Palabras invulnerables
A Santo Otmaro de Galo se le suele representar con un barril de vino. Cuenta la leyenda que los dos encargados de trasladar su cadáver incorrupto de vuelta al monasterio que había fundado bebieron y bebieron de un barril de vino sin que se vaciara. Es paradójico que el relato de dos bebedores de vino pese más en la iconografía del santo que su Stiftsbibliothek, la fantástica biblioteca que él inició en el monasterio de Saint Gall. Es la más antigua y valiosa de Suiza y se encuentra entre las más relevantes del mundo. Posee 2.100 manuscritos de los siglos VIII a XV, 400 de ellos con más de un milenio de antigüedad, 1.650 incunables y unos 160.000 volúmenes impresos. Este prolífico scriptorium e imprenta resistió incluso un incendio en el siglo X que afectó al resto de Saint Gall. Este monasterio, localizado en el este de Suiza, entre el lago Constanza y los Alpes, ha sido uno de los más influyentes en la historia del arte y conocimiento europeo. Su documento más impresionante es un plano arquitectónico del monasterio carolingio ideal, el único plano europeo conservado del siglo VI al XIII.
San Otmaro honró con el monasterio a otro santo, San Galo, un irlandés que habitó estos bosques suizos en el siglo VII. Este ermitaño atrajo a varios fieles con los que montó un sencillo eremitorio. En algún momento de la primera mitad del siglo VIII, Otmaro fundó el monasterio. Desde el comienzo se benefició del renacimiento carolingio y de la llegada de nobles que se convertían a la vida monástica. Las donaciones de tierras y la inclusión de escritores y cantores aumentaron la riqueza del monasterio, adherido a la orden benedictina. Saint Gall empezó a levantar suspicacias en el obispado de Constanza. El emperador zanjó estas disputas garantizando a Saint Gall su dependencia directa del emperador, lo que le otorgó cada vez más independencia económica a lo largo del siglo IX. Se inicia así el cénit del monasterio, en el que brillan tres monjes llamados Notker: de lieja, Balbulus y Labeo. En esta época, sin embargo, también hay un incendio y algún ataque. El monasterio ha de ser restaurado totalmente y añade unas murallas.
La vida en Saint Gall fue estable hasta 1207. En este año se produjo un hecho paradójico: el ascenso del abad a príncipe-abad otorgado por el Sacro Imperio Germánico. La influencia política de Saint Gall aumentó, pero descuidó su labor con el conocimiento. Además, la enemistad con la ciudad que había crecido a su abrigo empezó a intensificarse hasta la independencia de esta. Por si fuera poco, el monasterio perdió la guerra contra los campesinos de su feudo de Appenzell a comienzos del XV. Saint Gall tenía ahora a dos enemigos al lado, con la Confederación Helvética arbitrando. Peor se pusieron las cosas cuando el monasterio se mantuvo fiel al papado en reformas religiosas. Calvinistas primero y los condes de Toggenburgo después saquearon el monasterio y su biblioteca. Un intento de Saint Gall por expandir sus dominios fue contestado con la destrucción de buena parte del monasterio medieval. Fue reconstruido en barroco tardío, poco antes de ser disuelto y secularizado en 1805.
El complejo monástico de Saint Gall procede por tanto de esta época tardía: las construcciones fueron levantadas entre 1755 y 1768. Solo tras unos trabajos arqueológicos en los años 60 se sacaron a la luz los restos del primer monasterio carolingio. La abadía está compuesta por un patio central rodeado de edificios. En tres lados se encuentran edificios oficiales y una capilla, mientras que en el suroeste está lo principal: catedral, claustro y biblioteca. El interior de esta es un fino rococó con maderas finamente labradas, estuco y frescos. Entre los ejemplares más famosos se encuentran unas glosas en irlandés antiguo, un dibujo de San Pablo en una reproducción de las cartas de este, textos con notación musical neumática, vigente hasta el siglo XIII, y documentos sobre la fundación de la Suiza alemánica.
Saint Gall cuenta con unos 160.000 habitantes, mientras que el principal aeropuerto está en Zurich, a una hora de tren. Es una ciudad a bastante altitud y latitud, por lo que tiene nieve buena parte del año y lluvia el resto. La biblioteca está abierta al público y solo se necesita permiso para los ejemplares anteriores a 1900. Biblioteca y catedral son los principales edificios de un centro histórico bien cuidado, pero sin grandes monumentos. Es una ciudad de teatro y ópera: en verano hay óperas al aire libre frente a la catedral. Saint Gall tiene también una relevante feria gastronómica y agrícola, OLMA, en el que se degustan multitud de salchichas bratwurst y cerveza, principales productos de la ciudad. Cerca está el macizo Alpstein, con multitud de excursiones posibles. La zona de Appenzell, la antigua enemiga del monasterio, es un pintoresco paisaje ganadero.
Fotos: Peter Thoeny / clare_and_ben
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