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Droogmakerij de Beemster (Pólder de Beemster)

Droogmakerij de Beemster (Pólder de Beemster)

Holanda Septentrional (Holanda)

  • Author: info@viajealpatrimonio.com
  • Date Posted: 23 09, 2020
  • Category:

Hecho a sí mismo


En el ránking de tierras reclamadas a mares, ríos y lagos, Países Bajos ocupa un meritorio segundo lugar, solo tras China. Porcentualmente hablamos de casi un quinto del país reclamado, una necesidad por la falta de terreno cultivable y la amenaza continua de inundación. Para reclamar tierra hay dos métodos: quitar agua o poner tierra. La segunda es más obvia y es la más utilizada, pero no para Países Bajos. Aquí, el drenado de tierras se hizo tan popular que generó su propio vocablo: pólder. Extendido luego a otros países, los holandeses pusieron el término y método. Este comienza construyendo diques en todo el perímetro del área a drenar, que puede ser un cuerpo de agua, un terreno inundable o una marisma. La siguiente tarea es drenar el agua y, sobre todo, prepararse para que llegue más agua, que vendrá. El terreno del pólder tiende a hundirse, lo que lo hace proclive a la inundación. Este arte hidrológico cuenta con más de cuatro siglos. Beemster, al norte de Ámsterdam, fue el primer gran pólder.

Paisaje del pólder de Beemster

Dicen los ingleses que Dios creó al mundo y los holandeses a Países Bajos. Los 4.000 pólderes son los principales responsables de esta creación que ha salvado al país de la desaparición. Un cuarto de su extensión está bajo el nivel del mar, circunstancia que no sale gratis. Al arrancar el siglo XX, Países Bajos contaba por decenas el número de inundaciones históricas. Aunque se habían hecho ímprobos esfuerzos para reclamar terreno, la superficie ganada era inferior a la reclamada por el mar. Especialmente en Zuiderzee, cuyo posterior cierre al mar y drenado con pólderes fue clave. Tras otra gran inundación en 1953 se complementó con el proyecto Delta, más defensivo y menos orientado a ganar terreno. La carrera de Países Bajos contra el agua venía de atrás. Para llegar a los pólderes de Zuiderzee, que suman 2.500 kilómetros cuadrados, se necesita entrenar. Más allá de las técnicas de bombeo, que han evolucionado, lo principal es organizarse. Los pólderes requieren mucha mano de obra y órganos para su control. En Países Bajos tienen nombre: son los waterschap y hoogheemraadschap

La zona al norte de Ámsterdam ha sido siempre la más compleja de habitar. Hasta que se empezaron a levantar diques, los habitantes se acumulaban en pequeños montículos esperando que las crecidas no fueran excesivas. En los siglos XV-XVI, gracias a las mejoras tecnológicas en el bombeo de agua con los famosos molinos, se empezaron a drenar pequeños pantanos y lagos. Simon Stevin fue el primero en diseñar redes de molinos que permitieran drenar cuerpos de agua extensos como el lago Beemster. Faltaba la organización, que tomó forma en 1607 con la Beemstercompagnie, orientada a reunir capital necesario. Estando en la edad de oro holandesa no fue complicado. El diseño de Pieter Cornelisz y Lucas Jansz se inició un año después con el canal de drenaje hacia el Zuiderzee, entonces abierto al mar. La compañía presentó un diseño orientado a maximizar los beneficios de las ventas de tierras, que en 1612 se agotaron. Desde entonces, en Beemster solo se ha actualizado en su tecnología de bombeo, aunque la subducción ha hecho su trabajo. El pólder está ya cuatro metros bajo el nivel del mar.

Camino flanqueado por árboles en el pólder de Beemster

Poco después de crearse el pólder se aprobaron leyes para embellecerlo con árboles flanqueando los caminos tendidos, siendo el mejor ejemplo Vrouwenweg. Fue la guinda a un paisaje ideal de aspecto natural, pero totalmente artificial. El racionalismo influyó en el diseño geométrico de Beemster, donde hay un culto total a la línea recta que viene del Renacimiento. Cada línea se corta perpendicularmente con otras formando rectángulos y cuadrados. La unidad básica es el solar de 180×900 metros. El lado estrecho tiene el acceso por carretera y canal de agua. Cinco consecutivos forman una unidad de 900×900 y cuatro unidades un morgen. Son utilizados para pastoreo y agricultura, incluidas 200 hectáreas de tulipanes. Granjas de diseño cuadrado, las stolpboerderij, encajan perfectamente en la cuadrícula y son la norma. Además, en Beemster hay varios núcleos urbanos. El más grande es Middenbeemster, cuya iglesia se remonta a 1621. 

Beemster se encuentra a solo media hora de Ámsterdam. Se puede llegar en autobús, pero si vamos en coche podremos complementar fácilmente la excursión con sitios como Volendam y Marken. Es fundamental acercarse al centro de visitantes en Middenbeemster, Bezoekerscentrum Beemster, para ver información del pólder. Más allá de este pueblo, la manera más agradable de recorrer el lugar es en bicicleta. Hay una ruta de 17 kilómetros que con la ayuda de una aplicación móvil nos da información de varios puntos. En Beemster hay también cinco fuertes que forman parte de la Línea Defensiva de Ámsterdam diseñada en el siglo XIX. El de Spijkerboor es visitable. De todos los productos de Beemster, el más famoso es su queso homónimo, parecido al Gouda.

Fotos: Marco / FaceMePLS

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