Recuerdos portugueses en puerto chino
El delta del río de la Perla, que desemboca en el mar de la China, pasa por ser uno de los sitios más densos del planeta. El triángulo formado por la china Cantón y las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao lleva siglos siendo uno de los principales puntos comerciales del mundo. La ex-colonia portuguesa de Macao es la menos poblada, con 600.000 habitantes, pero sin embargo es la más densa. También la más rica. De hecho, Macao suele estar en los mejores puestos del mundo en cuanto a PIB per cápita. Mucho se lo debe al juego, pues Macao se ha convertido en uno de los casinos más grandes del mundo. Estos se encuentran en Cotai, un trozo de tierra reclamada al mar entre las islas de Taipa y Coloane. El centro histórico de la ciudad, no obstante, se encuentra en el continente, en la península de Macao. En esta parte es donde las tradiciones orientales y occidentales llevan mezclándose durante siglos.
Hay constancia de pobladores en la península desde hace 6.000 años. Bajo las distintas dinastías chinas, la península perteneció a las prefecturas de Nanhai y Dongguan, pero por entonces no era más que un puerto natural donde los marineros hacían un alto. Es en 1277 cuando 50.000 personas se instalan aquí huyendo de los mongoles y forman el primer asentamiento permanente. Uno de los primeros templos es el de A-Ma, que cuando llegan los portugueses a comienzos del siglo XVI es confundido con Macao y otorga el nombre a la ciudad entera. Los portugueses buscaban un enlace al este de sus colonias, pero los Ming, sabedores de las prácticas portuguesas en tierras malayas en Malaca, se negaron a negociar y los repelieron durante años. En 1557 cedieron y finalmente acordaron una cesión de tierras en régimen de alquiler. Los portugueses obtuvieron por fin su sitio para urbanizar y su puerto se convirtió en fundamental para el paso de mercancías. La ruta con Malaca-Goa-Lisboa es la razón original, pero la más rentable resulta ser la ruta con Japón, tras prohibirse el comercio directo entre China y Japón.
Macao disfruta por entonces de un éxito que atrae a las órdenes religiosas y también a los enemigos, pues los holandeses intentan conquistar la ciudad en 1622. Sí lo consiguieron con Malaca, lo que unido a la política de cierre exterior de Japón provoca el declive de Macao. En el siglo XIX, los portugueses vieron como China entregaba Hong Kong a Reino Unido y declararon unilateralmente su colonia en 1849, dejando así de pagar el histórico alquiler por el terreno. Una debilitada China reconoció la situación en 1887, pero con la llegada de los comunistas las tensiones aumentaron. La democracia portuguesa reconoció en los años 70 que se necesitaba una hoja de ruta para descolonizar Macao, que culminó con la devolución en 1999 del territorio. La situación pactada es similar a la de Hong Kong, con una gran independencia de Macao como región administrativa especial. China solo aporta Defensa y Exteriores.
22 son los edificios y plazas protegidas en el centro de Macao. Juntos conforman la mezcla arquitectónica y cultural que es el casco histórico de la ciudad y que se puede contemplar desde el Monte Forte. En cuanto a lo puramente oriental, lo más destacable sigue siendo el templo A-Ma con su inspiración confucionista, taoísta y budista. Los portugueses diseñaron la ciudad según costumbres europeas, incluyendo la Rua Direita que conecta el puerto con el centro, en la plaza Leal Senado, cerca de donde está la Catedral de Nuestra Señora, totalmente reformada en 1937. Merecen mucho más la pena las ruinas de la iglesia de San Pablo, en un alto. De esta iglesia del siglo XVI solo queda la preciosa fachada, pues el resto cayó en un incendio provocado por un tifón en el siglo XIX. Además de iglesias, los portugueses también levantaron hospitales, teatros como el Dom Pedro V, la universidad, etc. Todos los monumentos se pueden visitar conjuntamente en un paseo ofrecido por la ciudad.
Desde 1962, el principal motivo para viajar a Macao es el juego, más aún desde que en 2002 se levantara el monopolio y se haya convertido en el mayor casino de Asia. Desde poco antes Macao tiene aeropuerto, aunque el modo de llegar más habitual sigue siendo el ferry desde Hong Kong, con un aeropuerto mucho mayor. De noviembre a marzo se evitan lluvias y seguramente los peligrosos tifones. Precisamente en noviembre es cuando se celebra anualmente el Gran Prix de Macao, que desde 1954 convierte a la ciudad en un circuito urbano durante varios días. Las fiestas más famosas son el año nuevo chino y la de la primavera en el templo de A-Ma. Gastronómicamente, la ciudad vuelve a ser una mezcla de cocina oriental y portuguesa, con platos como galinha à portuguesa. Originario de Macao, mezcla pollo, patata, arroz y salsas orientales como la leche de coco.
Foto: Philip Roeland / Isen Majennt
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