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Babilonia

Babilonia

Babilonia (Irak)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 21 06, 2022
  • Category:

Mito, historia, expolio y reconstrucción


Pocos gobernantes de la Edad Antigua son más conocidos que los babilónicos Hammurabi y Nabucodonosor. Separados más de un milenio, ambos representan los dos cénit de esta legendaria ciudad que, en realidad, la mayor parte de su longeva existencia estuvo en un segundo plano. De la primera etapa apenas queda nada, pero el descubrimiento en Susa del código de Hammurabi, uno de los primeros compendios legales existentes, le garantizó su sitio en la historia. De la poderosa segunda etapa hay trazas, aunque construcciones más o menos mitológicas como la Torre de Babel o los Jardines Colgantes superan su fama gracias a las crónicas históricas. Aunque maltrechas, las murallas de Babilonia proporcionaron los restos palpables más reseñables de esta ciudad, que se repartieron por el mundo. Son los miles de ladrillos vidriados, algunos labrados, de la puerta de Istar. Su reconstrucción deja adivinar la gloria de una ciudad cuyas ruinas han sido un intenso sitio arqueológico que también ha sido ejemplo de exceso reconstructivo.

Ruinas del Palacio Norte de Babilonia

Atravesada por el Éufrates, parece que Babilonia fue fundada por tribus amoritas a comienzos del segundo milenio a.C. Inicialmente fue una sencilla ciudad estado con sus propias murallas, pero todo cambiaría en el 1792 a.C. con el ascenso de Hammurabi. Su código simboliza su poder tras conquistar el sur de Mesopotamia y nombrarse rey. Llegó a conquistar la poderosa Elam, donde se encontró su código, y conseguir tributos de los asirios. Aunque esta región pasó a llamarse Babilonia, lo cierto es que los sucesores de Hammurabi perdieron rápidamente el control y los amoritas fueron expulsados. Durante medio milenio, Babilonia fue regida por una dinastía de origen casita, siendo un colchón protector en las beligerancias entre asirios y elamitas. Finalmente, los neoasirios se hicieron con la ciudad a comienzos del primer milenio a.C., pero la alianza de un rebelde local con los elamitas conllevó la destrucción total de Babilonia en el 689 a.C. Por entonces era una referencia religiosa, lo que ayudó a reconstruirla poco antes del final de los asirios. 

Un gobernante de origen caldeano, Nabopolasar, aprovechó la coyuntura para fundar el reino neobabilónico. Su hijo, Nabucodonosor II, le superaría en fama gracias a sus proyectos constructivos renovando las murallas y levantando el zigurat Etemenanki. También se le acredita con los Jardines Colgantes, pero la arqueología ni siquiera asegura que estuvieran aquí. Buena parte de la fama de Babilonia y Nabucodonosor proviene de su nutrida presencia en la Biblia, pues Nabucodonosor destruyó el Primer Templo de Jerusalén. Como pasara con Hammurabi, la aventura babilónica fue corta. En el 539 a.C., Ciro la conquistó para Persia en su mayor escollo de Oriente Medio. Pese a su papel menor, Babilonia progresó como ciudad religiosa, comercial y académica. El periodo helenístico inició un prolongado declive. En la Edad Media, Babilonia es nombrada solo como cantera de ladrillos, pero su aura permaneció intacta en Occidente. Las ruinas fueron identificadas por primera vez en el siglo XVII e investigadas durante todo el XIX. Tras décadas de trabajos, el alemán Robert Koldewey condujo la primera excavación científica en 1899. 

Una quimera en la puerta de Istar de Babilonia

Además del inevitable paso del tiempo, varios factores han perjudicado la conservación de Babilonia. El Éufrates cambió su curso anegando la parte oeste. Las aguas subterráneas, expolios y malas prácticas arqueológicas hicieron mucho mal. Para colmo, en las últimas décadas Babilonia ha sufrido una innecesaria reconstrucción del gobierno irakí y la ocupación durante las guerras del Golfo. Así, lo que resta original en Babilonia son sus dos sistemas de murallas exterior e interior con trazas de puertas monumentales como la de Istar y varios montículos con restos. Los principales de estos son Babil, Homera y Amran Ibn Ali. En este último, de 25 metros, es donde se encontraba el templo de Esagila. Cerca se encuentran los restos del palacio del norte y el icónico zigurat de Etemenanki, posible inspiración bíblica para la Torre de Babel gracias a los más de noventa metros que midió. Está en ruinas desde hace más de dos milenios. Entre las piezas in situ en Babilonia destaca una estatua de león de tiempos de Nabucodonosor.

Los proyectos de Saddam Hussein en la desmesurada reconstrucción de Babilonia iban encaminados tanto a exaltar su propia figura como atraer turismo internacional. Lo segundo nunca llegó a suceder por los vaivenes políticos. El turismo ha ido creciendo paulatinamente y se beneficia tanto del aura de Babilonia como la cercanía a Bagdad, menos de cien kilómetros al norte. Se puede visitar de camino al Ahwar o en visita de día, siendo recomendable un guía y evitar las horas centrales por el calor. No es complicado distinguir entre la reconstrucción moderna y los restos antiguos. Se suele añadir a la visita un antiguo palacio de Saddam Hussein en ruinas. Si queremos ver restos babilónicos, el sitio ideal es el museo de Pérgamo en Berlín.

Fotos: Osama Shukir Muhammed Amin / David Stanley

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