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Paisaje cultural del país gedeo

Paisaje cultural del país gedeo

Etiopía del Sur (Etiopía)

Megalitos previos


El término megalitismo es especialmente complejo de acotar. Originalmente nació para englobar manifestaciones culturales prehistóricas europeas, pero luego se vio que los megalitos se distribuyen por todo el mundo. Es por definición una piedra de gran tamaño sin ningún tipo de argamasa y se suele considerar como tal cuando no está tallada hasta el punto de convertirse en otra cosa, como una estatua. Un megalito se combina dando lugar a estructuras como los dólmenes, crómlech, cistas, etc. y puede tener formas específicas como las estelas. Un poco de todo hay a lo largo y ancho de Etiopía, uno de los países con mayor variedad y cantidad de megalitos. Desde los más elaborados de Aksum, considerados obeliscos, a los labrados en Tiya, en Etiopía hay miles de megalitos. Salvo en el caso de Aksum, comparten un hecho: la falta de contexto ha complicado su estudio. El pueblo gedeo, por ejemplo, considera sus megalitos parte de su cultura pese a que sabemos que no fueron sus autores. Se han incorporado al resto de particularidades de un histórico grupo étnico.

Megalitos en Tuto-fela, parte del país gedeo

La historia de los gedeo es difícil de trazar porque solo contamos con su historia oral, cargada de leyendas formativas. Se puede intuir que fueron una escisión de los oromo, etnia mayoritaria de Etiopía, tras la cual surgieron siete clanes principales. No podemos saber cuándo ocurrió, pero se estima que llevan siglos cultivando enset o falsa banana. También está consensuado que los gedeo no ocupaban el territorio actual, sino que se mudaron en algún momento desde tierras más al norte. La presión poblacional de Etiopía ha sido y es una causa de roce con otros grupos, especialmente los oromo. En el siglo XIX se desplazaron por las laderas sur del rift que divide las tierras altas etíopes en dos, pero pasaron a estar bajo el mandato del imperio etíope como siervos. La vida gedeo empeoró radicalmente y se vieron obligados a cultivar café, producto más exportable. En el siglo XX, la cuestión empeoró con desplazamientos de personas y búsqueda de nuevos terrenos. Pese a compartir rasgos culturales y oposición al gobierno con los oromo, son las disputas con estos las que han forzado nuevos desplazamientos.

Son solo un millón de individuos, lo que convierte a los gedeo en una etnia muy minoritaria que tiene que luchar por mantener su cultura y territorio. Lo primero incluye el baalle, una división social basada en la edad y clase que el imperio etíope quiso limitar a los rituales religiosos. En cuanto al territorio, ocupan lomas muy inclinadas, pero muy fértiles, donde han mantenido sus prácticas agroforestales con la incorporación del café. En un mismo espacio mantienen la masa forestal, bajo cuyos árboles introducen sus cultivos y alternan con la ganadería. Con motivos también religiosos, los gedeo dejan espacios del bosque intactos dedicados a sus rituales. Creen en Mageno, el ser supremo creador de todo lo que vemos que se manifiesta en el mundo a través de sus obras naturales. No obstante, los gedeo han mezclado en las últimas décadas con el cristianismo, pero no el oficial etíope, sino el protestantismo que trajeron grupos de misioneros en los años 50.

Megalitos en Chelba-tutiti, parte del país gedeo

Cuando los gedeo llegaron a esta zona, las estelas ya estaban ahí. Las utilizaron activamente en sus rituales, pero como en muchas otras partes de Etiopía nadie les prestaba mayor atención. No fue hasta 2010 que se hizo un primer inventario que no obstante está lejos de ser exhaustivo, porque se limitó a los núcleos cercanos a las carreteras asfaltadas. Tres fueron Tuto-fela, Chelba-tutiti y Sede-merkato, que suman conjuntamente unas 2.500 estelas. Por lo estudiado hasta ahora podemos extraer que se pudieron erigir entre los siglos VIII y XV, coherente con las estelas de Tiya, aunque no se descarta una producción anterior según las últimas dataciones por radiocarbono. Su uso, aunque en parte funerario, es también una cuestión que solo más investigación podrá aclarar. Las estelas son generalmente muy esbeltas y algunas presentan motivos labrados. Además de estas, en el paisaje cultura Gedeo hay un par de sitios de arte rupestre elaborados por antiguos grupos pastoralistas de la región. 

El paisaje gedeo se encuentra unas siete horas al sur de la capital etíope en línea recta por el rift. No es de las zonas más visitadas del sur de Etiopía, por lo que la falta de infraestructuras, tanto en carreteras como alojamiento, complicará la visita. Yirgacheffe y Wenago son las poblaciones gedeo de referencia, pero un poco más al norte está Dila con mejores infraestructuras. Necesitaremos un día si queremos ver varios sitios de estelas, aunque podemos centrar esfuerzos en Chelba-tutiti, que tiene algunos de los mejores ejemplos y está más preparada para el todavía escaso turismo extranjero que visita el país gedeo. Toda esta región es sensible al momento político, así que hay que informarse antes de visitarla. 

Fotos: Yonas Beyene / Yonas Beyene

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