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Fábrica de tratamiento de madera y cartón de Verla

Fábrica de tratamiento de madera y cartón de Verla

Kymenlaakso (Finlandia)

Paisaje de papel


Pese a haber sido inventado hace más de 2.000 años en China y haber llegado hace casi mil a Europa, papel y cartón no fueron objetos de consumo común hasta hace poco. Su elaboración manual y las materias primas necesarias evitaron su popularización, manteniéndose como bien de lujo hasta el siglo XIX. Fue fundamental la introducción en el proceso de la pulpa de celulosa y la industrialización. En menos dos siglos, desde las innovaciones de Gottlob Keller y Charles Fenerty hasta hoy, esta industria se ha multiplicado hasta ser señalada por sus consecuencias ecológicas. Además de los desechos generados, el papel consume sobremanera dos recursos: madera, principalmente de coníferas, y agua. Ambos se tienen abundancia en las regiones boreales del hemisferio norte, por lo que en los inicios de la industria muchas fábricas se situaron en países como EEUU, Rusia o Escandinavia. Finlandia, repleta de fuentes de agua y árboles, tuvo en Verla una de sus principales fábricas. Su impoluta conservación tras el cierre la ha convertido en referencia para la industria papelera del siglo XIX.

Secado de papel en Verla

En ese siglo, Finlandia era dirigida desde Moscú, que decidió la industrialización del valle del río Kymi o Kymenlaakso. Este relevante río fue utilizado como vía para el transporte de madera cortada. Al norte se talaba extensivamente y se formaban las denominadas maderadas, agrupaciones de troncos formando balsas que llevaban corriente abajo cooperativas de trabajadores. Al sur esperaban las fábricas de papel, que utilizaban estos troncos y el agua del río para producir mecánicamente la pulpa de celulosa, método en el que optativamente se introducía lejía para blanquear el papel. La pulpa se llevaba a una máquina que creaba sábanas de papel tras extraer el agua con métodos como presión y secado. El proceso finalizaba con el corte y embalado y su traslado final. Esto último fue siempre un problema en Verla, pues desde la fábrica había que afrontar los rápidos de Verlankoski, ideales por otro lado para mover los molinos, o varios kilómetros por tierra.

Todo esto no impidió que Verla progresara durante años, aunque sus inicios no fueron sencillos. Una primera fábrica fundada en 1872 cayó a manos del fuego y los problemas financieros. Diez años después, varios empresarios y técnicos del papel refundaron Verla. Como en muchos casos en Kymenlaakso, el capital fue extranjero. En concreto, el alemán Friedrich Wilhelm Dippell fue el principal accionista desde entonces. Su hermano Carl Eduard fue el encargado de diseñar los principales edificios hasta finales de siglo, época en la que también se renovó la maquinaria. En 1906, Dippell murió y después la fábrica fue adquirida por la corporación Kymmene. Hoy, tras su unión con UPM, es la principal papelera finesa. Con Kymmene, la producción descendió paulatinamente hasta echar el cierre en 1964 tras la jubilación del último trabajador. Afortunadamente, la compañía decidió mantener la fábrica tal cual y abrir poco después un museo dedicado a su actividad industrial.

Edificio principal de la fábrica de Verla

Los rápidos de Verlankoski dividen la zona en dos partes, siendo en la oeste, llamada Jaala, donde se encuentra la fábrica. Al otro lado queda Valkeala, donde abundan antiguas y modernas residencias de trabajadores. En Jaala hay varios edificios divididos según su función en la cadena de producción y su material de construcción: madera o ladrillos. Podemos ver los molinos de tratamiento de madera y cartón, almacenes, la residencia de Friedrich Wilhelm Dippell, oficinas, residencias para los trabajadores, centrales energéticas, etc. El estilo común de todos es el neogótico, que en la época estaba empezando a dejar de estar de moda. También se incorporaron innovaciones técnicas de la época como el uso de suelos de hormigón reforzado en los molinos mediante una técnica patentada poco antes. El edificio más impresionante es la planta de secado de papel. Cuando la anterior se incendió en 1892 fue sustituida por el actual edificio de cuatro pisos en ladrillo rojo diseñado, como otros del conjunto, por Carl Eduard Dippell.

Lo primero a tener en cuenta si queremos visitar Verla es que abre solo de mayo a septiembre, por lo que en invierno no es posible salvo que organicemos una visita en grupo. Se encuentra unas dos horas al noreste de Helsinki, por lo que es factible visitarla en excursión de un día y combinarla con otros lugares como el Parque Nacional de Repovesi, de donde provenía la madera. Las visitas son obligatoriamente guiadas. En cualquier momento en finés, mientras que para otros idiomas tenemos que informarnos y reservar un hueco. Además de estas visitas, en la zona exterior hay marcados varios itinerarios a pie de corte más natural o histórico. También son visitables los jardines del propietario y una zona de pinturas rupestres de hace 6.000 años en la parte norte. En la tienda del museo podremos comprar distintos productos de artesanía, principalmente textiles y de madera.

Fotos: Alexei Kouprianov / Pöllö

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