Caballos todo terreno
Aunque la tardía domesticación del caballo sucedió hace ya varios milenios, la cría selectiva tomó forma a finales de la Edad Media. Se partía de dos tipos de caballos, denominados como sangre fría y caliente. Los primeros eran ligeros y rápidos, mientras que los segundos eran pesados y fuertes. En el siglo XVI se hibridaron formando el tercer tipo, de sangre templada. Con cualidades heredadas de ambos, resultaron ideales para el transporte de carruajes. Tras la llegada del automóvil, esta función desapareció y las razas específicas empezaron a desaparecer. Una superviviente muy antigua es la Kladruber, criada desde hace más de 400 años para ser galakarossier, tiradores de las grandes carrozas ceremoniales de la realeza austríaca. El nombre proviene de la localidad checa de Kladruby nad Labem, donde se originó. Aunque el paisaje de crianza fue perfilado desde el siglo XVI, un grave incendio obligó a rediseñar el complejo en el siglo XIX, que desde entonces cuentan con tres establos, avenidas y el parque Mošnice.
Vista aérea del principal establo de Kladruby nad Labem
Hoy son solo unos centenares, pero la raza Kladruber es una tradición viva. Considerada barroca, fue fundada en 1579 por el emperador Rodolfo II junto al complejo de cría real de Kladruby nad Labem. Se basó inicialmente en caballos de raza andaluza cruzados con varias razas pesadas del norte y los templados Oldenburger. Más tarde se añadirían otros ejemplares sureños como los napolitanos. Desde el comienzo estuvo destinada a tirar de carrozas reales en grandes ceremonias y funerales, habitualmente en grupos de cuatro o seis caballos. Son, por tanto, caballos resistentes, tranquilos y relativamente rápidos. Tras las guerras, traslados y el gran incendio de los establos en 1757, la raza pasó por una mala etapa de la que se recuperó gracias a un ejemplar puro del que se considera que todos los caballos actuales descienden, Pepoli. Todos los Kladruber son negros o grises, con otras diferencias genéticas asociadas. Los primeros prácticamente desaparecieron tras la caída del imperio austríaco, pero en los últimos años se está recuperando en los establos de Slatiňany, no lejos de Kladruby nad Labem.
Antes del incendio, los Habsburgo tenían otros dos sitios de cría de caballos en Eslovaquia y Eslovenia: Kopčany y Lipice. Allí se llevaron los caballos tras el desastroso incidente que mantuvo Kladruby nad Labem vacío durante décadas. A comienzos del siglo XIX, la situación se invirtió con la reconstrucción de Kladruby nad Labem y el cierre de Kopčany. Diseñado por Ignaz Grill y Mauritz Jahn, el nuevo complejo fue radicalmente modificado. Se levantaron tres establos diferentes conectados por avenidas arboladas. La zona boscosa al norte fue replantada para pastos con un diseño cuadrangular, aunque la principal modificación llegó a finales de siglo con el parque Mošnice. Se acometió para tener una barrera física contra el agua y hielo del río Elba, que discurre al sur. Tras varias décadas de incertidumbres, en los últimos años el complejo ha ganado nuevas funciones con la doma de otras razas.
Caballos por una de las avenidas arboladas de Kladruby nad Labem
El paisaje cultural de Kladruby nad Labem está formado por sus tres establos de homogéneo estilo clasicista: Josefov, Františkov y Kladruby nad Labem. El primero, más pequeño, estaba dedicado al entrenamiento. En Františkov se criaban los potros mayores de seis meses y el establo principal era el centro de cría. De este complejo partían las dos avenidas arboladas principales, Selmická hacia el oeste y Řečanská hacia el Elba. La primera vertebra el paisaje cultural dominado por avenidas y calles rectilíneas flanqueadas por árboles. Originalmente, Kladruby nad Labem tuvo un estilo barroco inspirado por André Le Nôtre, pero con el tiempo adquirió un toque más natural inglés bajo las ideas de la ferme ornée o granja ornamentada. Parte de este estilo son la zona boscosa al norte de los pastos, que forma el fondo del paisaje, y el parque Mošnice. Más boscoso por su origen ripario, en Mošnice se tendió una vía para el paso de carruajes.
Kladruby nad Labem se encuentra a media hora de ciudades como Kutná Hora y Pardobice, pero incluso se puede visitar en un solo día estando en Praga, a poco más de una hora por carretera. El núcleo principal de la visita es el centro de cría de Kladruby nad Labem, pues la estrella del lugar sigue siendo la raza Kladruber. Las visitas al centro son guiadas y cubren los establos, una exposición de carruajes clásicos, la casa de madera del forestal y el palacio real asociado a los establos. También se sube una torre de observación para apreciar las vistas del lugar. Si queremos algo más especial, podemos conocer de cerca a un caballo concreto junto a un guía o dar un paseo en carruaje. Al sur de Pardobice se encuentran los establos reales de Slatiňany, por si queremos ampliar la visita. Los establos de Kladruby nad Labem abren de abril a octubre.
Fotos: Aerodata / Magdaléna Straková
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