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Bosques pluviales y zonas húmedas de la Cólquida

Bosques pluviales y zonas húmedas de la Cólquida

Adjara, Guria y Mingrelia (Georgia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 11 09, 2022
  • Category:

Selva templada


Histórica y geográficamente, Georgia se puede dividir en dos regiones que ocupan las dos únicas llanuras de un país muy accidentado: Cólquida e Iberia. Separadas por las montañas Likhi, que unen el Alto y Bajo Cáucaso, aquí se acumula la mayor parte de la población y agricultura del país. Cólquida es el nombre que dieron los griegos a los territorios del mar Negro oriental que van desde la turca Trebisonda hasta el oeste georgiano. Fue uno de los gérmenes de este estado en tiempos de la Antigüedad, cuando muchos pueblos utilizaban este estratégico paso entre mares y montañas para establecerse. Tierra de mijo y faisanes, hace muchos siglos que la llanura Cólquida perdió su carácter salvaje convirtiéndose en un paisaje modificado por el ser humano. Entre las regiones más abruptas y algunos humedales, las zonas naturales escasean, por lo que su valor es extraordinario. Juntas forman la foto de una región de clima templado y gran cantidad de lluvias que alimentan tanto los humedales de la Cólquida como los bosques de sus montañas, en los que moran lobos, osos y linces. 

Humedal del Parque Nacional Kolkheti en la Cólquida

Las áreas protegidas de Cólquida comprenden dos hábitats muy diferentes entre sí: las angostas montañas del Bajo Cáucaso, en el sur de Georgia, y la línea costera. El primero eleva la altitud máxima de Cólquida a los 2.750 metros, aunque más allá de esta altitud destaca sobremanera su extraordinaria pluviosidad. Estamos ante uno de los puntos más húmedos de toda Europa, con datos equiparables a los de una zona tropical. De hecho, se la denomina selva templada. Las dos zonas protegidas, contiguas, son el Parque Nacional Mtirala y la Reserva de Kintrishi. Bajamos al nivel del mar para llegar al otro bioma de Cólquida, mucho más afectado por la actividad humana. Con foco en el Parque Nacional Kolkheti, son humedales y pequeños bosques que sobreviven como parches entre los cultivos de la llanura a nivel del mar, en algunos casos separados de este solo por una estrecha línea de dunas. Esta sección llana recibe todas las aguas de la extrema pluviosidad de las montañas, por lo que muchos de los humedales toman la forma de turberas, ricas en materiales orgánicos vegetales.

Tener dos zonas de aspecto tan diferente, pero cercanas entre sí, hace que Cólquida sume más de mil especies vegetales y esté considerado un refugio de vida primitiva previa a las glaciaciones, tanto en flora como en fauna, donde encontramos más de una treintena de vertebrados endémicos. Teniendo en cuenta su reducido tamaño son cifras equiparables a las de una zona tropical o una isla. Entre estos endemismos están los esturiones cólquidos, subespecie de una familia de peces amenazados con poblaciones sanas en la Cólquida, en cuyos ríos crían. Los esturiones están en las zonas lacustres costeras, que también son un imán para miles de aves migratorias que encuentran en los humedales un descanso entre zonas montañosas. Al llegar a estas, los niveles de endemismo se reducen al compartir valores con otras zonas del Cáucaso, pero en todo caso estamos ante un vergel de vegetación en la que encontramos mamíferos de gran tamaño icónicos a escala europea.

Puente de piedra en Kintrishi, parte de la Cólquida

Cólquida está considerada a escala global uno de los ecosistemas más irremplazables que existen por la combinación de su alto endemismo y su histórica reducción espacial debido a la agricultura. Esta se inició aquí hace milenios, aunque el exceso de humedad complicaba encontrar espacios hábiles. Esto se solventó bajo el dominio de la Unión Soviética, cuando se drenaron humedales favoreciendo la economía regional a costa de sus valores naturales. En esta época se vio el impacto y se creó una primera zona protegida en Kolkheti que tras la independencia georgiana eclosionó como Parque Nacional. Una vez pasada esta etapa de fuerte reducción de hábitat, los humedales de la Cólquida están actualmente libres de grandes amenazas. Una situación parecida se da en los bosques, donde la protección histórica ha sido mayor por la falta de actividades extractivas. 

El turismo en Cólquida está creciendo paulatinamente. Ambas zonas requieren planificaciones aparte, aunque Batumi, segunda ciudad en tamaño de Georgia y aeropuerto propio, puede servir de base para ambas. Kolkheti tiene un flujo de turismo habitual basado en la navegación del lago Paliastomi y río Pichori y el avistamiento de avifauna. En este sentido es importante tener en cuenta que los podremos ver especialmente a finales de primavera y comienzos de otoño. Para las zonas montañosas y sus bosques, las localidades de referencia son Chakvistavi y Tskhemvani, donde están los centros de visitantes. Aquí abundan los itinerarios de senderismo para todos los niveles: Tsablnari y el puente de piedra Kintrishi si tenemos poco tiempo y Tsivtskaro y lago Tbikeli más largas y duras, con posibilidad de hacer noche a medio camino en un refugio. En todos los casos hay que ir preparados para caminos llenos de barro.

Fotos: Paata vardanashvili / Paata vardanashvili

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