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Ciudad histórica de Vigan

Ciudad histórica de Vigan

Ilocos Sur (Filipinas)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 20 12, 2015
  • Category:

Un trocito de España en Asia


Desde México hasta Perú, en América se pueden visitar muchas ciudades coloniales de la época hispánica como Antigua Guatemala o Cuzco. Lo que es menos frecuente de ver es una ciudad de corte muy parecido a estas, pero al otro lado del mundo. Al centrar sus esfuerzos en América, España tuvo poca presencia en el continente asiático, pese a que era el que originalmente buscaban. La excepción por excelencia es Filipinas. Este archipiélago, formado por 7.000 islas, fue colonia española desde 1565 a 1898, cuando el país pasó a manos americanas. Estos más de tres siglos dejaron una profunda huella en el país. Por ejemplo, Filipinas es el cuarto país con mayor número de católicos. De entre todas las marcas del pasado que hay en Filipinas, destacan varias iglesias barrocas diseminadas por el país y el diseño y conservación de una ciudad al noroeste de Luzon, la isla más grande del país. Hablamos de Vigan, una ciudad que ha logrado conservar su legado español como ninguna otra en el país y, por extensión, el continente asiático.

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Vista de la calle Crisologo en Vigan

Una vez controlado el centro del archipiélago con la capital en Manila, los españoles empezaron a disgregarse por el país para controlar otras zonas. Juan de Salcedo llegó al norte con unos 80 soldados y fundó la Ciudad Fernandina de Vigan en 1572. Fernandina en honor al primer hijo de Felipe II; lo de Vigan parece que viene de una planta de la zona. Por entonces, Vigan era una isla con pocas construcciones que servía de centro comercial entre los barcos que llegaban por el mar de la China y los habitantes de las montañas, que comerciaban con oro y productos de su apicultura. Al preferir la costa por cuestiones prácticas, los españoles se asentaron en el territorio que ocupaban los inmigrantes chinos. Estos aún guardan hoy parte de sus tradiciones e incluso apellidos. Salcedo localizó allí lo que sería la capital comercial del norte de la colonia filipina. Para ello tomó como ejemplo el diseño en damero de las colonias americanas. Se formaron tres zonas: la de los indígenas, la de los españoles y la de los inmigrantes chinos, llamada El Pariancillo.

Así discurrieron tres siglos, durante los cuales el río Mestizo se fue llenando de limo y Vigan se unió a la isla de Luzon. En el siglo XIX llegaron vientos de cambio a la colonia. Varios conatos de revuelta fueron aplacados, hasta que la ciudad fue sitiada bajo el mandato de Manuel Tinio en la revolución filipina. Sin embargo, tras un breve periodo de independencia, el país y la ciudad pasaron a manos americanas en 1899. El siglo XX también hizo sufrir a la ciudad con el bombardeo japonés durante la II Guerra Mundial y varios incendios que se llevaron por delante edificios históricos. Sin embargo, la estructura principal de la ciudad fue respetada y muchos edificios se conservaron o se reconstruyeron siguiendo los planos antiguos. Estos factores unidos hicieron que Vigan sea hoy una combinación homogénea de arquitectura colonial y asiática.

Catedral de Vigan

Catedral de Vigan

Vigan es hoy una pequeña ciudad de 50.000 habitantes en la que su diseño revela su pasado, construido desde el siglo XVI. La plaza Salcedo domina la ciudad y alrededor de ella se encuentran edificios administrativos y congregaciones religiosas, así como la catedral de San Pablo. Se trata de un robusto templo barroco preparado para resistir los habituales terremotos de la zona. Desde esta plaza se accede a la plaza Burgos, el segundo centro neurálgico de la ciudad. Juntas, ambas plazas forman una L, algo poco común en los diseños hispanos. El damero de Vigan parece que fue copiado del de Manila, aunque la inspiración fundamental de este diseño se puede encontrar en muchas ciudades americanas. Desde las dos plazas parten distintas calles adoquinadas con diverso interés y estado de preservación. La calle Crisólogo es la más frecuentada por los viajeros, pues es la mejor conservada de la época colonial. Esto hace que también sea la más comercial.

Vigan se encuentra a más de siete horas de Manila por carretera, pero también cuenta con el aeropuerto de Mindoro. Sin embargo, lo más habitual es llegar allí desde la región montañosa, donde los cultivos en terraza suponen uno de los mayores atractivos turísticos de Filipinas. Cerca está también una de las cuatro iglesias barrocas más importantes de Filipinas, la de Nuestra Señora de la Asunción. El clima de la zona es el típico monzónico con estación de lluvias, así que lo mejor es ir a partir de noviembre. Así evitaremos también los tifones, desgraciadamente famosos en el país. Una buena fecha es el 22 de enero, que coincide con la fiesta más popular de la ciudad, con competiciones deportivas y ferias gastronómicas. Se disfrutan alrededor de dos productos que también recuerdan la época hispánica: la empanada y la longganisa. Esta última es justo lo que parece: fiambre de cerdo.

Foto: Nigel Goodman / aika rafanan

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