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Antigua ciudad de Sigiriya

Antigua ciudad de Sigiriya

Central (Sri Lanka)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 14 12, 2020
  • Category:

Breve león


Multitud de asentamientos en el mundo han buscado accidentes geográficos para proveerse defensivamente con el mínimo esfuerzo. Muchas lomas solitarias en distintas regiones están coronadas por algún tipo de fortaleza que remata la protección hasta hacerla casi inexpugnable. La particular geografía de las llanuras que arrancan desde la cordillera central de Sri Lanka proporciona una de las fotos más espectaculares: Sigiriya. En el siglo V, Kashyapa depuso y asesinó a su padre del trono usurpándoselo además a su hermano. Justamente llamado Parricida, Kashyapa esperaba un contraataque fraternal, por lo que mudó la capital de Anuradhapura a una protusión rocosa de 200 metros de verticales paredes y cima plana. Un lugar perfecto que no sirvió a Kashyapa, derrotado en el 495 por su hermano. Su desmedida ambición tiene reflejo en Sigiriya, donde hasta esculpió un enorme león que da nombre al lugar.

Vista aérea de Sigiriya

El imponente perfil de Sigiriya ha inspirado todo tipo de leyendas sobre su origen, pero el texto cingalés de Culavamsa aporta los hechos históricos. Antes de Kashyapa, pueblos prehistóricos y monjes budistas horadaron parte de la roca haciendo refugios trogloditas. Sigiriya se desarrolló durante los 18 años de reinado de Kashyapa tanto en la roca como el entorno, nutrido de jardines y estanques de acuerdo a la tradición hidrológica de la isla. Sigiriya nació y declinó con Kashyapa, pues la práctica totalidad de lo que vemos es de entonces. En el 495, el hermano traicionado retornó del sur de India y atacó. La ciudad se convirtió en un campo de batalla del que el ejército de Kashyapa se retiró malinterpretando una señal del rey. Este, viendo su inapelable derrota, se suicidó. La capital regresó a Anuradhapura y Sigiriya sobrevivió como complejo budista hasta el siglo XIV. Posteriormente fue utilizado como fortaleza. 

En 1831, el mayor Jonathan Forbes se topó con la roca, en cuya cima la vegetación había invadido las ruinas. Sigiriya atrajo la atención de los arqueólogos, que empezaron a trabajar la ciudad a finales de ese siglo. La mayor campaña llegó en el último cuarto del siglo XX. Entonces se destapó toda la ciudad al oeste de la roca, donde aparecieron jardines y un doble sistema de fosos y murallas. A los pies de la roca hay un primer jardín distribuido entre peñascos graníticos. A continuación se expanden los jardines de agua. El principal está en la calzada que enlaza la puerta oeste con la roca. Tiene diseño de charbagh o jardín persa, con cuatro secciones definidas y acusada simetría. A continuación hay dos jardines compuestos por una profunda piscina con una isla, cada una coronada por el palacio de verano. Hay un tercer jardín en un nivel más elevado. Todos están conectados por canales de agua que todavía son funcionales, especialmente en temporada de lluvias.

Puerta del León de Sigiriya

No obstante, lo más llamativo de Sigiriya es de lejos su cuello volcánico, de unos 250×125 metros de extensión, solidificado como granito. Es lo que conocemos como roca del león. La cima relativamente plana permitió construir el palacio de Kashyapa. Hoy no quedan estructuras, pero sobrevive un complejo de escaleras, plataformas terraceadas y cisternas. Una segunda plataforma a medio camino de los 200 metros de altura no solo sirve de descanso, sino que alberga la famosa puerta del león que da nombre a Sigiriya. Hoy solo se conservan las enormes pezuñas, pero basta ver su tamaño para dejar volar la imaginación e imaginar el león que se atravesaba para llegar a la parte superior. En el lado oeste de Sigiriya hay una pared de ladrillos enlucida que se supone estaba tan pulida que se denomina pared del espejo. Aquí, budistas y visitantes dejaban inscripciones. La pared protege un pasillo que lleva a la zona de frescos. En su día, buena parte de la pared oeste estaba cubierta, pero hoy solo sobreviven 21 mujeres pintadas en un estilo que recuerda a Anuradhapura o Ajanta

Sigiriya es el objetivo principal de todo viaje cultural a Sri Lanka y además se encuentra muy cerca de otros puntos imprescindibles como Dambulla, Polonnaruwa o Anuradhapura. Desde cualquiera de ellas es factible hacer la visita en un día, pues en los alrededores hay poco alojamiento. Es buena idea empezar la visita ascendiendo a la cercana roca de Pidurangala, con impresionantes vistas a Sigiriya. Hay quien se conforma con esta vista porque Sigiriya es caro, pero sería imperdonable. Pasada la entrada toca ascender la roca león con sus 1.200 escalones. Es buena idea llevar agua, pues la zona es húmeda y nos agotará. Toda esta parte nos llevará unas dos horas y es habitual hacerla guiada. Al bajar podemos dedicar todo el tiempo que queramos a los jardines y la selva que los rodea. La parte del año más seca es de mayo a septiembre, pero habrá más colas y es muy aconsejable llegar pronto, lo que también evitará el calor. 

Fotos: seankommer / Michael Gunther

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