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Auschwitz Birkenau. Campo nazi alemán de concentración y exterminio (1940-1945)

Auschwitz Birkenau. Campo nazi alemán de concentración y exterminio (1940-1945)

Pequeña Polonia (Polonia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 10 11, 2020
  • Category:

El lado oscuro


El concepto de campo de concentración como lugar donde confinar grandes cantidades de personas sin juicio alguno nace en EEUU en el siglo XIX con los nativos americanos. La idea fue exprimida especialmente por la Alemania nazi, que montó miles de ellos destinados a prisioneros de guerra y todo aquel que no se ciñera a sus estándares humanos. La cifra de víctimas se sitúa entre 15 y 20 millones de víctimas, muchas por inanición o agotamiento. Algunos campos se diseñaron específicamente para la matanza a gran escala. Son los campos de exterminio, la versión más terrorífica de un sistema inhumano, simbolizado por las cámaras de gas. Solo en Auschwitz se estima que fueron asesinadas hasta millón y medio de personas. Como los otros cinco campos de exterminio principales, se encuentra en la actual Polonia, territorio que sufrió como ninguno la II Guerra Mundial. Tras la liberación de los campos entre 1944 y 1945, muchos se han mantenido como símbolo y advertencia de la extrema crueldad a la que puede llegar el ser humano.

Vías con destino a Auschwitz Birkenau

El primer campo de concentración fue Dachau, abierto en 1933 para retener opositores socialistas al nazismo. Fue el prototipo de un sistema que explotó con la guerra, cuando la restricción informativa dejó vía libre al gobierno alemán. Indudablemente, los judíos fueron protagonistas con seis millones de muertos, dos tercios de los que vivían en Europa. En 1942, los campos estaban tan saturados que los nazis dieron una vuelta de tuerca con los campos de exterminio, orientados a los judíos y situados por ello en Polonia, donde además se podían ocultar a los ojos de la escasa crítica interna. Fue la solución final decidida en la conferencia de Wannsee, el holocausto judío al que dio forma Adolf Eichmann, administrador principal. Por entonces, Auschwitz llevaba dos años operativo, pero en marzo se equipó con nuevas cámaras de gas Zyklon B orientadas a acelerar la nueva misión principal, el genocidio masivo. Fueron parte de la ampliación del campo, denominada Birkenau.

Birkenau complementó así a Auschwitz I y precedió a Monowitz y los subcampos que formaron el entramado en la región de Silesia, controlada por los nazis desde el comienzo de la guerra. Sobre una base militar polaca previa, se puso en marcha para alojar prisioneros de guerra en abril de 1940, ampliándose luego con una amplia zona vallada para evitar fugas y evitar miradas. Meses después se hacinaban unos 10.000 presos, pero no de guerra, sino principalmente judíos. Nada comparado con Birkenau, diseñado por Karl Bischoff para alojar hasta 200.000 presos. Eso sin contar el Zigeunerfamilienlager o campo para gitanos, aniquilados en 1944 tras un conato de rebelión. El tercer campo, Monowitz, fue relevante por ser el primero en nacer con capital privado. Su misión era alojar a los trabajadores de la fábrica IG Farben. Este sistema se popularizó dando lugar a los 45 subcampos de Auschwitz. A finales de 1944, con la inminente llegada de los rusos, los nazis desmantelaron todo lo que pudieron. El 26 de enero llegó la liberación. Solo quedaban 7.500 prisioneros, pues el resto fueron obligados a marchar al oeste.

Entrada de Auschwitz Birkenau

La historia cambió de lado y Auschwitz fue utilizado para prisioneros de guerra alemanes hasta 1947. En paralelo, muchos barracones fueron desmantelados por sus materiales y un pequeño porcentaje de los trabajadores fueron llevados a juicio, incluido el primer comandante Rudolf Höss. Con el tiempo, el número de víctimas y los abundantes testigos hicieron de Auschwitz el símbolo que es. Polonia protegió legalmente el lugar y en 1955 abrió la primera exposición permanente, a la que se han sumado muchas otras organizadas por otros estados. Se dividen entre las que explican el funcionamiento del lugar y las que recopilan objetos personales de los prisioneros. Se compone de Auschwitz, Birkenau y las vías del tren. El legado incluye muros, alambres de espino, barracones para los prisioneros, patíbulos, cámaras de gas y crematorios. El simbolismo llega a su apogeo al cruzar el famoso cartel con la leyenda Arbeit macht frei: el trabajo os hará libres.

Auschwitz es la germanización de Oświęcim, localidad a las puertas de los campos. Están 65 kilómetros al oeste de Cracovia, la ciudad más turística en Polonia, lo que alimenta un turismo masivo, más de millón y medio de visitantes anuales. Para canalizar tanta gente se limitan las visitas libres según estación y hora, así que hay que revisar las condiciones si queremos ir por nuestra cuenta. Esto nos ahorrará la entrada, pero las visitas guiadas de más de tres horas son muy recomendables para profundizar en las historias del lugar. Es imprescindible reservarlas con tiempo. En todo caso, la visita durará varias horas y podemos acortar distancias con un bus entre Auschwitz y Bikernau. El sitio exige respeto máximo y cualquier comportamiento inadecuado es sancionado incluso legalmente.

Fotos: Luke / Dnalor 01

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