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Ciudad vieja de Ávila e iglesias extramuros

Ciudad vieja de Ávila e iglesias extramuros

Castilla y León (España)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 21 05, 2019
  • Category:

Murallas a estrenar


El concepto de Reconquista tiene muchos matices. Está plenamente aceptado que no surgió hasta siglos después del hecho que cubre: el empuje de reinos fundamentalmente cristianos para dominar una península ibérica ocupada por reinos fundamentalmente musulmanes. Históricamente se considera que se inicia con la formación del Reino de Asturias en el siglo VIII tras la primera rebelión, mientras que el fin llega en 1492 con la derrota del Reino de Granada. El avance fue, por tanto, extremadamente lento e intermitente. Esto provocó que zonas de la península fueran temporalmente territorios de nadie, vagamente pobladas por estar en disputa. Alfonso VI fue uno de los reyes castellanos más exitosos. Uno de sus hitos fue recuperar la simbólica capital visigoda, Toledo, en 1085. Unos años después, temiendo una posible pérdida de esta, preparó la retaguardia repoblando una amplia zona justo al norte de la cordillera central. Su yerno Raimundo de Borgoña fue el encargado. Uno de sus resultados fue el amurallamiento de la entonces deprimida ciudad de Ávila. Así renació una ciudad de piedras y santos.

Vista de la ciudad amuralla de Ávila

La ciudad está sobre una colina u óbila, como la denominaban los vetones. Estos pobladores prerromanos, responsables de grupos de verracos de piedra como los toros de Guisando, construyeron aquí uno de sus principales fuertes. Los responsables del urbanismo actual, no obstante, son los romanos, que rediseñaron la ciudad completamente. Aún se nota el esquema clásico de dos calles perpendiculares que se cortan en el foro, hoy la plaza del Mercado Chico. Ávila es una de las primeras ciudades en recibir el cristianismo y tener obispo. Tras el periodo visigodo llega la conquista musulmana. Unos siglos después, Ávila es permanentemente atosigada por las tropas cristianas hasta forzarse su despoblación, solucionada por Raimundo después. Estas repoblaciones fueron habituales y tenían dos componentes: la reconstrucción arquitectónica y la firma de fueros. El más famoso de estos es posterior y fue firmado para Cuenca, pero la idea era similar: favorecer la migración de gente del norte a las ciudades conquistadas.

Las crónicas hablan del 1092 como el año del renacimiento de Ávila, aunque existe controversia en la fecha en la que se levantan las nuevas murallas sobre las ruinas de las visigodas. Según la tradición, el diseño de las nuevas, apenas restaurado en estos siglos, es obra del romano Casandro y el francés Florín de Pituenga. La mano de obra la forman los nuevos pobladores, entre los que destaca el linaje Dávila. El estilo y técnica de la muralla, aun así, se acerca a las del sur de la península. Mide dos kilómetros y medio, se alza hasta los doce metros y está reforzada con sus famosos 88 torreones. La atraviesan nueve puertas, destacando la del Alcázar con doble torreón y un original puente entre ambos. Las murallas nunca fueron realmente probadas: Castilla empujó hacia el sur y el sentido de estas se perdió. Aun así, ningún proyecto las tiró abajo, aunque estuvieron a punto en el siglo XIX, en medio del declive que asolaba a toda la región.

Catedral de Ávila, parte del sistema de murallas

Ávila había disfrutado del favor de la corte, como pasó en Segovia, a finales del XV. Poco después nació la personalidad más relevante de la ciudad: la mística escritora y religiosa Teresa de Jesús. Fundó la orden de las Carmelitas Descalzas e inició el convento de San José. No obstante, entre las obras religiosas destaca la catedral. Aúna el carácter defensivo y religioso de Ávila, pues está fortificada y forma parte del perímetro amurallado. Se inició en románico y viró al gótico de la mano del maestro Fruchel. Se la considera la primera en España en este estilo. El románico domina de la ciudad, aunque para ello tengamos que salir del centro amurallado. Algunas están muy cerca, como San Vicente y San Pedro, que están frente a la puerta principal. Son del siglo XII y se parecen entre sí. Más lejos quedan San Segundo y San Andrés. Posterior y gótico es el Real Monasterio de Santo Tomás, famoso por haber alojado al tribunal de la Inquisición y ver morir a su histórico líder, Tomás de Torquemada.

Ávila es hoy una pequeña ciudad en la que el turismo pesa mucho por su cercanía a Madrid. No hay tren rápido, pero se llega en menos de hora y media en tren o coche. Mucha gente va y vuelve en el día desde la capital: es factible ver el centro en un día. Si queremos extender el viaje es recomendable acercarse a Gredos, punto más alto de la cordillera central. Además de pasear el centro y ver las numerosas iglesias, es recomendable subir a las murallas y entrar a la catedral, actividades de pago. La gastronomía abulense es muy castellana con productos estrella como las judías, el chuletón y como postre las yemas de Santa Teresa. La Semana Santa está declarada de interés turístico nacional.

Fotos: Anual / Discasto

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