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Budapest con las orillas del Danubio, el barrio del Castillo de Buda y la Avenida Andrássy

Budapest con las orillas del Danubio, el barrio del Castillo de Buda y la Avenida Andrássy

Budapest (Hungría)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 21 09, 2020
  • Category:

Cruzar el Danubio


Un año después de que se confirmara el fracaso de la revolución húngara, reacción al centralismo y conservadurismo austriaco, se inauguró el puente Széchenyi o de las Cadenas. Corría el 1849 y significó el primer nexo entre las ciudades Buda y Pest. Todavía tardarían 24 años más en unirse oficialmente, pero el puente del británico William Tierney Clark, una avanzada obra de ingeniería, simboliza el primer paso de la unión denominada Budapest. Por un lado Buda, en la accidentada orilla oeste, capital histórica en varias etapas del Reino de Hungría, poder político materializado en su castillo. Por otro Pest, en la llana orilla este, urbe popular y burguesa con avenidas como el moderno bulevar Andrássy, abierto un año antes del puente. Menos sabido es que ese 1873 un tercer núcleo urbano, Óbuda, formó parte de la unificación. La vieja Buda fue donde se fundó la ciudad romana, germen de una de las ciudades europeas donde en la Edad Media se escenificó con más fuerza la lucha entre Oriente y Occidente. 

Puente de las Cadenas y Parlamento de Budapest

Los celtas habitaron esta región en la que el imponente Danubio era más fácilmente vadeable. Los romanos fundaron en el siglo I Aquincum, luego capital de Panonia Inferior, para proteger su frontera o limes, marcada por el río. Hoy en Óbuda se pueden ver restos de esta primera etapa que se cerró con la invasión huna. Buda y Pest nacen a partir de dos fortalezas búlgaras en el siglo IX. Los magiares, fundadores del Reino de Hungría, expulsaron luego a los búlgaros. No lo tuvieron fácil, acosados continuamente por invasiones del este como la tártara, que les llevó a levantar el castillo de Buda. Tras un periodo dorado en el siglo XV gracias al renacentista rey Matías Corvino, en 1541 el imperio otomano ocupó la ciudad. Su dominio duró hasta 1686, cuando un ejército cristiano multinacional les expulsó. Se reunificó el Reino, pero las beligerancias no cesaron. Los Habsburgo, patrocinadores del asedio, asumieron el control. Revoluciones y acuerdos se sucedieron hasta que la I Guerra Mundial deshizo la unión.

Budapest aún vería un periodo de separación cuando en la II Guerra Mundial se destruyeron sus puentes. El periodo posterior, bajo la URSS, tampoco fue mejor. Símbolos del poder real como el castillo sufrieron el saqueo y destrucción. El castillo, sobre una colina, tienes sus orígenes en el siglo XIII, pero fue totalmente reconstruido en barroco en el XVIII tras su destrucción en 1686. Gracias a los fondos de Maria Teresa, reina Austria, se levantó este ambicioso diseño ampliado en el XIX hasta convertirse en una de las residencias reales más grandes de Europa. Todo el distrito del castillo abunda en barroco, aunque es de los pocos lugares donde sobrevive gótico original. Mucho más habitual es el neogótico de la iglesia de Matías, situada justo al lado del Bastión de los Pescadores, otro monumento de la época más dominante de la arquitectura de Budapest, los siglos XIX-XX. En Buda se encuentran también los principales restos otomanos: los baños Király y la tumba Gül Baba.

Castillo de Buda en Budapest

Desde la orilla de Buda podemos ver el Parlamento húngaro en Pest. Es el monumento más grande, alto e icónico de Budapest. Concebido poco después de la unión de la ciudad, fue el símbolo de la autonomía húngara. El arquitecto Imre Steindl se inspiró en las Casas del Parlamento de Londres para diseñar uno de los monumentos neogóticos por excelencia del mundo. De la misma época y altura, pero neoclásica, la basílica San Esteban es la iglesia más importante y concatedral de Budapest. Cerca de ella nace la avenida Andrássy, proyecto modernizador de la ciudad. Este bulevar está plagado de mansiones neorrenacentistas a las que se mudó la clase alta y en la que hoy abundan tiendas de lujo. Acaba tras dos kilómetros en la imponente Plaza de los Héroes. Por debajo es también relevante gracias al metro, abierto en 1896. Sus casi cuatro kilómetros fueron un hito del transporte metropolitano.

Budapest es la capital y ciudad más poblada de Hungría. Muchos de los tres millones de turistas llegan por aire, aunque no pocos lo hacen en tren o barco por la cercanía a Viena. Si no llegamos en barco es casi obligatorio hacer un crucero de una hora por el Danubio. Nos dará grandes vistas que rivalizan con las de la colina Gellért o el Bastión de los Pescadores. Más allá de coger el metro por su aspecto histórico, casi todo se puede realizar a pie y en un par de días podremos ver lo principal. Dependerá de la visitas. Algunas son guiadas como el Parlamento y otras gratuitas, salvo sus museos, como el castillo. Otro museo en Andrássy muy visitado es la Casa del Terror, sobre la historia nazi y comunista. Las actividades más famosas son conciertos en la Ópera y baños termales, tradición otomana. El plato por excelencia es el gulash, estofado cargado de carne. 

Fotos: Daniel Stockman / Peter Horenský

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