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Ciudad vieja de Dubrovnik

Ciudad vieja de Dubrovnik

Dubrovnik-Neretva (Croacia)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 13 05, 2018
  • Category:

Alternativa en el Adriático


La República de Ragusa se localizó al sur de Dalmacia, una de las cuatro regiones históricas croatas. Dalmacia recibe el nombre de la provincia romana y tribu que habitó una zona que siempre se ha considerado distinta de sus vecinos. Durante siglos se intentaron resistir a la eslavización. La capital de Ragusa compartió nombre con la misma, aunque hoy es mucho más conocido el nombre de Dubrovnik. La ciudad-estado logró independizarse de Venecia en el siglo XIV para competir con esta de forma directa y convertirse en el mayor desafío a su reinado en el Adriático. No obstante, el modelo político de Ragusa se inspiró en Venecia. Un rector rotado mensualmente estaba al frente de un aparato político dominado por las familias aristocráticas. Querían prevenir el control foráneo y hacer valer su lema: non bene pro toto libertas venditur auro, esto es, la libertad no se vende ni por todo el oro el mundo. El secreto de esta libertad no estuvo solo en su política, sino también en su extraordinario sistema de murallas y fortificaciones cara al mar que previno su invasión durante siglos.

Panorámica de Dubrovnik

Tradicionalmente se cuenta que Ragusa fue fundada por habitantes de Epidauro, un poco al sur. Acosados por los ávaros de Asia y eslavos se mudaron a una península rocosa para empezar de cero en el siglo VII. Ragusa perteneció a Bizancio y Venecia antes del año 1358. Entonces se firmó el tratado de Zadar, en el cual Venecia aceptó levantar el control sobre Ragusa, que a partir de entonces caminó sola. O no tanto, pues pasó a ser vasalla del Reino de Hungría y poco después del Imperio Otomano. Los siglos XV y XVI fueron su época dorada. Estableció junto con Ancona una ruta comercial alternativa a Venecia. Además, los barcos partían de aquí buscando riquezas en medio mundo; siempre comerciando, sin deseos de colonizar ningún pueblo. Ragusa fue muy liberal en sus políticas, aunque le faltó más permeabilidad social. La estratificación social era muy fuerte: unas pocas familias aristócratas controlaban la ciudad y el matrimonio entre clases estaba prohibido. Estas familias solo cambiaron su composición con el desastroso terremoto de 1667, punto de inflexión en Dubrovnik.

La República sobrevivió a duras penas hasta que en 1808 se rindió a las tropas napoleónicas para detener un asedio ruso-montenegrino. Posteriormente pasó a manos del Imperio Habsburgo formando parte del Reino de Dalmacia. Se inició así un periodo de tensiones entre los nacionalistas de Ragusa, herederos muchas veces de las antiguas familias, y los legisladores croatas. La I Guerra Mundial cambió la escena al unir la ciudad al proyecto yugoslavo, lo que le llevó a participar en la Guerra de los Balcanes. Dubrovnik fue bombardeada desde el 1 de octubre de 1991 durante siete meses. Además de las pérdidas humanas, más de la mitad del centro histórico y las murallas fueron dañados. Al acabar la guerra hubo cuatro años de intensa restauración al auspicio de la UNESCO. Aún hoy es posible apreciar cicatrices de mortero y el excesivo brillo de los tejados reconstruidos.

Calle Stradun y fuente de Onofrio en Dubrovnik

En Dubrovnik destaca su espectacular sistema de murallas de dos kilómetros, necesario para ayudar a defender una ciudad muy expuesta. En su recorrido hay fortalezas como San Juan y Bokar, además de catorce torres. El centro sufrió mucho en el terremoto de 1667, momento que al menos se aprovechó para unificar el estilo de la calle Stradun o Placa: varias casas barrocas se agolpan a sus lados, mientras que en sus extremos sobreviven fuentes anteriores como la de Onofrio. Solo algunas mansiones renacentistas sobrevivieron, destacando el palacio Sponza o la Casa del Rector. La iglesia y monasterio franciscano son el templo más visitado. Su ecléctico estilo debido a las restauraciones va del románico al barroco. Alberga una fantástica biblioteca y la farmacia en funcionamiento más antigua de Europa, de 1317. La iglesia más querida es la de San Blas, patrono de la ciudad. A su lado está la catedral y cerca también la torre de 31 metros que simboliza la libertad de Ragusa.

Solo 40.000 personas viven en Dubrovnik, pero es uno de los puntos del Mediterráneo más visitados. Mucha gente llega en crucero, pero para muchos otros su aeropuerto es la entrada al sur de Croacia. Además de pasear el centro y subir a las murallas, es buena idea tomar el teleférico y llegar al monte de Srđ, donde hay una vista excepcional. El Festival de Verano de Dubrovnik dura 45 días. Hay tantos tipos de espectáculos asociados que es mejor revisar la agenda. Otro momento fuerte es la semana de San Blas, a comienzos de febrero. Cerca de Dubrovnik está el arboreto de Trsteno del siglo XV, uno de los más antiguos de Europa. También muy accesibles son la isla de Lokrum en ferry o la playa Lapad. El pescado es muy típico, aunque el plato por excelencia es la menestra zelena. El postre más famoso es una especie de flan, el rozata.

Fotos: François Philipp / anroir

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