la Torre de Hércules formó parte de una fortaleza que seguramente la salvó de la destrucción, aunque la rampa de ascenso externa fue expoliada. Antes de entrar en la Edad Moderna llegó la recuperación de las funciones de faro y las primeras restauraciones ante lo que entonces se consideraba ya el símbolo de la ciudad. Estos trabajos fueron el preludio de la profunda intervención del siglo XVIII a manos de Eustaquio Giannini. A este ingeniero militar debemos el actual aspecto neoclásico de la Torre de Hércules, que en su interior conserva su corazón romano. Desde entonces, las principales modificaciones han tenido más que ver con las innovaciones tecnológicas que han renovado el sistema óptico y luminoso del faro. 

Detalle del revestimiento exterior de la Torre de Hércules

El trabajo de Giannini está considerado pionero por su sensibilidad hacia el original. En una época en la que lo habitual era modificar o darle un toque romántico a estructuras previas, Giannini supo mantener y estabilizar la estructura romana. Esta corresponde a los primeros 34 metros de la Torre de Hércules con una sección cuadrada de catorce metros de lado. Del siglo XVIII son la base, todo el revestimiento exterior, la escalera interior y los últimos 21 metros de base octogonal, incluyendo la nueva linterna. En la parte romana son identificables tres pisos independientes con cuatro cámaras cada uno y tres técnicas de construcción diferentes en bóvedas, paredes y exterior. Los pisos se unían por la rampa exterior, que Giannini homenajeó con la línea inclinada trazada que vemos hoy exteriormente. La escalera interna, que Giannini solo sustituyó, había roto previamente parte de la estructura romana. Otro guiño de Giannini son los pilares de la sala que lleva su nombre y marcan el perímetro de la rotonda romana.

La Coruña es una ciudad mediana accesible a través de dos aeropuertos cercanos. No es la ciudad más turística de Galicia, pero merece la pena pasear el centro admirando sus características galerías, balcones cerrados. El paseo marítimo enlaza al norte con el parque escultórico que rodea a la Torre de Hércules, con referencias a la propia Torre y al pasado de la ciudad. También podremos ver los petroglifos de Monte dos Bicos y el cementerio musulmán, creado en la Guerra Civil del siglo XX, actual Museo de las Palabras. Se puede visitar el interior de la Torre de Hércules tanto por libre como en excursiones guiadas. En ambos casos es buena idea reservar previamente la entrada con hora asociada, pues hay cupo de acceso y en días ajetreados nos podemos quedar sin entrada. En La Coruña podemos disfrutar de la amplia variedad gastronómica gallega centrada en los productos del mar.

Fotos: IES MANUEL GARCÍA BARROS A ESTRADA / el Buho nº30

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