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Centro histórico de Riga

Centro histórico de Riga

Riga (Letonia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 10 02, 2021
  • Category:

Art Nouveau concentrado


Una de las consecuencias más transformadoras que impuso la Revolución Industrial fue el denominado éxodo rural, con el que muchas ciudades multiplicaron su población atrayendo trabajadores del campo a las fábricas. Esta concentración fue especialmente potente en ciudades como Riga, que casi duplicó su población en poco más de quince años. Antes de la I Guerra Mundial superó el medio millón de habitantes, solo por detrás de Moscú, San Petersburgo y Varsovia en el imperio ruso al que pertenecía. Esta compleja ciudad, siempre relacionada con su puerto, había tirado abajo sus murallas pocos años antes sustituyéndolas por bulevares y un diseño urbano rectilíneo. Para alojar tantas familias se apostó por un estilo impulsado por la todavía entonces nutrida población alemana, el Jugendstil o, como se llamó más genéricamente, Art Nouveau. Este súbito crecimiento en su auge hace que Riga sea la ciudad del mundo con mayor concentración del estilo. Uno de cada tres edificios lo presenta. Es tan rica la variedad e involucró a tantos arquitectos que hasta se distinguen subestilos.

Edificio Art Nouveau en Riga

Riga se encuentra en un lugar estratégico del mar Báltico, dentro de una bahía natural que la protege y en la desembocadura del río Daugava, que sirvió en su día como ruta comercial entre los vikingos y bizantinos. No se tiene constancia de su fundación, pero en el siglo XII se sabe de alemanes en su puerto. Los nativos livones se resistieron a la cristianización hasta el siglo siguiente, cuando los alemanes lo impusieron a la fuerza de la mano del obispo Alberto, figura clave del siglo. A la religión se unió el comercio en 1282 con la inclusión de Riga en la liga Hanseática, lo que aportó estabilidad para el desarrollo urbano. Cuando la Hansa decayó, Riga era una influyente ciudad, lo que por otro lado supuso ser objeto de deseo en los conflictos entre alemanes, polacos y suecos. Con todo, la nueva Riga protestante mantuvo bastante autonomía. También bajo el dominio ruso iniciado en 1710, en medio de una plaga. Pasó a ser el puerto de referencia ruso en el Báltico, aunque la población siguió siendo principalmente alemana.

El siglo XIX vio un progresivo goteo de éxodo rural que implicó la ampliación urbana de Riga, que gracias a las leyes municipales tuvo una fuerte coherencia con limitación de altura y diseño rectilíneo. En la primera fase, el estilo dominante fue el neoclásico, pero con un material local que le dio personalidad, la madera. El otro punto clave del desarrollo fue la creación de la Universidad Técnica en 1862, en cuya facultad de arquitectura se mezclaron alemanes, judíos y letones para crear un estilo identificado con las crecientes ideas nacionalistas letonas, pero emparentado con el Art Nouveau. El estilo se extendió en las ampliaciones urbanas, aunque el centro medieval también incorporó en esos primeros años del siglo XX algún ejemplo. Junto a la arquitectura y urbanismo, el Art Nouveau también impregnó artes decorativas asociadas como esculturas, vidrieras y azulejos. El fin del estilo llegó abruptamente con las Guerras Mundiales, una tumultuosa etapa en Riga que cambió el carácter de la ciudad. Tras ellas quedó asociada a la Unión Soviética y tanto judíos como alemanes fueron expulsados.

Centro medieval de Riga

El centro medieval sufrió especialmente en la II Guerra Mundial, pero tras las reconstrucciones el skyline de agujas medievales vuelve a proporcionar bellas vistas desde la otra orilla del Daugava. Entre todas destacan la catedral y San Pedro. Las antiguas fortificaciones habían sido retiradas, aunque secciones se han reconstruido en el castillo y la torre sueca. En su lugar hay bulevares similares a la Ringstrasse vienesa. Es donde comienza la mayor concentración de Art Nouveau, que cuenta con 300 edificios relevantes. Las calles Alberta, Elizabeth y Brivibas son las ideales para contemplarlo. Muy famosos son los ejemplos de Mikhail Eisenstein pertenecientes a la primera etapa, ecléctica, más profusa en decoración. Un mayor número de edificios presentan el estilo perpendicular, más racional, y nacional-romántico, con ejemplos muy representativos. La última variante es la neoclásica, muy presente en edificios de bancos.

Tras la independencia e inclusión en la Unión Europea, Riga puja hoy por ser una moderna ciudad báltica gracias a su puerto, bancos y creciente turismo. Este se ha impulsado gracias al nombramiento como capital cultural en 2014, los cruceros y la presencia de aerolíneas low cost. El centro y la zona Art Nouveau no es muy extensa; se puede cubrir en un intenso día al no haber grandes monumentos que visitar y ser casi toda la visita un largo paseo. Podemos enriquecerlo con tours guiados que normalmente cubren también la zona Art Nouveau, conocida turísticamente como Jugenda Stila Nami. Podemos finalizar la visita con el nuevo museo del Art Nouveau, instalado en el apartamento del arquitecto de la época Konstantīns Pēkšēns. La gastronomía es muy calórica y poco imaginativa, pero merece la pena probar su plato de judías y jamón.

Fotos: Jean-Pierre Dalbéra / Jorge Franganillo

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