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Ciudad vieja de Berna

Ciudad vieja de Berna

Berna (Suiza)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 6 07, 2019
  • Category:

Capital neutral


Que Suiza es un país atípico queda claro al mirar un mapa de la UE y comprobar el hueco que provoca su no pertenencia. Neutralidad es la palabra que mejor define a este estado que en su composición interna es también diferente. Todo el mundo diría sin dudar que la capital de Suiza es Berna. En cierto modo es así, aunque debido al profundo espíritu federal de Suiza ningún documento lo refleje: Berna es la capital de facto, pero no de jure. No aparece en la actual constitución, ni tampoco en la de 1848 que iniciara la historia moderna de Suiza. Berna se fue ganando su estatus actual a partir de su nombramiento, más acorde al contexto, como ciudad federal. Por entonces y ahora, Berna no es la capital económica en un país en el que el dinero es el centro sobre lo que todo gira. Gracias en parte a su segundo plano, pero sobre todo al respeto a la tradición, Berna ha conservado su centro medieval formado en el siglo XII sobre un pronunciado meandro del río Aar. La expansión urbana del siglo XIX fue lo bastante sensible para conservar este fantástico centro histórico.

Panorámica de Berna con la catedral sobresaliendo

No queda claro el origen del nombre de Berna, pero podría tener relación con un oso cazado aquí por el duque de Zähringen Berthold V, fundador de la ciudad en 1191. Desde entonces, el oso es símbolo de la ciudad. Tanto es así, que desde el siglo XVI hay una osera llamada Bärengraben, antes en el centro y hoy frente a este, con varios plantígrados. Berna fue ciudad libre hasta unirse a la confederación helvética, germen de la moderna Suiza. Entonces, la paz no era la norma y Berna batalló con otros cantones para ganar tamaño: el suyo tenía más extensión entonces que hoy. La ciudad creció consecuentemente sorteando incluso épocas de guerras y epidemias. El mayor impacto fue en 1405, cuando un gran incendio obligó a reconstruir la ciudad en piedra. Tras los vaivenes de comienzos del XIX, Berna se convirtió en ciudad federal y la posición neutral del país en las Guerras Mundiales salvaguardó el centro.

Este ocupa una estrecha y abrupta península con agua en tres puntos cardinales. Solo había que amurallar el oeste. Una torre marcaba la entrada a Berna. La primera fue Zytglogge, pero según Berna fue creciendo la sustituyeron Käfigturm y Christoffelturm. La última se derribó en el siglo XIX junto a las murallas en una de las pocas concesiones a la modernidad. También se tendieron muchos más puentes para acompañar al Untertorbrücke, cuyo origen nos lleva al siglo XIII, siendo el actual en piedra del XV. Despojada de su función inicial, Zytglogge se convirtió en un símbolo de la ciudad. Buena culpa la tiene el reloj astronómico instalado en el siglo XV, contemporáneo al de Praga. No ha sido el único añadido: desde el siglo XIII han sido constantes, elevando su altura hasta los 55 metros y añadiendo decoraciones. Tanto Zytglogge como su sustituta Käfigturm, que también quedó rápidamente obsoleta, han tenido funciones de todo tipo, especialmente como prisión. Käfigturm, sin embargo, tiene una historia constructiva diferente: estaba en tal estado en el siglo XVII que fue reconstruida enteramente.

Calle en Berna con el Zytglogge al fondo

El incendio de 1405 fue una desgracia, pero es la causa del uniforme estilo de Berna, especialmente en dos aspectos: la piedra utilizada y las numerosas arcadas en sus calles. Berna está dividida en cuatro barrios de dos formas: la oficial y la oficiosa, basada en clases sociales tradicionales. El barrio principal ha sido siempre Zähringer, donde está la catedral. De estilo gótico, su inicio es del siglo XV. Se acabó en el XIX con la torre de cien metros, la más alta del país. Del XIX es también el edificio civil más importante, el palacio federal en el que se reúne el parlamento suizo. Paseando por Berna podremos ver once originales fuentes alegóricas del Renacimiento, mayormente obra de Hans Gieng. La famosa Kindlifresserbrunnen, por ejemplo, muestra a un hombre comiendo niños.

Berna cuenta con 130.000 habitantes siendo la cuarta ciudad del país por población. Tiene un pequeño aeropuerto, pero al estar entre Ginebra y Zúrich está muy bien conectada por tren. Además del centro, dos nombres asociados a Berna tienen su lugar visitable: el centro de arte del pintor Paul Klee y la casa donde residió Albert Einstein. También es obligado Bärengraben, donde hoy los osos disfrutan de mucho más espacio que en el pasado. Las mejores vistas del centro se consiguen al otro lado del río, desde el Rosengarten. Más alejado está la colina Gurten, un espacio de disfrute al sur de la ciudad con varios paseos y sede de festivales veraniegos. Aunque, entre los festivales, el más curioso ocurre en noviembre: el Zibelemärit en honor a la cebolla.

Fotos: Lukas Schlagenhauf / Daniel Schwen

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