Intrigas de la curia
La influencia del Papa en el mundo católico ha tenido distintos momentos. Líder espiritual sin discusión durante siglos, en cuestiones seculares su poder fue a más. Aunque hoy su gobierno terrenal esté confinado al Vaticano, en la Edad Media los estados papales fueron un actor político más. En el XIV llegó un inevitable conflicto con los otros líderes seculares, los reyes. El francés Felipe IV se negó a rendir pleitesía terrenal al Papa iniciando un conflicto que terminó con el asesinato del Papa Bonifacio VIII y el ascenso poco después de un Papa afín, Clemente V. A Clemente le pareció prudente no residir en Roma, sino trasladarse a otros territorios papales bajo la influencia de Francia. Así, la ciudad de Aviñón se convirtió durante 67 años en la sede oficial del Papa católico. Tras varios Papas franceses, la situación se recondujo con Gregorio XI, no sin un cisma que prolongó el papel de Aviñón con los denominados antipapas. Su rico legado urbano está liderado por el Palacio de los Papas, mayor palacio gótico de Europa.
Vista aérea de Aviñón con el Palacio de los Papas y el puente de Aviñón
Aviñón está en un meandro del Ródano, río presente en su toponimia desde que es nombrada por primera vez en el siglo VI a.C. Bajo la influencia de Marsella fue base de los cavares, tribu gálica romanizada posteriormente. A la sombra de Orange y Arlés, en el siglo VII cayó a manos de los francos entrando en su peor periodo. La creación del Reino de Arlés y el puente reconstruido sobre el Ródano le devolvieron autonomía y prosperidad, pero varias disputas con Francia y los estados papales la supeditaron de nuevo a Arlés y el Reino de Nápoles. Durante la cruzada albigense del siglo XII, Aviñón se posicionó en el bando perdedor. Su histórico puente fue destruido y se levantó el actual puente de Saint-Bénézet. Este símbolo de la ciudad fue clave al ser entonces el único cruce del Ródano desde Lyon a la desembocadura. Sin embargo, las fuertes corrientes fluviales y los continuos colapsos obligaban a su continua reparación. Se abandonó en el siglo XVII, sobreviviendo hoy cuatro arcos, las dos torres de guardia y la capilla de San Nicolás.
Los Papas cambiaron para siempre Aviñón. Durante ese siglo XIV compraron la ciudad al Reino de Nápoles, la amurallaron y transformaron el palacio episcopal en todo un complejo palaciego. Aviñón se benefició económica y artísticamente del influjo con banqueros, comerciantes, arquitectos, pintores, músicos y literatos como Petrarca. Tras el regreso a Roma, Aviñón y el Condado Venesino siguieron en manos papales con los aventajados cardenales nepotes. Muchos reyes franceses intentaron hacerse con la ciudad, pero hubo que esperar a la Revolución Francesa, cuando el Palacio de los Papas se convirtió en prisión. Su construcción había sido ordenada por Benedicto XII con diseño de Pierre Poisson of Mirepoix. Aprovechando su situación sobre un promontorio rocoso se levantó una austera mole gótica que hoy conocemos como Palacio Viejo. Se caracteriza por su carácter defensivo acentuado con cuatro torres, incluida Trouillas de 52 metros, en torno al patio del claustro. Entre las salas destacan las inmensas del consistorio y Tinel.
Patio principal del palacio de los Papas en Aviñón
Los siguientes Papas expandieron el complejo hacia el sur con el Palacio Nuevo, cerrado en el patio de honor, del cual salen unas escalinatas y rampa hasta la Gran Capilla, pensada para los principales actos religiosos. Además se levantaron nuevas torres y se decoraron profusamente los interiores del Palacio, especialmente con frescos de la escuela sienesa elaborados o supervisados por Simone Martini y Matteo Giovanetti. Entre los más originales está el estudio de Clemente VI, con escenas de caza típicamente nobles, inesperadas en un apartamento papal. El Palacio se detuvo en el tiempo tras el siglo XIV, contando solo con algunas restauraciones ante el progresivo deterioro. Justo al norte del Palacio Viejo se encuentra la catedral de Notre-Dame-des-Doms, edificio románico levantado en el siglo XII, pero con la torre y el ábside reconstruidos posteriormente.
Aviñón se encuentra en la turística Provenza, por lo que es muy visitada y está bien conectada con ciudades como Nimes o Arlés y por tren rápido con París y Marsella. Es aconsejable entrar a pie a la ciudad amurallada, aunque las mejores vistas tanto del puente como del perfil de la ciudad se tienen desde el otro lado del Ródano, en un parque de la isla de la Barthelasse. También es posible pasear en barco por el Ródano. El Palacio de los Papas nos llevará unas dos horas. Hay disponibles audioguías visuales y también podemos hacer visitas guiadas. Ante la falta de mobiliario de época son recomendables para entender la función de cada sala. El patio de honor es sede principal del festival de teatro de verano de Aviñón, acontecimiento de escala nacional. Es imprescindible entrar al mercado cubierto Les Halles para degustar o comprar productos locales de la Provenza como quesos, vinos, especias, pan, etc.
Fotos: OT Avignon / Martin Kraft
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